El bosque de Hormas es un enclave especial en la montaña de Riaño. Se trata de un espacio muy amplio en el que confluyen varios valles y arroyos hacia el Río Hormas que desemboca en uno de los brazos del pantano. A su derecha descienden varios arroyos que bajan de las altas cumbres de la sierra de Hormas, la cima más elevada es el Pandián, con más de dos mil metros, cota a la que se acerca el Pico Mura y otras cumbres de esta sierra. En sus intrincados valles hay árboles centenarios, habitan el oso y el urogallo, así como otros animales salvajes, que hacen esta reserva un lugar singular para los biólogos.
Escondido en el robledal de Hormas se encuentra este magnífico ejemplar de roble, un árbol especial denominado roblón del sestil de la Mata con un tronco muy corpulento y que se asienta en una de las laderas que dan al sur hacia el valle de Remuela.
El comienzo se puede hacer entre las cuadras al otro lado de la carretera en Boca de Huérgano, sube por el arroyo Remuela suavemente y más tarde gira el camino hasta el roblón, si embargo en esta ocasión se va a hacer por una ruta más directa y empinada.

El ayuntamiento de Boca de Huérgano es un enclave donde confluyen numerosas rutas como el bosque de Matapiojos o la ascensión al pico de la Rasa que han salido en estas mismas páginas. En la localidad de Boca se puede encontrar un panel con las características y el recorrido de la ruta.
Desarrollo de la ruta
Para comenzar la ruta es preciso ir a Boca de Huérgano, o la Villa y una vez allí cruzar la carretera en el cruce con la que viene de Prioro, Besande y Guardo. En el otro lado se sube hacia la iglesia de San Vicente, pasando a su lado y continuando por el mismo camino que al llegar a un abrevadero gira a la izquierda subiendo con fuerte desnive en diagonal con vistas a la localidad de Boca de Huérgano.
Tras la primera subida larga y empinada el camino gira a la derecha haciendo alguna revuelta en la zona del Cotadiello entrando en el robledal que discurre por la parte alta del valle del arroyo Remuela, subiendo un largo tramo hasta que el camino se suaviza aunque siempre discurre en ascenso.

Al final de alcanza el collado Jollampo a 1341 metros. Desde allí parten varios caminos muy bien señalizados, tanto el de descenso hacia el roblón que va también al arroyo Remuela y desde donde sesubiría si se elige la otra opción. Otro de los caminos señalizados también hacia abajo, va hacia Villafrea de la Reina.
Además el único camino que sube hacia los altos de la Mura, aunque en esta ocasión no se va a seguir porque se va a descender hacia el roblón. El descenso no es demasiado largo y en época invernal es muy fácil ver el roblón que en tiempos en los que las hojas cubran el bosque, la espesura hace más difícil su visión.
Al llegar a la altura del árbol una escalera con barandilla lleva hasta sus inmediaciones y un pequeño panel explica sus características. Solamente queda verlo, fotografiarlo y sentarse entre sus pliegues.
Una vez disfrutado de la presencia de un árbol tan singular y antiguo solamente queda volver a subir la escalera, continuar hacia el collado Jollampo y contemplar las montañas que se yerguen como el Pico la Rasa, las sierras de Orpiñas y el Murciay demás montes situados al Este. Abajo discurre el arroyo Pujedo que desemboca en el Yuso que para muchos es el Esla.

Se va a tomar el camino que desciende hacia el valle del arroyo Pujedo y poco después de comenzar este descenso hay una intersección, por un lado uno de los caminos baja hasta el arroyo y continúa paralelo a él, el otro continúa por una cota más elevada y con mejores vistas, por lo que se elige este segundo, aunque cualquiera de los dos es válido.
El camino continúa con buenas vistas a las montañas, para más tarde internarse en un robledal, llegar a unas antenas y comenzar un fuerte descenso hacia la carretera, a donde sale el camino. El pequeño tramo hasta el puente de Villafrea hay que hacerlo con cuidado, pues casi no hay arcén y hay poca visibilidad. Al final, también con cuidado, se cruza el puente para tomar la carretera que entra en Villafrea de la Reina, que se cruza por donde se crea conveniente siguiendo el camino que va a Boca de Huérgano, pasando por la ermita de San Antonio, cruzando un puente de madera y entrando en el pinar para descender hacia la Villa, donde se entra por la fábrica de pastas, se cruza el puente para volver al punto de salida donde finaliza la ruta.
