Pájaros carpinteros: los sonidos del bosque

La morfología de estos curiosos pájaros no deja de sorprendernos, pues tal es su especialización que pueden golpear la madera con cadencias de entre 15 y 20 veces por segundo

Javier Valladares
03/09/2015
 Actualizado a 19/09/2019
Los pájaros carpinteros son aves de medio tamaño fáciles de ver, como este ejemplar de pito real. | JAVIER VALLADARES
Los pájaros carpinteros son aves de medio tamaño fáciles de ver, como este ejemplar de pito real. | JAVIER VALLADARES
Los pícidos o más comúnmente conocidos como pájaros carpinteros son unas aves de medio tamaño que por lo general son más fáciles de oír, que de ver. Bastante ruidosas, bien sea por su canto o bien sea por el característico tamborileo que se oye desde la lejanía cuando golpean la madera en busca de larvas, son sin embargo bastante discretas, y pasan muchas veces desapercibidas. Su comida, fundamentalmente insectos, la buscan generalmente entre las cortezas de maderas muertas, aunque las hormigas son uno de sus platos preferidos, y no dudan en lanzarse al suelo, en busca de hormigueros, que son constituyen verdaderas despensas de alimento.

La morfología de estos curiosos pájaros no deja de sorprendernos, pues tal es su especialización que pueden golpear la madera con cadencias de entre 15 y 20 veces por segundo. Es decir, más rápidos que por ejemplo una ametralladora. Eso hace que su cabeza se desplace a velocidades de vértigo, llegando a golpear en un día hasta 12.000 veces la madera. Para ello están dotados de un cráneo macizo y de una lengua que prácticamente lo rodea protegiéndole de los impactos. Toda esta actividad frenética ha de ser compensada con un aporte grande de alimento, por lo que son capaces de comer hasta 1.000 hormigas en tan solo un día.

Los pájaros carpinteros que tenemos el la provincia de León son: pito real, pico picapinos, pico mediano, pito negro y torcecuellos. Todos ellos taladran sus nidos en la madera, salvo el torcecuellos, que es el más atípico de la familia.

El pito real y el picapinos son los más comunes, y se pueden ver incluso en parques y jardines. El pico mediano tiene en León una de sus pocas áreas de distribución en la península, y ocupa grandes masas de bosque de roble maduro.

Por su parte, el pito negro es un ave impresionante del tamaño de una corneja, y necesita de grandes extensiones de bosque con enormes árboles, sobre todo de hayas, por lo que solo lo localizaremos en los grandes bosques de la cordillera cantábrica. Su tamborileo se puede oír incluso a dos kilómetros de distancia.
Archivado en
Lo más leído