El puré de lombarda con panceta y piñones de Marcelo Ramón

Esta col siempre me pareció maravillosa. Y actualmente está popularizada, debido a su facilidad para ofrecerse junto a otros productos que se adecúan para formar modernas elaboraciones. Debemos dejar trazas de como se cocinaban tradicionalmente.
Visita obligada para adquirir la panceta. Miguelín me sugiere como mejor opción, la curada. ¡¡¡Vaya acierto en el consejo!!!
Ya en casa, cazuela al fuego con aceite de oliva. Doramos los lardones en que habremos convertido la carne una vez liberada del cuero de su piel, retiramos y reservamos.
En el mismo aceite y ya sin solución de continuidad, ajo picado, cebolla roja en juliana y un poco de sal. Pochar bien. Nueva juliana, esta vez de la lombarda, dados de manzana reineta pelada y descorazonada. Unas raminas de romero, chorrín de vino blanco y un poco de agua o caldo. Dejar cocer tapado hasta que esté hecha la verdura.
Pasar por el procesador del que dispongamos y triturar hasta alcanzar la textura deseada. Rectificar de sal y pimienta.
A emplatar, en plato hondo o bol, servir la cantidad de puré que apetezca y decorar con medio huevo cocido, los taquines de panceta, unos piñones que acabamos de tostar, el verdor del perejil picado que se sienta!!! Y esos toques de costumbrismo anunciados, se los daremos, espolvoreando una tenue nube de pimentón de la Vera y engrasando con un hilín de Aove. Es brillante. ¡¡¡Está rico!!!
Pellizcos de pan para hacer sopitas y acompañar a la panceta... ¡¡¡soñad!!!
Vino, me quedo con un rosado fresco y afrutado de nuestra DO León. Auterolo, de la bodega cooperativa Los Oteros. ¡¡¡Que su aguja, nos guíe!!! Y ya pueden cantar los gallos.
¡Tranca!