La decoración navideña y sus luces «ha invadido» la mayoría de nuestros pueblos, es un chute de optimismo atravesarlos estos días, de todos los tipos, de clásicos a singulares.
Uno de los singulares, diferente, es el de Matueca, un gigante muñeco de nieve y su hijo al lado, hecho el padre con enormes ruedas de grandes vehículos. «El año pasado solo pusimos uno y a la gente le gustó, paraba mucha gente a hacerle fotos y eso nos animó. Añadimos una fila más de ruedas, la inferior y más grande, y el muñeco pequeño». Quien lo explica es Jorge, un joven ganadero del pueblo, también presidente de la Junta Vecinal y con evidente espíritu navideño y comunal. «Le ha gustado a la gente y han colaborado todos los vecinos, añadiendo adornos en sus casas y también hemos puesto un enorme pino, que sale por encima de la torre de la Iglesia. Lo que busco es que haya unión entre la gente, como presidente creo que es lo mejor que se puede hacer».
- ¿Y tenéis permiso para cortar ese enorme pino?
- Por supuesto. Es de un vecino que lo iba a cortar en verano porque corría peligro de caerle sobre el tejado y le pedimos que aguantara hasta Navidad y se lo hemos cortado y trasladado nosotros. Es espectacular.
Jorge es un joven ganadero. De familia numerosa de hosteleros él siempre tuvo clara su predilección por la ganadería, que va haciendo realidad. «Comencé con bueyes, para Valles del Esla que ahora ha comprado otra empresa, después fui metiendo poco a poco vacas, que ya tengo más de cien y alrededor de 200 ovejas que, con buenos perros, dan poco trabajo».
- Y te digo que también ellos saben que es Navidad, a las yeguas les doy trozos de turrón, para que la celebren.
Y se emociona Jorge para acabar de explicar los muñecos con bufanda rosa: «Es un homenaje a varios vecinos que este año han muerto de cáncer, ha sido un año duro en ese sentido, y una de las fallecidas es mi hermana, pero no es por ella, es por todos».
Y le cuesta seguir hablando.