La exposición de Mireya Pigère está planteada en varias series, una de ellas es el retrato. Se encuentra presidida por una imagen de la recientemente fallecida reina de Inglaterra y a su alrededor en un tamaño algo menor se pueden ver retratos de actores y actrices, tanto españoles como americanos, así como el de la joven de la perla, Gaudí y, frente a ellos, en un tamaño mayor, el retrato de la actriz Audrey Hepburn.
A su lado ha colocado una serie de aves en las que la diferencia entre fuertes colores está perfectamente lograda a pesar de que es problemático conseguirla en la acuarela. Tiene asimismo otra serie dedicada a coches antiguos que ella denomina «vintage» y una serie de frutas.
Por último, presenta un grupo de imágenes, «cosas sueltas» como dice ella, que no pertenecen a una serie completa, como dos paisajes, dos detalles de la ciudad de León, un retrato de su hija de pequeña, y objetos cotidianos como un molinillo de café o un vaso con dos rosas. Y aclara «a veces me gusta hacer cosas distintas sin centrarme en una serie completa».
En el escaparate una foto que fue noticia sobre la guerra de Ucrania de un bebé en una maleta, un cuadro al que acompaña una tableta en la que se puede ver su modo de pintar en directo. Como comenta: «lo subo a youtube para que la gente vea el proceso». Todo ello está colocado en las redes así como en su página personal que es: https://mireyapigere.com/. En ella se pueden ver sus trabajos, tanto los que se encuentran en la exposición como encargos y otros, así como los videos del proceso creativo de muchas de las obras.
Reconoce que siempre le había interesado pintar y lo dice de este modo: «Desde pequeña me ha encantado pintar y sobre todo me han llamado mucho los rostros, comencé copiando los retratos de los actores estadounidenses que me gustaban en lápiz e hice una exposición en mi instituto de todos ellos». Pero la vida, el trabajo, su hija le habían impedido dedicarse a la pintura de lleno y con tanta intensidad como para preparar una exposición. El momento llegó con el Covid y se puso a pintar mostrándole su trabajo al propietario de la galería, a quien le gustó y dijo: «inauguras conmigo» y así fue. Continúa contando Mireya: «le encantó el de la guerra, que está en el escaparate, que es un papá llevándose a su hija en una maleta, a partir de una foto que encontré. Es una muestra de las guerras que hay ahora».
Comenta que a lo largo de su vida: «...he pintado a lápiz, a óleo, me gustó mucho el pastel, pero como la acuarela nada, que la acuarela siempre me ha llamado la atención».
La exposición que presenta tiene como objetivo que la gente conozca su trabajo, que hasta ahora se había ido difundiendo a través del boca a boca, y apunta: «ahora de ese modo ya tengo bastantes encargos, no solo de retratos, sino de cosas que me traen a través de antiguas fotografías, como cuando aprendieron a andar en bici. En el tiempo que lleva abierta la exposición veo que está teniendo muy buena aceptación».
Sin embargo, su intención es la de atraer al público hacia la acuarela como dice:
«Quiero que la gente venga, la visite y vean lo que se puede hacer en acuarela, la mayoría desconocen las posibilidades que tiene, aunque la acuarela representa mucho trabajo, son capas y capas».
La sala tiene el nombre de Marilucibonita que el propietario dedica a su madre Lucía.
Se encuentra en la calle Santa Clara, donde pueden contemplar la exposición de Mireya Pigère.