"La represión contra los exiliados fue incautar sus bienes"

Tres visiones diferentes del exilio protagonizaron la jornada de este jueves del curso de verano de Cistierna: mujeres, poetas y exiliados aún perseguidos

26/07/2024
 Actualizado a 26/07/2024
Ana Cristina Rodríguez Guerra, Susana Sueiro y Beatriz García Prieto protagonizaron las ponencias de la jornada del jueves en el Curso de Verano. | L.N.C.
Ana Cristina Rodríguez Guerra, Susana Sueiro y Beatriz García Prieto protagonizaron las ponencias de la jornada del jueves en el Curso de Verano. | L.N.C.

La jornada del jueves en el Curso de Verano en Cistierna fue intensa, de cara a la recta final de este viernes que tan solo tiene programada una ponencia del director del ciclo, Javier Rodríguez, antes del acto oficial de clausura.  

Abordaron tres aspectos bien diferentes del exilio. Beatriz García Prieto se centró en la ‘Unión de Mujeres Españolas (UME): una asociación femenina, antifascista y transnacional’; Susana Sueiro Seoane recuperó las figuras de ‘dos niños del exilio republicano en México: los poetas Tomás Segovia y Luis Rius’ y finalmente Ana Cristina Rodríguez habló de ‘El exilio leonés y la represión económica’. 

Rodríguez recordó los tipos de represión llevada a cabo con los ‘desafectos’ al Régimen en el interior, pero es evidente «aquellas personas que habían logrado salir al exilio no pudieron ser objeto de buena parte de las acciones represivas desarrolladas por el régimen. Sin embargo, no pudieron evitar la represión económica. En estos casos, las víctimas únicamente salían de España con lo mínimo indispensable, dejando buena parte de sus propiedades atrás (fundamentalmente, viviendas y negocios). Son precisamente estos bienes inmuebles los que se convierten en objeto de atención de las autoridades sublevadas, que ven en ellos una forma de represaliar a los desafectos, pero también un medio para conseguir los recursos económicos necesarios para, en primer lugar, poder mantener el esfuerzo bélico; y, una vez terminada la contienda, para la construcción del Estado franquista».

García Prieto recordó a la UME, «una asociación femenina, antifascista y trasnacional nacida en Francia en agosto de 1946 y heredera de otras organizaciones surgidas en España durante la II República y la Guerra Civil, destacando la Comisión Femenina del Partido Comunista de España, el Comité Nacional de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo, la Organización Pro Infancia Obrera y la Agrupación de Mujeres Antifascistas (AMA)».

De este grupo destacó que «desde sus orígenes se propuso agrupar a las mujeres antifranquistas en el exilio; ayudar a las víctimas de la represión franquista en España; mejorar las condiciones de vida y aumentar los derechos y libertades de las mujeres, así como de la infancia; atender las necesidades de las mujeres exiliadas; y, por encima de todo, luchar desde la distancia para liberar a España del régimen franquista y reinstaurar la democracia» y gracias a su trabajo en diferentes frentes «la UME consiguió reactivar y mantener activa la militancia femenina en el exilio, configurando auténticas redes de convivencia y solidaridad básicas para la supervivencia del colectivo republicano en la diáspora y de las semillas del régimen de 1931».

Los poetas Luis Rius y Tomás Segovia fueron los protagonistas de la ponencia de Susana Sueiro, quien recordó que se trata de «forman parte del grupo de escritores nacidos en España entre 1925 y 1937, conocido como “Generación del medio siglo” o generación del 50, marcados por la guerra civil y el exilio. No pertenecen a la primera sino a la segunda generación del exilio republicano. Fueron, en el sentido más preciso del término, “niños de la guerra”, que en su primera infancia vivieron la violencia, la tensión y las penurias que implica cualquier guerra, más aún al tratarse de una contienda fratricida como la española, y vivieron después el desgarramiento y las penalidades del exilio de sus padres, del que no pudieron tener entonces clara conciencia», ya que esos niños «no fueron a México, se les llevó allí». 

Estos niños vivieron en México «la guerra reflejada en sus mayores, las luchas internas en el seno del exilio republicano, las confrontaciones y la división como agria enseñanza. Sus familias, con el trauma del destierro y de la tierra perdida, crearon un grupo hermético, enclaustrado, con el que asegurar la preservación de su identidad cultural y nacional española pues siempre pensaron que el regreso a España no solo sería posible sino que estaba cercano».

 Y este viernes llega la clausura oficial de una nueva edición del curso, la entrega de diplomas... pero antes será la última ponencia de estas jornadas dedicadas al exilio, será la titulada ‘La represión franquista y el exilio español’, del profesor Javier Rodríguez. 

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