El entorno de Sabero sugiere interesantes rutas y otras actividades con un componente de aventura más marcado, como la escalada en paredes cercanas, la vía ferrata de Valdetorno o incursiones en la espeleología para todos los niveles, teniendo en la cueva de Valdelajo un atractivo y sencillo exponente para que todos puedan disfrutar de las bellezas que ofrece el interior de las montañas.
El Museo de la Siderurgia y de la Minería de Castilla y León es el punto de partida de la ruta que hoy se propone y que conecta el presente con el pasado minero de este entorno, cuyos vestigios se pueden contemplar a medida la carretera avanza su recorrido, a través de los pueblos del valle de Sabero.
La Ruta de las Minas, es quizás la más representativa de las que se pueden realizar, teniendo al museo como punto de partida, y está homologada por la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo (FDMESCYL), con la denominación PRC LE-60.
La visita al museo es imprescindible, bien al comienzo o al finalizar la ruta, si se quiere comprender en profundidad el significado del paisaje que ya se ha ido mostrando desde la carretera y que se recorrerá en profundidad a continuación, a través de un itinerario sencillo, de unos 10 kilómetros de distancia y de forma circular, es decir, con comienzo y finalización en el mismo punto y con un desnivel perfectamente asumible, de poco más de 275 metros positivos, y que, por otra parte, puede también ser realizado en bicicleta de montaña o por las sillas adaptadas todoterreno.
No en vano, la primera silla de esas características se presentó por primera vez en León en las II Jornadas de Montaña y Discapacidad que se realizaron en Sabero en el año 2013, y que organizaba el Club Pandetrave, junto con la FDMESCYL y la Universidad de León, en las que se formaron tanto guías de montaña como montañeros voluntarios llegados de todas las partes de España, para conocer las herramientas de movilidad y las técnicas con las que poder realizar esta modalidad montañera tan solidaria y comprometida.
El estacionamiento de los vehículos no suele tener dificultades en la zona del museo.
Desarrollo de la ruta
Se trata de una ruta de Pequeño Recorrido, denominada PRC-LE 60, que coincide con otras de bicicleta de montaña también señalizadas.
La ruta parte de la zona del museo con dirección norte por las calles del pueblo, atendiendo siempre a las indicaciones que proporciona la señalización y que irá acompañando en todo momento a los caminantes.
Se abandona la localidad de Sabero en constante ascenso, para llegar a la ermita de San Blas. La escasa altura ganada permite entonces mirar con otra perspectiva al histórico edificio del museo y que es parte de lo que fue la Ferrería de San Blas, complejo industrial siderúrgico realizado a mediados del siglo XIX.
A partir de la ermita el camino transcurre por un camino forestal, y sin haber caminado mucho se encuentra ya la Fuente de la Muela, un área acondicionada con bancos y mesas donde quizás apeteciera descansar y comer el bocadillo en caso de haberla hecho en sentido inverso, pero que estando aun frescos se dejará atrás para seguir progresando hasta llegar hasta el siguiente punto de interés, el Roblón de la Plata, al que se llegará realizando un pequeño desvío del camino y atendiendo a las señales, para contemplar ese magnífico ejemplar de roble, al parecer híbrido entre roble albar y roble rebollo, cuya edad se estima en 700 años y que sobrevivió milagrosamente a las talas compulsivas de los bosques en el periodo industrial. Su nombre refiere sin duda a una mina próxima, de la que se extraía galena argentífera, mineral del que se obtiene plata y plomo.
Del mismo camino que nos lleva al Roblón de la Plata, parte otra bifurcación señalizada que conduce a la Cueva del Trigal, a través de un sendero estrecho, posteriormente marcado con hitos que dirigirán a la boca de la cueva. La cueva es atractiva y no se necesita material muy técnico para recorrerla de forma somera, aunque es necesario subrayar que su visita estará condicionada a llevar equipos de iluminación junto con accesorios de protección adecuados y atendiendo también al tiempo que esa visita consumirá del que se piensa dedicar a la totalidad del que se desea emplear en la actividad, por lo que sería mejor opción dedicarle una visita en otra jornada, planificada en exclusiva para ese objetivo.
Desde el Roblón de la Plata hay que regresar deshaciendo el camino hasta el desvío que hemos tomado en la ruta para llegar a él, o bien, con el propósito de atajar unos metros, se puede seguir por una vereda, paralela a la ruta, aunque a superior altura, que irá perdiendo rápidamente y entroncará de nuevo con el trazado del sendero que seguimos, cerca de donde se encontraba la Mina de la Plata, sobre el incipiente arroyo de Sabero.
De nuevo en el trazado de la ruta, pasaremos por los restos de una pequeña explotación minera a cielo abierto, antes de llegar a un mirador que invitará a detenerse para ver desde allí el valle de Aleje, junto al río Esla.
El firme de la ruta, ya transformada en estrecho sendero, descenderá en zigzag a la localidad de Alejico, no sin antes pasar por los restos de la mina Mariate y llegando a un estrecho puente de tablas sobre el Esla, que si se quiere cruzar hay que desandarlo a continuación para retornar a Sabero a través de las sendas que transcurren paralelas a la estrecha carretera que conecta Alejico con el Puente de Sabero, ya en la carretera CL-626, donde se observa una locomotora restaurada, de las que transportaban los vagones con el mineral, y que ahora se exhibe orgullosa sobre las aguas del Esla.
Solo resta continuar por la principal travesía de la localidad de Sabero hasta llegar de nuevo al museo del que se ha partido, donde finaliza la ruta.