Pedro Gómez García: "El olvido ha posibilitado a la vez su conservación"

‘La plaza del Grano. Una visión histórico-artística y una propuesta de futuro’ (Eolas ediciones) es la primera publicación centrada en un emblemático espacio desde el cual podemos llegar a conocer gran parte de la vasta historia, de las tradiciones y los modos de vida de la ciudad de León

Joaquín Revuelta
03/02/2021
 Actualizado a 03/02/2021
Imagen de archivo de la plaza del Grano. | MAURICIO PEÑA
Imagen de archivo de la plaza del Grano. | MAURICIO PEÑA
No deja de sorprender que uno de los enclaves más emblemáticos de la ciudad de León y con más sabor tradicional, como es la plaza del Grano, no haya conocido hasta fecha muy reciente una publicación centrada en exclusiva «en este espacio tan opinado, pero pocas veces investigado», como reza la nota de la Editorial Eolas, responsable de la edición de  ‘La plaza del Grano. Una visión histórico-artística y una propuesta de futuro’, cuyo autor es Pedro Gómez García, historiador, hostelero, músico y un ferviente defensor de la historia, el patrimonio y las tradiciones leonesas.

Ese olvido considera el autor que tiene su reflejo en las renovaciones que el empedrado de la plaza –una de sus principales señas de identidad– experimentó en los años ochenta y más recientemente en 2016. «Aunque sea una plaza muy querida, muy emblemática y muy preciada está olvidada, y ha estado olvidada de una manera que a la vez ha permitido su conservación. Porque si a la plaza del Grano se le hubiera dado un uso como al resto de espacios de la ciudad posiblemente se hubieran perdido el empedrado o algunos de sus edificios que se han podido conservar. Gracias a ese olvido se ha conservado, pero es un olvido que ha hecho que no se sepa realmente todo lo que tenemos en una solo espacio y que en concreto el sector académico de la ciudad no se haya centrado en esta plaza de León», argumenta Gómez García, cuyos trabajos universitarios de fin de Grado y de fin de Master han sido los que han dado origen a este libro que en opinión de su artífice «no es el libro definitivo de la plaza del Grano sino una primera herramienta para empezar a profundizar  en torno a un enclave sobre el que todavía falta mucho por investigar».

Sobre aquellos dos primeros trabajos de índole académico, Pedro Gómez señala que surgen en el contexto de las grandes movilizaciones ciudadanas que se dieron en los años 2016 y 2017 con motivo de la remodelación de la plaza del Grano. «Surgen sobre todo por la gran cantidad de opiniones confrontadas que en aquel momento había sobre la plaza sin que hubiera nada donde se pudieran contrastar», señala el autor, que vio así la oportunidad de arrojar un poco de luz a través de su trabajo fin de carrera. «Me gustaba la plaza, estuve en parte involucrado en las movilizaciones y además es parte del patrimonio etnográfico al que también me dedico, porque soy dulzainero, gaitero y formo parte de la farándula tradicional de León. Me llamó mucho la atención y hablando con el tutor, José Luis Avello, que es también el prologuista del libro, vimos como mejor opción hacer el trabajo sobre esta plaza», recuerda el autor, para quien se trataba de una recopilación histórica en la que introduce una serie de apartados preliminares relativos a las plazas de León, a la formación de los burgos en la Edad Media que van a dar origen al Barrio del Mercado, dando entrada más tarde a todos los datos históricos encontrados en las publicaciones consultadas, para cerrar con un análisis de los edificios, del empedrado y del resto de elementos arquitectónicos existentes, «entendiendo no solo la plaza por la relevancia del empedrado o de la Iglesia del Mercado, la segunda más importante del romántico en la provincia después de San Isidoro, sino por el resto de cosas que se desconocen o se conocen solo en parte, sin que exista una visión de conjunto, una visión que permite encontrar en un mismo espacio ese gran edificio románico con ese empedrado que se ha podido ir conservando y que es muestra de la realidad de León durante muchos años, una iglesia barroca, una fuente del periodo de la Ilustración, un edificio con soportales de madera muy característico de la arquitectura popular de la ciudad, un edificio de la arquitectura civil de los siglos XVI y XVII, que es el edificio de los soportales de piedra. En general hay una gran cantidad de elementos que unidos a la función de la plaza y a toda esa historia y a ese sentimiento que puede tener el pueblo de León a la plaza hace que en un mismo espacio podamos conocer una gran parte de la historia de la ciudad».Pedro Gómez no entiende que la plaza del Grano a día de hoy no tenga ningún nivel de protección específico tratándose de un enclave con tantos elementos patrimoniales reunidos en un mismo espacio, bienes materiales pero también un rico patrimonio inmaterial relativo a una tradición y a unos usos (venta de grano, artesanías) que reflejan cómo fueron las relaciones en la ciudad a lo largo de los siglos.   El autor se muestra crítico con la intervención que se hizo en 2016 y 2017 en la plaza del Grano. «Yo no estoy de acuerdo con la intervención en cuanto a la técnica utilizada y una gran cantidad de elementos modificados. Si la plaza hubiera estado protegida como Bien de Interés Cultural no hubieran podido hacer gran parte de las cosas que hicieron. La más destacable y que sí ha modificado el aspecto de la plaza es que han elevado el empedrado en todo el perímetro, han ampliado las aceras y han nivelado acera y empedrado, lo que ha alterado la visualidad de la plaza. y en un bien patrimonial urbano en teoría no se pueden modificar las rasantes, no se pueden modificar los elementos», sostiene Gómez García, que cree que no se escucharon otras propuestas que incluso hubieran resultado algo menos gravosas para las arcas municipales.

Pedro Gómez cree que la plaza del Grano puede volver a ser la gran olvidada sino se encuentra un uso claro, más allá de acudir la ciudadanía los domingos a tomarse unas cañas en alguna terraza de los bares de la zona. «Yo lo que propongo en la segunda parte del libro en concreto es elaborar un plan para sacar a la plaza de ese olvido histórico al que se ha visto sometida, incorporando una serie de actividades que a día de hoy tienen que darse claramente en el ámbito cultural. Un plan que además de cultural tiene que ser también didáctico y en este sentido me parece un espacio muy interesante para que pueda ser utilizado por el sistema educativo en sus diferentes niveles, desde los más pequeños para empezar a conocer la plaza y su implicación en la historia de León, hasta los niveles universitarios para profundizar en la investigación de la historia de la ciudad. Tampoco hay que olvidar la vertiente turística orientada sobre todo al Camino de Santiago», concluye Gómez García.
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