La participación ciudadana como fuente de conservación

Asociaciones que cuidan del legado histórico y natural

Marina Sánchez
29/08/2023
 Actualizado a 29/08/2023
Tomás Álvarez (Amigos de la Cepeda) en la Ermita de San José en Requejo.
Tomás Álvarez (Amigos de la Cepeda) en la Ermita de San José en Requejo.

Si no existiesen habría que inventarlas. Las personas y agrupaciones que se desvelan porque se les está cayendo la espadaña de la iglesia, porque el pueblo de al lado, ya vacío, está comido por la maleza, porque les van a poner un parque de energía renovable sobre su yacimiento o porque no recuerdan los dichos de su infancia… representan la esencia de la recuperación patrimonial. En tiempos vibrantes de creación tecnológica, de inmersión en territorios virtuales donde todo parece suceder, los territorios sensibles se caen ante nuestros ojos, sin darnos cuenta, perdiéndose así el cimiento que sustenta la base cultural que da sentido a la civilización. Cientos de monumentos de todo tipo, naturales y culturales, han sido detectados por ciudadanos anónimos que paulatinamente se han ido asociando en pequeñas comunidades con el único objetivo de recuperar elementos patrimoniales importantes para los pueblos. Así, asociaciones de todo tipo y tamaño llevan luchando incansablemente por recuperar la dignidad de sus iglesias, castillos, monasterios, puentes, calzadas romanas, edificios históricos o patrimonio natural de forma desinteresada y voluntaria, uniendo esfuerzos para poner en pie de nuevo su herencia histórica.

En León la asociación más antigua y amplia en número de seguidores y actividades es la Asociación de Amigos del Patrimonio Cultural Promonumenta, cuyo principal fin es salvar el patrimonio monumental, artístico, arqueológico y etnográfico. Nacida en 1992 por iniciativa de Víctor Ferrero, ya fallecido, hoy la preside Marcelino Fernández Ibáñez con Jose Luis Gavilanes Laso como vicepresidente. Con casi seiscientos socios, la seña de identidad de la asociación es la hacendera, a través de la cual un numeroso grupo de miembros de la misma se desplaza a realizar desbroce y reacondicionamiento de algún elemento patrimonial que esté invadido por la naturaleza descontrolada. Así, a través de esta acción visible, se pone de manifiesto la necesidad de iniciar algún plan de rehabilitación o consolidación del bien, iniciando conversaciones con los propietarios del mismo y con las administraciones e instituciones correspondientes. La palanca que activa las posteriores iniciativas sirve de denuncia cívica ante sociedad y administración, es una llamada de atención urgente para sacar del olvido piezas que ya nunca se volverán a construir de la misma forma, y que no pueden dejarse caer bajo ninguna circunstancia. Abandonar el maravilloso legado histórico o natural dice muy poco de sociedades sensibles, vivir ajeno al deterioro cultural pensando sólo en la innovación técnica constituye un craso error sin solución posible.

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Primera guía del Camino de Santiago.

En ocasiones la función de las organizaciones incluye la intermediación entre partes, consiguiendo cesiones de propiedad de partes privadas a instituciones públicas, que dispondrán de mayores posibilidades para inversión en rehabilitación. La generosidad de muchos propietarios es palpable, dejando a la comunidad bienes que constituyen un patrimonio común histórico, y que elevarán la calidad de vida del conjunto de los ciudadanos. De esta forma casas palaciegas, torres medievales, monasterios o castillos han cambiado de manos y se han podido recuperar gracias a inversiones públicas que los han reconvertido en elementos visitables y bases de actividades de índole cultural normalmente.

A nivel autonómico la Federación de Patrimonio de Castilla y León, constituida en 2002 por iniciativa de las ciudades Patrimonio de la Humanidad de nuestra comunidad y devenida en Federación de Asociaciones de cualquier parte del territorio, ha constituido un grupo de trabajo en el que participa Descubre Arroyo, Asfaver, Asociación de Verdesca, Pisoraca, Santa María de Mave, Amigos del Patrimonio de Valladolid, Segovia, Villamorón o Salamanca, Promonumenta o Aniago, entre otras cuarenta agrupaciones. 

La reactivación, tras pandemia, de la conservación, defensa y divulgación de los bienes patrimoniales es el nexo y objetivo común. La Bienal de Arte y Patrimonio AR&PA, celebrada en el Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid, fue el punto de partida para convocar una estrategia común en la participación ciudadana en la gestión y administración del patrimonio como elemento de gran valor para el desarrollo económico y social. La función del voluntariado activo y moderno, la gestión de recursos humanos y materiales, así como el impulso de planes de comunicación y relaciones con los medios o redes sociales nacionales e internacionales son parte de las líneas de actividad que resultan de las reuniones celebradas en Medina del Campo. Asociaciones culturales como Abulaga, Rombo, Quintanilla de Arriba o Manaquites, Amigos de la Cartuja de Aniago, Frías, Madrigal del las Altas Torres, Martín Muñoz de las Posadas, Aguilar de Campoo o Mesegar buscan una mayor implicación de propietarios de bienes para asegurar la función social de los mismos, a sabiendas de que el derecho al acceso a la cultura es de índole universal.

De la misma forma se crea una agenda anual de eventos y actividades, líneas de trabajo conjuntas y entornos colaborativos para el desarrollo de trabajo específico, como la búsqueda de financiación y recursos del sistema empresarial en el marco de la responsabilidad social corporativa, apoyando proyectos conjuntos de recuperación y puesta en valor de elementos patrimoniales. La participación de la empresa privada en la defensa del patrimonio del territorio donde desarrollan su actividad es esencial para ambas partes, pues cohesiona a las personas de su área de influencia, haciéndoles partícipes de la actividad. Sólo las actividades que se demuestren colaborativas con su territorio serán bienvenidas por la comunidad local, harán poblado y asegurarán una convivencia fructífera para ambas partes.

Aviso en el Museo del Ferrocarril de Brañuelas.
Aviso de velocidad en el Museo del Ferrocarril de Brañuelas.

La Alhóndiga Arévalo, el Calabacín Errante, Manapites de Fuenteoca, Ladrero, Bodegas de Torquemada, Baltanás o Dueñas, el Instituto de Estudios Bercianos, Masav Terra Levis y Arepa Mota del Marqués firman conjuntamente los manifiestos anuales publicados en el recientemente creado Día Regional del Patrimonio, el 10 de mayo, relacionados con alguna finalidad conveniente en cada caso. 

Así, la creación de un Observatorio del Patrimonio de Castilla y León se configura como una de las iniciativas de especial importancia en este grupo de trabajo, que velará por su gestión y funcionamiento, así como la mayor implicación de los jóvenes en el conocimiento, disfrute y cuidado de la cultura que han heredado.

En León el número de asociaciones es importante en relación a la población censada, la implicación ciudadana da cuenta del valor que se da a la riqueza patrimonial del territorio, a su preservación y al uso ciudadano de la misma. Pendones del Reino de León, Cuatro Valles, Fundación Merayo, Enróllate, Amigos del Órgano de la Catedral de León, Fundación Prada a Tope, Instituto de Estudios Bercianos, Asociación El Reloj, Templarium, Paisajes y Viñedos, Bierzo Aire Limpio, Filandón, Plataforma Cordillera Cantábrica y otras muchas definen la línea protectora de la ciudadanía respecto al patrimonio común, en defensa de su conservación e investigación.

Sofcaple, Asociación Cultural Balle de Scapa, Oteruelo de la Valduerna, Vecera, Camino de Santiago Pulchra Leonina, Vía Nova en San Juan de Montealegre y El Embrujo de la Valduerna, Las Sericas de Santa Olaja de Eslonza o Torre de Babia, Priorato de Escalada y muchas otras agrupaciones en torno a bienes históricos, artísticos y patrimoniales representan y visibilizan el sumo interés ciudadano en la preservación de la cultura. 

Siguiendo las indicaciones más actuales de cuidado social y difusión cultural, miles de personas se unen en defensa de la herencia patrimonial, cultural y natural, como un ejército perfectamente organizado a través de la sociedad civil estructurada, llamada también el Tercer Sector.

Marina Sánchez es la delegada en León de la asociación Hispania Nostra.

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Una gorra de visitador expuesta en el centro de Brañuelas.

 

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