La ruta del Cares

Ruta muy conocida e interesante para conocer los secretos de la Garganta del Cares

Vicente García y Marce Fernández
31/05/2024
 Actualizado a 31/05/2024
Imagen 02 Cruzando el primer puente (MF)
Imagen 02 Cruzando el primer puente (MF)

Se puede decir que la ruta que se presenta hoy es una de las más populares y transitadas de toda la geografía nacional, también es un icono del Parque Nacional de los Picos de Europa, y uno de sus mayores reclamos, hasta tal punto de que en su recorrido se pueden ver desde montañeros experimentados a neófitos urbanitas en su primera ruta de senderismo, dentro del conjunto formado por las más de 200.000 personas que la visitan cada año.


La ruta del Cares no está exenta de polémica en cuanto a lo que se debería hacer para contrarrestar la masificación que presenta en los meses de verano, también en lo concerniente a la información que adquieren los senderistas que la recorren, de cara a evitar los incidentes y los accidentes que ocurren cada año en un itinerario, que, por otra parte, es sencillo y carente de complicación técnica.


Ciertamente, gran parte de los accidentes que allí ocurren, se deben a imprudencias fácilmente evitables: a llevar un calzado inadecuado, a no contar con agua suficiente ni con un botiquín básico, a asomarse innecesariamente a los bordes de la senda o a subestimar otros riesgos que sí están advertidos por la señalización, como la caída de piedras, ocasionada por el tránsito de ganado cabrío o por la acción de la meteorología, especialmente tras episodios intensos de lluvias, que provoca caídas de piedras y desprendimientos, que obligan, por otra parte, a que las labores de mantenimiento de la senda sean incesantes, visibles al surcar la pasarela de Los Martínez, cuya construcción fue motivada, precisamente, por el derrumbe de un tramo de 23 metros de la senda, que se produjo en el año 2012, y cuya reparación salva un abismo sobre el río Cares.


No obstante, se trata de una ruta que es imprescindible recorrer, principalmente por el imponente y singular entorno por el que transcurre, encajonada entre paredes rocosas, que se salvan a través de puentes de vértigo, caminos tallados en la roca y túneles, mientras el sinuoso y estrecho sendero avanza por el desfiladero, entre la localidad leonesa de Caín y la asturiana de Poncebos.

 

Imagen 05 Vista de la ruta y el Puente de los Rebecos(VG)
Vista de la ruta y el Puente de los Rebecos. | VICENTE GARCÍA

Los más montañeros saben de distintos puntos que existen en la senda y dan paso a las distintas canales que ascienden a los territorios más altos de los Picos de Europa, entre las que se encuentra la de Trea, por la que se llega al refugio de la Vega de Ario y a los lagos de Covadonga, o la de Dobresengos, cuyo ascenso, sumamente exigente, premiará con las cumbres e itinerarios de altura que se pueden realizar en el Macizo Central de los Picos de Europa, itinerarios éstos y otros muchos, que parten de la senda del Cares, pero que por su gran intensidad están reservadas a personas con una elevada preparación física y técnica.


El recorrido por la Ruta del Cares tiene la denominación técnica del Parque Nacional de PR-PNPE 3, cuenta con la señalización correcta y la mayor parte de los excursionistas y senderistas que la recorren eligen la opción de hacerla tanto desde Caín a Poncebos o viceversa, todo depende donde se comience, ya en la mayoría de los casos cuentan con algún tipo de transporte que les devuelva, por carretera, al punto de origen, haciendo así un recorrido de escaso desnivel y de 11 kilómetros de recorrido.


Existen otras posibilidades si se quiere hacer más recorrido, como hacer la ya planteada, de Caín a Poncebos, en modo ida y vuelta, o también empezar en Posada de Valdeón, cuyo recorrido hasta la localidad cabraliega de Poncebos conllevaría la realización de un trazado de 21 kilómetros, visitando en su trayecto lugares tan representativos como la ermita de Corona, donde se dice que Pelayo fue coronado rey, o el Chorco de los lobos, en cuyo panel informativo se explica la función que tenía y es siempre interesante para quien no la conoce.


Aparte de las anteriores, y si se pregunta a algún montañero con cierto bagaje, recomendará el recorrido de Posada de Valdeón a Caín, y posterior caminata por la ruta del Cares hasta el paraje de Culiembro, recorriendo así la parte más interesante de la senda del Cares, para volver de nuevo, caminando, hasta Posada. La distancia de Caín a Culiembro es de 12 kilómetros ida y vuelta. Si esta es la opción que se va a elegir, se podrá prescindir de contar con un transporte para volver al punto de origen.


Se puede conocer, antes de hacerla, la historia que rodea a la construcción del canal y al origen del camino que se recorrerá, que habla de una obra de ingeniería realizada entre 1915 y 1924, en la que participaron más de 500 obreros, para abrir un canal que llevaría el agua desde Caín a la cámara de carga de Camarmeña, por donde cae hasta las turbinas de la central hidroeléctrica de Poncebos. Una obra colosal para aquella época, en la que no es difícil suponer la penosidad del trabajo de aquellos obreros, de los que muchos fallecerían en su construcción debido a distintos accidentes, muchos de ellos causados por el desconocimiento del uso de la recién inventada dinamita.


Posteriormente la senda se adecuó al estado que hoy presenta entre los años 1945 y 1950, mediante un canal interior, dejando el primitivo como camino, a fin de dar servicio al mantenimiento de la infraestructura hidráulica.


Esta ruta se realizó por primera vez, en modo inclusivo, en 2009, por el club de montaña Pandetrave, guiando a cinco participantes con ceguera o discapacidad visual, volviendo a surcarla posteriormente en otras ocasiones, ya con sillas todoterreno, que permitieron a personas con movilidad reducida disfrutar de ese impresionante escenario natural.


Es recomendable no realizarla en temporada de gran afluencia turística, así como llevar calzado, bastones y prendas adecuadas para la práctica del senderismo, además de llevar un botiquín básico, protección solar, agua suficiente y comida. Por lo demás sería cosa de ser conscientes de la actividad a realizar, aplicando el sentido común y respetando las indicaciones que se encuentren.

La ruta


Se propone realizar en su versión más sencilla, comenzando en la localidad de Caín y finalizando en Poncebos.


Tras salir de Caín se cruza un puente y se ve la balsa por la que se abastece el canal, antes de que el camino se introduzca, por encima de la presa, en unos túneles, que presentan de vez en cuando alguna ventana por la que se ve el salto de aguas y el, allí cercano, río Cares. 

 

Imagen 07 Por la ruta del Cares(MF)
Por la ruta del Cares. | MARCE FERNÁNDEZ

El canal transcurrirá a la izquierda, encuevado en la mayor parte de su recorrido, y la senda aumentará progresivamente la altura que mantendrá sobre el cauce del río, que ya será de 60 metros cuando se pase el puente de Los Rebecos, por donde la ruta se cambia de orilla a elevada altura, para volver posteriormente al margen izquierdo del Cares, unos cuantos metros después, esta vez, a través del puente de Bolín.


Poco más adelante se encuentra el cartel que indica el límite con Asturias, para seguir en un ascenso progresivo, que se consumará tras pasar por la zona de Los Collaos, desde donde ya se descenderá a Poncebos, donde finaliza la ruta, no sin antes disfrutar de la estampa que ofrece el río Cares, que, si no viene turbio, presenta un intenso color turquesa, coronado allí por el puente de La Jaya y ofreciendo una foto clásica de póster turístico en el punto donde empezaría la canal del Texu, el único acceso al pueblo de Bulnes antes de construir el funicular.


Habrá que volver andando a Caín en caso de no contar con un servicio de transporte contratado, o el habitual «cambio de llaves», con otros componentes del grupo que hayan hecho la ruta empezando en el extremo opuesto. 


Existe un eficaz servicio de taxis en Valdeón donde se puede contratar previamente el regreso, y en los meses de verano hay servicio de autobuses de la empresa Alsa, realizando el trayecto entre Caín y Poncebos.

Lo más leído