Las vías verdes son itinerarios acondicionados para su uso peatonal o cicloturista, hablamos de rutas sobre antiguos trazados del ferrocarril que se recuperan para poner en valor, en muchos casos, el patrimonio que constituyen los restos de las estructuras, puentes y túneles, que se construyeron para ejecutar antiguas infraestructuras ferroviarias.
El escaso desnivel y la pavimentación que presentan estas vías verdes, lo hacen atractivo para los ciclistas y caminantes que no buscan complicaciones y que desean únicamente disfrutar de los paisajes y localidades que se encontrarán en su recorrido, además, muchas de ellas, son accesibles a personas con movilidad reducida, que quieren emplear sillas de tipo «handbike», u otras con ayuda eléctrica y que los usuarios las utilicen de forma autónoma, ya que en algunos casos, la pavimentación y escaso desnivel que presentan esas rutas lo hacen posible.
Hay un gran catálogo de estas vías en nuestra geografía nacional, que se pueden consultar en la web https://viasverdes.com, donde se describen y se aportan todos los datos necesarios para quien quiera recorrerlas.
En el caso de León, se cuenta con dos: en el sur de la provincia se encuentra la Vía Verde del Esla, que parte de Valencia de Don Juan, y en el noroeste de la provincia la Vía Verde de Laciana, cuyo trazado está ejecutado por el recorrido en el que trascurría el ferrocarril minero que se utilizó para transportar el carbón que se extraía de las numerosas explotaciones con las que llegó a contar el valle de Laciana.
Es uno de los recorridos que promociona la asociación Laciana con los Cinco Sentidos, consciente del valor incalculable que ofrece el patrimonio natural e industrial de su comarca y que se esfuerza en poner en valor un turismo de calidad, sostenible y socialmente comprometido, realizando actividades inclusivas y también de concienciación ambiental, conscientes de la importancia del filón verde, de explotación incipiente, forjando unos cimientos sólidos para que en un futuro se viva de cara a la exuberante naturaleza con la que cuenta la comarca, tomando conciencia de que ese inigualable patrimonio natural puede representar el principal motor del desarrollo local, tras el fin de la actividad minera.
El tramo de la Vía Verde por el que se va a circular, es apto para ser recorrido por personas con movilidad reducida de forma autónoma, mediante la utilización de sillas con ayuda eléctrica o handbikes de tipo deportivo, que cuenten con ruedas adecuadas, para que puedan rebasar algún resalte que pueda presentar, de forma puntual, un firme muy bien ejecutado.
En el caso de hacerlo con una silla adaptada para senderismo, tipo Joëlette, no supondrá ningún problema, ya que ese tipo de sillas están diseñadas para emplearse en terrenos mucho más técnicos y que en este caso van a poder ser conducidas por dos personas sin apenas esfuerzo.
Las personas ciegas, o con discapacidad visual, podrán realizarla también de forma autónoma, mediante el uso del cotidiano bastón «roller», acompañadas de otra persona que las pueda ayudar puntualmente, además de contribuir a la interpretación del entorno.
Se propone la realización de esta ruta de forma lineal, con salida en el Centro de Interpretación del Urogallo, que se encuentra en la localidad de Caboalles de Arriba y con finalización en Villablino.
La visita al Centro se hace imprescindible para tomar conciencia del paisaje que posteriormente se va a recorrer. Se encuentra adaptado y también tiene paneles de lectura en Braille. Allí también se pueden montar las sillas y disponer al grupo para comenzar la ruta, en un trazado de poco más de 7 km. con 115 metros de desnivel negativo y 15 de desnivel positivo.
Se propone el recorrido de ida y es necesario considerar la logística para volver al inicio, bien mediante taxi, que son muy correctos y agradables o buscando autobuses u otros medios.
Desarrollo de la ruta
Se parte de la localidad de Caboalles de Arriba, concretamente del Centro de Interpretación del Urogallo, que, como se ha dicho, se recomienda visitar antes de hacer la ruta, para entroncar en esa localidad con el trazado de la Vía Verde que comienza a continuación y para cuyo acceso, en caso de que algún participante la vaya a realizar en silla de ruedas, se hará siguiendo las calles que descienden desde la parte posterior del Centro.
Se puede observar en todo momento la correcta señalización, tanto para senderistas como para ciclistas, que pueden recorrer opcionalmente otros tramos para incrementar el recorrido. El sugerente camino llevará a detenerse, a poco más de dos kilómetros, en la localidad de Caboalles de Abajo, donde, si se dispone de tiempo, se pueden visitar alguno de los atractivos que presenta y en la que, al menos, se va a visitar el castillete e instalaciones del Pozo María, vestigio histórico del Valle y que hoy se trata de recuperar para poner en valor lo que fue aquella explotación, cuyos orígenes datan de los primeros años del siglo XX y donde tuvo lugar, en 1979, uno de los más graves accidentes mineros de la provincia, con el fallecimiento de diez hombres, recordados hoy por un monolito que allí se puede ver.
El camino continúa dejando atrás Caboalles de Abajo, entre una vegetación exuberante y altos montes a la derecha, con tupidos e impenetrables bosques, y que conforman el hábitat del oso, animal ampliamente representado en la comarca y que en ocasiones ha sido visto por la Vía Verde, y que, junto al urogallo cantábrico, son los símbolos totémicos naturales de Laciana.
Se pueden observar a la izquierda los restos de un antiguo lavadero de carbón, antes de que la senda comience a transcurrir cercana a la carretera, delimitada por unas protecciones de madera. A la izquierda se observa el castillete del Pozo Calderón, en Villager de Laciana, antes de encontrar en la senda una fila de antiguas vagonetas mineras, que irremediablemente será necesario detenerse para hacer una descripción de ellas a los compañeros con discapacidad visual, y que incluso se podrán subir a una de ellas que estaba destinada al transporte de personas, junto a otras de transporte de mineral y de otros usos.
Una cercana pasarela peatonal permite el paso por encima de la carretera y presenta una rampa en ascenso que ha de ser salvada, con algo más de esfuerzo, por las personas con movilidad reducida que la acometan usando una handbike, las sillas de ruedas cuya tracción se obtiene del pedaleo de la fuerza de los brazos del usuario.
Se seguirá la senda un buen tramo, que transcurre cercana al margen izquierdo de la carretera que lleva a Ponferrada, y que discurre entre prados ganaderos y huertas, para llegar a una rotonda donde finaliza esta ruta.
En caso de no contar con vehículos que vengan allí a recoger a los participantes, se puede hacer de vuelta, lo que incrementará en el doble el número de kilómetros del recorrido. Aunque si se prevé esa vicisitud, y no se quiere invertir tanto recorrido, siempre se puede hacer el tramo entre el Caboalles de Abajo y Caboalles de Arriba, incluso continuar un poco más, teniendo en cuenta el tramo que ya se ha hecho a fin de considerar, cuando se vea más oportuno, iniciar la vuelta al punto de partida por el mismo camino.