Gustavo Vega Mansilla, poeta visual internacional con más de un treintena de libros de su autoría y más de 60 exposiciones artísticas individuales y 300 colectivas a sus espaldas, ofreció este lunes una conferencia en Maristas San José, antes de abandonar León para ultimar en Barcelona su preparación para sus próximos eventos en Méjico y Almería. Precisamente en Berja (Almería), acaban de poner su nombre a una sala del Centro de Poesía Visual. Reconocimentos a los que está acostumbrado el poeta, cuyo pueblo natal, Villaverde de los Cestos, cuenta desde 2010 con una calle con su nombre.
Asistieron estudiantes y profesores de varias clases, de las asignaturas de Lengua y literatura, y de Educación plástica, visual y audiovisual, de tercero y cuarto de la ESO y de Bachillerato.
Tanto estudiantes como profesores, no sólo permanecieron atentos a las palabras de este poeta pluridisciplinar, sino que participaron activamente, dirigidos por el artista, en una «performance», recitando en grupo, un poema visual minimomaximalista, concretamente, un soneto. De esta forma, a nivel didáctico, más allá de estudiar la historia de nuestra literatura y nuestro arte, los estudiantes tienen la suerte de conocer de primera mano, e incluso experimentar, la poesía y el arte de vanguardia, de la mano de sus protagonistas, lo que supone un nivel superior tanto en el aprendizaje como en la fijación de conocimentos, además de una experiencia vital enriquecedora y diferente. Al finalizar la conferencia, Gustavo Vega solicitó visitar la exposición ‘Motivos par vivir’, en la Galería IA, una muestra surgida de la colaboración entre el Teléfono de la Esperanza y un grupo de artistas, que han creado, con inteligencia artificial, imágenes que ilustran sus propios motivos para vivir. Una exposición a la que se sumará obra del propio poeta en el futuro.
La conferencia se centró en el libro ‘Poesía para ver’, una antología de poemas visuales. Son poemas de Gustavo Vega Mansilla realizados con diferentes formas, materiales o procedimientos. Dada la personalidad del autor a quien no le gusta verse encasillado en adjetivaciones, su poesía, además de textual tiende a lo interdisciplinar, a lo multiforme. Por ello, sus poemas que van desde lo textual –caligramas, acrósticos, poemas discursivos con incrustaciones visuales…–, a otros en los que la expresión lingüística se pierde y queda como una mera referencia. Hay poemas que son grafismos, plástica, fotografía, tridimensionales… que pueden ser vistos y juzgados como obra poética y, al mismo tiempo, como obra artística. Se instalan en un territorio común a la poesía y a las artes plásticas.
En su larga trayectoria, Vega ha seguido siendo siempre fiel a los principios manifestados ya en su juventud, en 1978, cuando publicó –junto con otros creadores– un «poema-manifiesto visual» en el que se decía que «la experiencia poética puede valerse de cualquier medio en su intento de plasmación material…». Además, por sus estudios filosóficos, siendo consciente de que somos «inteligencia sentiente» –Xavier Zubiri, dixit–, nos incita con sus creaciones a poner en juego, al mismo tiempo, nuestra capacidad mental de discernimiento, el sentimiento y la emoción poética.