Después de tres años de intenso trabajo Rodrigo Martínez ha publicado su disco más personal y su primer trabajo en solitario, que ha titulado ‘Bura’, que ya lleva unas semanas en las tiendas y del que se ha dicho que «consolida a Rodrigo Martínez como una de las voces más influyentes del panorama musical leonés». Este viernes (a las 20:30 horas) lo presenta en un escenario que le gusta mucho, el teatro del Albéitar, en el formato trío (acompañado de Sofía Miguélez y Jaime de Prado) y también participará el poeta y actor Víctor M. Díez.
– ¿Porqué recomiendas a la gente que no se pierda este concierto del Albéitar? «Yo que tu no me lo perdería», dices, eso es que tienes mucha fe en la propuesta que haces y llevarás al escenario.
– Porque va a ser toda una celebración entre amigos, una fiesta, una puesta en escena del trabajo de los últimos años hecho con mucho mimo y compromiso, desde la querencia y admiración por nuestra música de raíz pero aportando también materiales de nueva factura. Y porque va a ser en el Teatro Albeitar, una de las casas más importantes para la música y las artes escénicas en general de la provincia de León, donde cuidan cada detalle para que se den las mejores condiciones posibles que faciliten una atmósfera adecuada para la escucha.
– Vale, entendido.
– Ah, y se me olvidaba. Y también porque estarán conmigo Sofía Miguélez, Jaime del Blanco y Víctor M. Díez todos ellos grandes maestros de su arte. Perdérselo sería de locos diría yo, si no es mucha inmodestia.
– Imagino que ha sido otro verano intenso de conciertos ¿Qué tal? ¿Has presentado temas de Bura, cómo los han recibido?
–Algunas piezas de Bura, efectivamente, ya las hemos puesto a prueba en los directos del verano, y por otra parte el disco lleva ya unos meses en circulación, lo que ya me ha dado una pequeña idea de cómo lo ha recibido la gente, y tengo la sensación de que no deja indiferente, no hay término medio: al que le gusta le fascina, pero también hay vocespoco partidarias, es lo normal.
– ¿Qué aporta Bura a tu carrera, en la que ya había un poco de todo?
– No sé, quizás sea un poco pronto para saber qué me ha aportado realmente este trabajo, pero quiero creer que ha hecho madurar, un poco al menos, mi conflictiva relación con el proceso creativo, y en cualquier caso desde una óptica más práctica me ha proporcionado una carta de presentación de este nuevo proyecto mío en solitario.
– La cita es en el Albéitar, que ya has dicho que es un marco especial, en formato trío y con espontáneo... ¿nunca son iguales tus conciertos?
– Mis conciertos nunca son iguales por muchas razones, quizás la mas evidente es que la improvisación es una materia con constante presencia en mi música, algo que no es muy común en las practicas actuales del folk, pero que en mi caso es absolutamente indisociable del hecho de tocar y que como supongo que ya sabe todo el mundo provoca que una misma pieza se manifieste de maneras totalmente diferentes en un concierto u otro.
– ¿Qué anda dando vueltas por esa cabeza en la que no paran de bullir las ideas?
– ¡Muchas cosas! Esta cabeza mía me trae por la calle la amargura… a saber, primero terminar varios proyectos que andan a medias como Ruchare, un documental y un disco sobre el escurridizo fenómeno de la tradición oral en el que he trabajado junto a Ismael Aveleira mas de una década y cuyos protagonistas son los antiguos, las propias personas que nos han legado sus músicas. Pero también hay otros trabajos en el horno como un nuevo disco con mi güelina Aurora, u otro en ciernes en el que recupero mi faceta de flautista.
– Hay en León un grupo de músicos jóvenes muy interesantes: Tú mismo, Segis, Fran, Sofía, María, Saúl, Diego... en fin, un muy largo etcétera, ¿larga vida al rock&folk leonés? ¿cómo ves este panorama?
– Si te refieres a si hay cantera en el folk, ahí tienes un buen puñado de buenos músicos muy solventes, y unos cuantos mas que se me ocurren... pero si pienso en las condiciones bajo las que muchos tenemos que desarrollar nuestra labor la cosa cambia. Me temo que solo el talento no es suficiente para asegurar un futuro lustroso a la música, a las artes en general.
– Te veo pesimista.
– La mayoría de nosotros realiza su trabajo bajo unas condiciones de precariedad difíciles de asumir, y no sé, no me parece que el futuro vaya a ser muy halagador... la cosa no se queda ahí, que podamos trabajar con una mínima dignidad es fundamental pero también son necesarias otras cosas como un apoyo valiente de las instituciones, un tejido saludable de la industria, una sociedad crítica que acuda con asiduidad al teatro y los conciertos… está el asunto complicado.