David es el protagonista de este especial y esencial cortometraje. David es alguien que, como aquel tocayo que venció a Goliat, se enfrenta a una vida plagada de obstáculos. Algunos porque ya la vida en sí los tiene, vienen dentro del envoltorio, otros porque se los hemos puesto entre todos.
David es alguien que se ha superado a sí mismo. Alguien que ha vencido a las trabas que se le han colocado en la vida, vencido a quienes no confiaron en él y alcanzado un sueño que lleva arrastrando desde niño. David es pues alguien que se agarró a la vida como el que se agarra a su sueño más buscado, alguien que luchó por un objetivo, alguien que lo logró, alguien que venció a su propio gigante. Y, por cierto, además de ser un tipo genial David tiene una discapacidad del 70%.
Alguien que la vida le puso en una silla de ruedas, pero que la sociedad le puso un enorme muro delante que él ha sabido derribar. En este cortometraje, dirigido por Antonio Donís, hay dos momentos especialmente significativos, dos instantes que te sitúan delante de las dificultades que la sociedad pone e impone, unas veces por exceso, otras por defecto.
La primera es cuando la madre de David, en un acto sin duda de protección maternal, trata de decirle que determinadas cosas él no las puede hacer. Primeras imágenes, primera reflexión.
¿Estamos en ocasiones sobreprotegiendo a aquellos a los que, erróneamente en algunos casos, creemos que no pueden exponerse a determinadas situaciones? Posiblemente… seguramente. En un acto de conciencia de protección pero de inconsciencia de capacidades limitamos acciones que son perfectamente posibles. Todos hemos escuchado el típico ‘tú nunca podrás’. Y no siempre es así. Muchas de las grandes historias del Hombre se han forjado comenzando con un ‘tú nunca podrás’ pero siendo respondido con maestría por un ‘yo creo que sí y te lo voy a demostrar’.
La segunda situación, el segundo momento que te coloca en la misma silla que David lleva es cuando él trata de cruzar la calle. No es una secuencia más. Es una secuencia sabiamente buscada para mostrar las dificultades que ponemos muchas veces sin necesidad a aquellos que simplemente necesitan que se les faciliten determinadas acciones.
David trata de cruzar un paso de cebra bajando por la pequeña rampa que éste tiene. Pero no puede. Un coche ha aparcado justo en ese mismo lugar, ocupando parte del paso de cebra y taponando la pequeña rampa de bajada. Supongo que a muchos de nosotros esta situación nos resulta lamentablemente familiar y no digamos ya para aquellos que llevan a sus hijos con un carrito. ¿Qué le cuesta a aquel que aparca en el paso de cebra hacerlo en otro sitio? Nada. Pero quizás no pensamos en los demás tanto como deberíamos. Y así, David tiene que cruzar ya fuera del paso habilitado para ello entre dos coches con el peligro, y así se muestra lo que ello conlleva.
Muchas de las grandes historias del Hombre se han forjado comenzando con un ‘tú nunca podrás’ Y es este uno de los puntos mágicos del cortometraje. En solo unos segundos nos hace ver este tipo de situaciones como lo que son. Una injusticia que no debería existir. En el cortometraje David acude a una entrevista de trabajo, como tantas y tantas veces ha hecho. Con las misma formación que el resto, con la misma ilusión que el resto, con la misma voluntad y ganas de hacerlo bien que el resto. Pero con menos oportunidades que el resto. ¿Por qué? Porque la sociedad en la que vivimos es ciega en capacidades, sorda en argumentos, pero muy ávida en la impresión a primera vista, en la belleza exterior, en el posado.
David, perfectamente capacitado, nos muestra con triste armonía como no es sencilla su vida. No tiene enchufe que le ayude, y así claramente se lo dice un secundario del cortometraje, hábilmente colocado allí para hacernos reflexionar. Y qué mejor que plantearlo en una entrevista para una constructora. Qué mejor…
Pero, y así arrancábamos este artículo, David ha llegado donde otros no, ha sorteado dificultades y navegado entre la tormenta para mostrarnos con ejemplaridad que los sueños todavía existen, que la lucha por lo que deseas debe llevarse hasta el final y que, si bien es cierto, (aunque a veces nadie se atreve a decir) que por mucho que lo intentes en ocasiones no se logran tus propósitos, en otras sí. Y David luchó contra Goliat y lo venció.
Perfiles me ha encantado. Rodada en Ponferrada, en aquellas calles por las que personalmente tanto he caminado, acerca esta realidad a todos los leoneses, creyéndola quizás lejos. En un cuarto de hora Perfiles nos da una lección de lucha interna y externa de la que se sale victorioso, nos enseña que la vida es difícil pero que la sociedad la hace aún más (ojo porque la sociedad somos nosotros, no alguien lejano) y que entre todos podemos hacer más por los demás y por ende, por nosotros mismos.Creo que Perfiles nos enseña mucho y por ello la recomiendo fervientemente. En unos minutos el cortometraje te muestra lecciones que pueden valer toda una vida. Gracias David por vencer a Goliat.
'Perfiles' o la lucha vencida de David contra Goliat
Definición de Perfil (Real Academia Española): "3. m. Conjunto de rasgos peculiares que caracterizan a alguien o algo". David va más allá de un único perfil
05/09/2017
Actualizado a
16/09/2019
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