¡Qué manía con enguarrar las Hoces!

Las Hoces de Vegacervera son, sin lugar a dudas, uno de los paisajes más impresionantes de la provincia; un espacio natural protegido que sin embargo alberga rincones y pintadas que afean su enorme atractivo

21/07/2024
 Actualizado a 21/07/2024
La caseta (en tiempos bar El Pajarín) no ofrece la mejor imagen para recibir a los visitantes. | F.F.
La caseta (en tiempos bar El Pajarín) no ofrece la mejor imagen para recibir a los visitantes. | F.F.

La ‘entrada’ a las Hoces de Vegacervera (subiendo desdesde León camino de las Cuevas de Valporquero) ofrece una imagen en nada acorde a la espectacularidad y belleza del paraje en el que entras, con toda justicia declarado Espacio Natural Protegido.

Según pasas el puente de entrada, te das de frente con una espectacular pared en la que lucen —es un decir— desde hace décadas dos pintadas tan simples en el mensaje como ¡Vota PP! Imposible no pensar en el habitual cartel de «Responsable la empresa anunciadora». Por cierto, no parece el lema más eficaz pues habrá pocos ayuntamientos en la provincia (tal vez ninguno, habría que mirarlo) en los que el aludido PP haya sacado menos concejales en Democracia que en este de Vegacervera. Sirva como ejemplo la actual corporación, sin representación en ella.

A pocos metros, al lado del famoso Pozo del Infierno, está la caseta que fue de herramientas de León Industrial (ahora Iberdrola) y también recordado bar durante años de Alberto El Pajarín. Su estado actual es de abandono, casi de ruina, lo que no completa la mejor imagen para recibir al visitante que, por suerte, a buen seguro que ya estará mirando hacia el cielo, para disfrutar de los enormes farallones de  piedra que han ido dibujando uno de los paisajes más impresionantes de la provincia.

A la mitad del recorrido hay otro espacio al que le han cogido gusto para las pintadas, nuevamente sin ningún ingenio (nunca justificables ahí, pero encima...) y sobre una declaración de amor anterior ha aparecido en las últimas semanas una ‘Te amo Graciela’ que te obliga a darle un consejo al autor: «¿Y si se lo dices a ella y nos dejas tranquilos disfrutando del lugar?».

Borrarlas también es una opción, que algunas ya huelen. 

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