Riaño y el capilote siempre han sonado a identidad, a que la flor del valle, la que representa a aquellas tierras es el capilote, que en otras partes de la provincia tienen diferentes nombres.
Riaño, por otra parte, siempre le ha sonado a algunos antiguos o actuales vecinos del valle a una especie de deuda pendiente con su sacrificio y su historia. Y muchos quieren aprovechar este 11 de mayo, Día del Capilote, para tener "un acto de condescendencia con el espíritu de esta fiesta, que creemos, se echa en falta, como los capilotes creciendo en el valle", explica Alfonso, uno de los promotores de este acto.
La idea que tienen los promotores de este recuerdo es "manifestarnos de nuevo, rindiendo homenaje al rico pasado anegado de nuestros antiguos pueblos y su cultura, destruidos con brutalidad hace 37 años como todos sabemos bien. Un sencillo gesto en este señalado y simbólico ‘Día del Capilote’".
Y la idea que quieren llevar a cabo es sencilla pero cargada de simbolismo. "Invitamos a que todos los mozos del pueblo y pueblos del valle, también a quien quisiera sumarse y así lo sienta, por supuesto, a que caminemos en procesión hasta el viaducto, con unas pocas flores del valle en la mano, y al llegar, arrojarlas sobre las aguas del pantano, en un gesto, tan sentido, como lleno de significado".
Y señalan que es esta una propuesta en especial para todos los riañeses, porteños, pedrosillanos, ancileños, escarinos, salienses, buroneses, holdenses, montañeses de toda índole; y también, "para todas aquellas personas que sienten que han perdido algo importante bajo esas aguas".
Capilotes al valle.