Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra

Pedro Ludena comenta la película de Edward Berger, 'Cónclave'

10/01/2025
 Actualizado a 10/01/2025
Fotograma de la película ‘Cónclave’, dirigida por Edward Berger, con Ralph Fiennes como protagonista. | L.N.C.
Fotograma de la película ‘Cónclave’, dirigida por Edward Berger, con Ralph Fiennes como protagonista. | L.N.C.

‘Cónclave’
Director: Edward Berger
Intérpretes: Ralph Fiennes, Stanley Tucci, Isabella Rossellini
Género: Suspense/ Drama
Duración: 120 minutos

¿Qué sucede tras las puertas de uno de los encuentros más reservados del mundo? ¿Cómo se decantan los cardenales por la elección de uno u otro candidato a Santo Pontífice? ¿Realmente son todos tan santos como requiere dicho título? Estas son algunas de las preguntas que se cuestiona Edward Berger en su película ‘Cónclave’, un thriller más político que católico en el que se desenvuelven los bandos y las conspiraciones en pos de convertirse en la persona más famosa del mundo, y no menos poderosa. 

‘Cónclave’ retrata el acontecimiento homónimo que se da tras la repentina muerte del Papa. Su allegado más próximo, el cardenal Decano Thomas Lawrence (Ralph Fiennes) queda a cargo de dirigir el cónclave para elegir al nuevo líder del cristianismo. No obstante, los problemas no se hacen esperar y el cardenal Lawrence deberá ir destapando los secretos que ocultan los diferentes candidatos principales, mientras trata de mantenerse al margen de la ambición que consume a estos.

Edward Berger se ganó con sangre y balas un nombre a nivel internacional con su remake de ‘Sin novedad en el frente’ (2022), ya reseñada en su día. Ahora, el director alemán vuelve a sonar como uno de los preferidos para los Oscar con su nueva película, optando a varias estatuillas, esta vez a base de rezos y rosarios. ‘Cónclave’ marca muchas de las casillas buscadas entre las premiadas: es un thriller con tintes de drama, tiene un reparto estelar y trata un tema universal como es la religión. Además, la critica en cierta forma, ganando puntos para las partes más progresistas de la Academia. Asimismo, su fotografía y su banda sonora no son nada menos que llamativas. Por todas estas razones, no sería de extrañar que la viéramos como una de las candidatas más prominentes de la próxima edición de los premios de la Academia. Esto acostumbra a ser garantía de dos factos. El primero de ellos es que se trata de una buena película, sólida, la típica que alguien que va dos veces al año al cine puede reconocer como relevante de un solo vistazo y que llenará, como llenó la sesión que yo vi, las salas de cine con gente de mediana y avanzada edad que quiere disfrutar de una cinta que sabe que le va a gustar. Y el segundo de ellos es precisamente la otra cara de la moneda, ya que esta película es considerablemente convencional. De ningún modo esto significa que sea un mal filme, nada más lejos, solo que no creo que se convierta en el favorito de nadie. Es el tipo de historia que hemos visto montones de veces, en un escenario único y con unos cuantos giros inesperados eso sí, pero que sabemos que nos gusta. Un perfecto ejemplo de título de cuatro estrellas sobre cinco.

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En ‘Cónclave’ se nos recuerda constantemente que, por mucho que sus eminencias traten de aislarse del resto del mundo para que sus decisiones no se vean influidas por aquel, las paredes del Vaticano son permeables a las ideas y los pecados anejos a la condición humana. Como bien dice el protagonista en un momento de la cinta: «servimos a un ideal, pero no somos ideales». Los cardenales fuman, usan el móvil (hasta antes del cónclave al menos), tienen opiniones políticas diversas, y en más de un caso peligrosas, ambicionan y, sobre todo, dudan. Dudan de sus compañeros, de sus posibilidades, de sus capacidades y hasta de su fe. Una duda que se contagia como la peste entre los clérigos, bastando un mísero rumor para destruir a un potencial candidato o una pequeña esperanza para sembrar la ambición en un hombre en paz. La duda camina de la mano con la fe, y es gracias a la primera que existe la última. La cuestión del cónclave es como disipar esa duda, convenciendo al resto de hermanos rivales de que pueden depositar en uno su fe, confiando en que el elegido sea capaz de dar respuesta a las preguntas que se hace cada uno de ellos en su fuero interno.

A pesar de que, a primera vista, la reunión de unos cuantos curas entrados en años pueda parecer un tanto soporífera, la cinta sabe mantener la tensión en cada momento con las diferentes subtramas en las que se van desenterrando más y más secretos de los cardenales, volviéndose prácticamente una caza de brujas en tierra santa. No obstante, mientras que dichas subtramas y sus respectivos giros de guion sirven para mantenerte intrigado antes de cada nueva votación, marcando así cada una de las partes de las que se divide la historia, aquellas no se llegan a hilvanar con la trama principal. No hay un misterio principal que mantenga el resto unido y cohesionado, sino que la resolución de una cuestión lleva inmediatamente a la siguiente por puro azar, como si en un thriller policíaco se hubieran cometido diversos crímenes y a lo largo del filme se fueran resolviendo cada uno de ellos consecutivamente, como misiones inconexas. Esta dispersión repercute definitivamente en el final de ‘Cónclave’, que se siente un tanto anticlimático al haberse ido cerrando cada uno de los puntos del argumento a lo largo de este. De manera que, para cuando termina, la película solo está descubriendo un secreto más, el último, pero nada más. 

En conclusión, ‘Cónclave’ es un título entretenido y clásico, que no busca disrumpir, mas se conforma con hacer las cosas bien. Y lo que hace bien, su dirección, sus actuaciones, su fotografía, hasta su vestuario; lo hace inmaculadamente. 

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