El municipio de Boñar ofrece un buen número de rutas situadas en su extenso término, variadas y de distintas dificultades, de tal manera que cualquier persona que quiera ir a recorrer alguna de ellas encontrará varias que se adaptarán, en gran medida, a su nivel y pretensión, contando todas ellas con la señalización reglamentaria, homologada y verificada por la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo de Castilla y León (FDMESCYL). De todas ellas se puede obtener abundante información en la página web del ayuntamiento de Boñar, y que podrán ser realizadas tanto caminando como en bicicleta de montaña, teniendo siempre en cuenta que en invierno pueden presentar tramos cubiertos de nieve o hielo, lo que dificultaría su desarrollo para hacerlas andando o rodando, pero esa circunstancia igual podría aprovecharse para recorrerlas con raquetas de nieve o esquís de montaña, lo que aportaría un atractivo extra para los adeptos a las actividades invernales, por el contrario, en los meses calurosos podremos elegir alguna de las que se sitúan a la orilla del río o que transcurren, en gran medida, a la sombra de los árboles, proporcionando frescura e invitándonos también a la realización del senderismo estival.
El tipo de terreno por el que transcurren, junto con la longitud y el desnivel que presentan, las hacen aptas también para ser recorridas por personas con discapacidad, acompañadas de técnicos o voluntarios formados en su guiado, mediante la utilización de las herramientas de movilidad necesarias, siempre que se tenga en cuenta el ya mencionado condicionante de las circunstancias invernales.
El otoño y la primavera son los meses por excelencia para disfrutar del senderismo, y una de las rutas más sugerentes que se puede realizar en esas dos estaciones, es la denominada “Por Valdehuesa” o PRC LE-59 según su término técnico, que propone un recorrido corto, de poco más de cuatro kilómetros y con un desnivel positivo de 160 metros, a fin de dar un paseo sin complicaciones técnicas que permitirá disfrutar de un paisaje enmarcado en montañas calizas, pastizales de altura y bosques que se extienden hasta la orilla de las aguas embalsadas del Porma, con la posibilidad también, al finalizar la ruta, de visitar el cercano y popular Museo de la Fauna Salvaje, disfrutar de la gastronomía local o visitar cualquier otro punto de interés cultural o turístico de los muchos que nos ofrecen las 19 localidades que conforman el término municipal de Boñar.
Valdehuesa es una pequeña localidad, frecuentada desde hace mucho tiempo por escaladores, ya que poco antes de llegar al pueblo se encuentran unas paredes de roca caliza provistas de una multitud de vías equipadas y que hacen las delicias de los amantes de la verticalidad, y, desde hace ya unos cuantos años, constituye también un conocido destino turístico, al estar situado allí el citado Museo de la Fauna Salvaje, gestionado por la Fundación Dr. Romero Nieto, situado entre las localidades de Valdehuesa y Rucayo.
A Valdehuesa se accede a través de un desvío a la izquierda que se encuentra antes de llegar a la presa del pantano del Porma, en la carretera LE-331, que conduce al puerto de San Isidro. Ese desvío dará acceso únicamente a las localidades de Valdehuesa y Rucayo, mediante una sinuosa carretera que atravesará bosques de robles adentrándose en las montañas calizas que parecen emerger de los propios reflejos que producen en las aguas quietas del pantano del Porma.
Habrá que atravesar todo el pueblo de Valdehuesa para llegar al puente del arroyo que lleva su nombre, donde se encontrará el panel explicativo de la ruta y que será su punto de salida, en ese mismo sitio existe un espacio con suficiente anchura y que servirá de estacionamiento para unos pocos vehículos.
Desarrollo de la ruta
Se iniciará el recorrido al lado del panel explicativo de la ruta, en el que se podrá consultar alguna duda de última hora sobre el recorrido, al tiempo de hacer un repaso de todo el equipo necesario que sea de utilidad llevar, básicamente en función a la meteorología que se prevea.
Dejando siempre a la derecha el arroyo de Valdehuesa, se accederá a la ruta abriendo una portilla que bloquea el camino, teniendo en cuenta que se deberá cerrar nuevamente a fin de que no salga el ganado que podría estar pastando en esa zona, para empezar a caminar a continuación, en suave pero continuado ascenso, a la sombra de chopos, robles y fresnos, atendiendo la señalización que se irá encontrando y con la vista puesta al fondo, en el escarpado cordel montañoso que nos separa al oeste de las localidades de Arintero y La Braña, cuyas aguas ya verterán al río Curueño, dejando siempre a la izquierda la cumbre de la Peña Arbellosa, que iremos rodeando a medida que vamos completando nuestra ruta.
A 1,2 km se abandonará ese rumbo, debiendo tomar un camino que saldrá a nuestra izquierda partiendo en dirección sureste, correctamente señalizado, y donde un tramo de llaneo animará a los caminantes de cara a afrontar el último repecho que se encontrará en la ruta antes de empezar el descenso, y que conducirá al collado de Las Praderonas, en la falda de Peña Arbellosa.
Comenzará entonces un constante descenso por pista, que va dejando atrás la Arbellosa y que enfoca al embalse, y a los Mampodres, que observaremos al fondo del paisaje, y que destacan especialmente cuando están cubiertos de nieve.
Dejando en el camino el paso de un pequeño arroyo, ya se va a empezar a distinguir, en nuestro descenso, la localidad de Valdehuesa, hasta llegar al nivel de la carretera que da acceso tanto a Valdehuesa como a Rucayo, debiendo proseguir por ella durante escasamente un kilómetro, para atravesar el pueblo y llegar a su otro extremo, donde habremos dejado los vehículos en el punto de inicio de la ruta.