La novena edición del Certamen de Fotografía Urbana Contemporánea Leonesa tiene ya su lista de ganadores tras la reunión mantenida este jueves en la sede de la Cámara de la Propiedad Urbana de León, que junto con el Centro de Negocios Independencia organiza este consolidado certamen, por un jurado formado por José Ferrero Villares, José Gómez Isla, Julia González Liébana, Miguel Ángel Sánchez Fraile, Diego López Calvín, Amando Antolín Casado Martínez y Pablo Martínez García, que tras una intensa debileración acordó otorgar el primer premio, dotado con 1.200 euros, a la fotografía titulada ‘Percepción’, de la que es autor Jorge Marín Marina. El segundo premio, cuya cuantía alcanza los 900 euros, fue para ‘Musac’, de Francisco Javier Fernández Gómez. El tercer premio, que cuenta con una dotación de 600 euros, recayó en David Martín Pinto por la instantánea ‘Habitantes’.
También hubo dos premios de adquisición para fotografías realizadas en Astorga y Ponferrada y que cuentan con el patrocinio de las oficinas colaboradoras de la Cámara de la Propiedad en ambas ciudades. Así, el premio de adquisición Quatro Centro de Negocios, dotado con 250 euros, fue para Nerea Martínez Blanco por ‘Amanece’ y el premio de adquisición Pacios López, S.L., Asesoría recayó en Daniel Domínguez Gutiérrez por ‘El baile’, al que se le hará entrega de los 250 euros, al igual que al resto de los ganadores, el próximo 12 de julio durante la inauguración de la exposición con las 31 obras finalistas en el Museo de León.
En la presente edición se han presentado 315 fotografías pertenecientes a 130 autores, siendo 31 las que van a formar parte de la exposición temporal que durante los meses de verano albergará el céntrico edificio de Pallarés.
Diego López Calvín, que actuó como portavoz del jurado, destacó el alto nivel alcanzado por las fotografías finalistas, de las que solo entró a valorar la ganadora titulada ‘Percepción’. «Todos hemos coincidido en que representa un conjunto de calidad, una imagen que aparentemente en el centro está girando, tiene unas diagonales que nos hacen circular sobre la imagen pensando en qué es lo que nos querría contar el autor. Hay como una especie de duda de hacia dónde vamos, que también habla un poco del momento actual de una forma como poética. La imagen es de una gran calidad, pues posee una gran cantidad de tonos, tiene movimiento dentro de esa estaticidad y por eso representa también un espacio íntimo pero a la vez un espacio abierto y en permanente circulación», apuntó López Calvín.