La noticia tiene muchas papeletas para ir a las páginas de economía pero muchas másde acabar en las de patrimonio, sociedad,paisaje: "Naturgy anuncia que el viernes se producirá la voladura de las dos torres de refrigeración de la central térmica de La Robla".
No sé qué se dirán las páginas salmón del contenido económico de la noticia, cuando entran por medio empresas como Naturgy, consejos de administración con ministros, políticas europeas... todo se me va de las manos. Pero en las páginas de cultura queda claro que va a desaparecer uno de los símbolos del patrimonio industrial deuna comarca, como antes pasó con castilletes, vagones, raíles y otros elementos de la vida minera, también en la misma comarca. Este domingo, en este periódico, tal vez el mayor experto en patrimonio industrial de nuestra universidad, Javier Revilla, para darle otros usos.
Si atendemos a la vertiente social de estas páginas habríaque recordar una vieja máxima para quienes llegan a esa España vaciada: "Colócate en la parte alta de pueblo y mira las chimeneas que echan humo... sabrás la vida que hay". Cuando llegabas a las cercanías de La Robla, por cualquiera de sus carreteras, había dos chimeneas en el horizonte echando humo. Ya hace untiempo que no echan humo. Y desde el viernes no habrá chimeneas, lo que llaman las dos torres de refrigeración.Ante esta inminente desaparición Fernando Rubio nos proponehoy un viaje a aquellos años en los que la térmica era uno de los símbolosdel progreso y la industrialización dela comarca, al año 1974, cuando llevaba pocos años de actividad esta central que, nos recuerda, "fue un proyecto conjunto acometido desde 1965 por parte de Hidroeléctrica de Moncabril, Hullera Vasco-Leonesa, Endesa y Unión Eléctrica Madrileña, que posteriormente adquirió el resto de participaciones. El Grupo 1 fue conectado a la red el 2 de septiembre de 1971, y tiene una potencia nominal de 270 MW, mientras que el Grupo 2, de 350 MW, comenzó a funcionar el 10 de noviembre de 1984". Es decir, aún no estaba a pleno rendimiento. Recuerda Rubio quellegó a tener más de 300 empleadosy "apagó su actividad en julio de 2020". Dos años después derriban el símbolo que las recordaba, de ahí que no sean pocos los que piden que se mantengan en pie. "De destruir nunca se saca nada", decía Revilla y Javier Otero reflexiona al ver las fotos de aquel 1974: "Y para qué tanta prisa por desmantelar, Alemania no ha tocado ninguna de sus instalaciones y exporta carbón a cualquier parte del mundo».Muchas preguntas pero una realidad. Las chimeneas van a desaparecer en menos de una semana. Y ya ningún colegio visitará aquellas otras salas que aparecenen las fotografías y eran mostradas como símbolos de lo mejor de nuestra industria. Ante esta sucesión de noticias de desapariciones, de multinacionales que lasanuncian con un comunicado sin ninguna intenciónde escuchar, el autor de las imágenes del 74, conocedor de aquella realidad y preocupado por la actual, que sigue desde lejos, también se plantea una reflexión queabre un más que interesante debate, después de recordar una histórica definición de la provincia: "León es montañoso en el Norte y llano en el Sur pero siempre dominado por valles y arroyos". Quien tenga cierta edad entiende perfectamente el doble sentido de dominado por valles y arroyos, en clara referencia a dos poderosos empresarios de la época, la familia Del Valle, propietaria de la Hullera Vasco Leonesa,y Arroyo Quiñones, alcalde de León en los años 60 y 70, procurador en las Cortes franquistas y empresario minero por vinculación familiar. Lareflexión que propone Rubio es: "Cuando observo el ocaso total de la minería leonesa, el hundimiento del campo, el adiós de las propias industrias, la ruina de los pequeños comercios y el desempleo, el hecho de tener al frente de la economía local a gentes con evidentes intereses en ella, pero que proporcionaban empleo y compartían los beneficios con sus paisanos, ¿era mucho mejor para todos que cuando el control de estas grandes empresas se hace allende de nuestros alfoces (Naturgy)?".
Ahí queda. Tiene muchas vertientes.
Volvemos a la realidad y es que ya se habla de la Térmica deLa Robla casi en pasado y en base a números, cifras, datos, curiosidades de lo que fue y parece que ya no volverá a ser: "Las torres miden más de 100 metros y pesan más de 9.000 toneladas cada una" (pronto será medían y pesaban). "Ya no existen las cintas que transportaban el carbón desde la mina a la térmica". "Desmantelar la central costarácasi trece millones de euros". "La gestión de los residuos costará 1,3 millones de euros".
No puedo por menos que cerrar el repaso con la frase de mi vecino de café matinal al escuchar las cifras del desmantelamiento: "Demasiadodinero para que no quede nada entre las uñas".
Otra chimenea sin humo
La térmica de La Robla sigue su proceso de ‘desaparición’ y este viernes se producirá la voladura de las dos chimeneas que se habían convertido en un símbolo de la localidad y ahora se borran de su horizonte
02/05/2022
Actualizado a
02/05/2022
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