Pequeños artistas y modelos

El centro infantil y ludoteca Wiloby Land acoge una singular exposición en la que niños de 0 a 3 años emulan a los grandes maestros de la pintura

Joaquín Revuelta
11/03/2015
 Actualizado a 16/09/2019
Los niños del centro infantil Wiloby Land han emulado a los maestros de la pintura. | MAURICIO PEÑA
Los niños del centro infantil Wiloby Land han emulado a los maestros de la pintura. | MAURICIO PEÑA
El centro infantil y ludoteca Wiloby Land acoge desde hace algunos días una singular exposición protagonizada por sus jovencísimos inquilinos, en la que los más pequeños, niños de 0 a 2 años, han emulado a los grandes maestros de la pintura reproduciendo algunos de sus cuadros más famosos y los algo más mayorcitos, de edades comprendidas entre los 2 y 3 años, han posado como modelos imitando algunas de las grandes obras maestras de la pintura, caso de ‘El grito’, de Munch, ‘La joven de la perla’, de Vermeer o ‘La fragua de Vulcano’, de Velázquez, por citar algunos de los más representativos.

Nos adentramos en el reducido museo de Wiloby Land de la mano de su directora Cristina del Prado, que nos comenta que el arte es una de las asignaturas que se trabaja con los niños desde edades muy tempranas. La singular iniciativa surgió de las propias monitoras que trabajan en el centro infantil después de ver un programa de televisión en el que algunos niños accedían al arte a través del juego. "Desde el primer momento se ha pretendido que fueran ellos los protagonistas del cuadro", asegura Del Prado, que a la hora de visualizarlo se ha optado por colgar una reproducción del cuadro original y encima del mismo la fotografía realizada por una de las educadoras, Cristina López, quien ha sabido captar la frescura y espontaneidad de unos modelos que a su vez han entendido la singularidad de cada cuadro. Prueba de ello es el niño que ha emulado el célebre ‘grito’ de Edvard Munch, o la pequeña que se ha metido en la piel de la criada que sirvió como modelo al maestro de la luz, Vermeer, en ‘La joven de la perla’. "También hemos querido representar dos obras de Vela Zanetti por ser un pintor estrechamente vinculado a esta provincia», señala Del Prado, que reconoce los niños se lo han pasado genial experimentando el arte «desde la otra perspectiva".

Cristina del Prado se deshace en elogios hacia el trabajo realizado por las educadoras del centro, que se ocuparon de la elaboración del decorado y de la escenificación, contando solo con los recursos propios del centro. En total son 17 obras escenificadas por los ‘mayores’, mientras que los más jóvenes también han contribuido con varios cuadros famosos, como ‘El guante blanco’, de Joan Miró, donde los bebés dejaron impresas las huellas de sus manitas sobre un soporte. La fotografía de Cristina López captura el momento del proceso creativo de este cuadro y del resto que conforma una exposición que podrá visitarse en el centro infantil de la calle Máximo Cayón Waldaliso a lo largo de este mes.

En la actualidad el centro infantil y ludoteca Wiloby Land cuenta con 72 niños de 0 a 3 años. Además de los nueve bebés que inmortalizaron a su manera la obra de Miró ‘El guante blanco’, otros 26 de 1 a 2 años se encargaron de reinterpretar cuadros como el ‘Autorretrato’, de Joan Miró o una de las mujeres pintadas por Picasso. Aunque son 17 las obras escenificadas por los ‘mayores’, los 32 niños de 2 a 3 años colaboraron con mayor o menor protagonismo en su elaboración, reconocen desde el centro. "Lo complicado fue encontrar cuadros para que apareciesen todos los niños, algunos de manera individual y otros a modo de grupo", asegura la directora de Wiloby Land, un centro en el que además de arte se imparte conocimientos de geografía, música y sentidos. "Nos hemos dado cuenta de que la geografía les encanta, tanto o incluso más que el arte".

La música también está presente en Wiloby Land con la enseñanza de los distintos estilos musicales mediante audiciones, bailes y un acercamiento a las notas y claves. Cristina del Prado reconoce que le gustaría profundizar más en esta disciplina con la presencia de músicos que puedan tocar en el centro y contribuir de paso a que los niños se familiaricen con los instrumentos. "Me encantaría que una vez al mes hubiese una representación en el centro, porque considero que vivir la música en directo es diferente. No es lo mismo ver a una persona tocar que escucharla en la tablet".
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