Pero ¿por qué ocuparnos aquí de lo que podría parecer un concurso más? Pues precisamente por la singularidad del mismo que lo diferencia muy mucho de los demás que podamos conocer. Sembrando palabras, como su propio nombre parece anunciarnos, pretende «sembrar las calles de relatos, con la posibilidad de descubrir durante todo un mes los textos recolectados», logrando así no solo la participación directa de cuantos autores participan en el mismo, también la de cuanta gente pasa por el municipio a lo largo de un mes en el que pueden disfrutar de los trabajos presentados.
Surgido de las mentes de Paz Martínez y Óscar Valero, y de su amor por la literatura por un lado y del amor a su tierra por otro, dicen escoger para su puesta en marcha el 15 de mayo (día en que se celebra la festividad del patrón de los labradores) «porque la labranza y la siembra se corresponden con este día y nosotros somos sembradores de palabras y recolectores de historias». Y así, durante casi dos meses, Óscar y Paz irán recogiendo textos llegados de todas partes en el buzón especial que para este concurso tienen en el pueblo y que luego irá ‘sembrando’ para disfrute de todo el público que así quiera hacerlo –durante todo un mes-en las ventanas de las casas de Santa Colomba de Somoza. Naturalmente, a la espera de la decisión que el jurado tome al respecto, esa exposición de textos es totalmente anónima. Es este un certamen que surge por iniciativa exclusivamente particular, de un interés común de sus dos promotores por hacer algo que les gusta y por hacerlo en su pueblo: «tanto a la hora de llevar a cabo la muestra de la cosecha de relatos, como cuando ponemos en manos de los autores nuestra esperanza de dar a conocer nuestra comarca». Y por eso el habitual premio en metálico de otros concursos es sustituido aquí por la posibilidad de que los ganadores visiten y disfruten del pueblo y de sus encantos, pues lo que se ofrece como tal es un fin de semana en alguno de los centros rurales del municipio (para dos personas) con degustación incluida de su plato fuerte, el cocido maragato, circunstancia que en un par de día pretende animar a los ganadores a conocer esta tierra y sus más diversos encantos.
Amigos desde siempre, Paz y Óscar, quienes se declaran profundamente enamorados de su pueblo, y por ende de toda la comarca, deciden en un momento dado compartir ese amor con los demás buscando una sencilla propuesta cultural a través de llamar la atención sobre ambos, una excusa más para compartir tiempo juntos, para verse y disfrutar de una felicidad que les permita disfrutar de todos los momentos empleados en sacar adelante el proyecto «en un mundo que cada vez gira más rápido y en el que todo parece tener una motivación material» y, de algún modo, trasladar parte de ese disfrute a quienes de una u otra forma se involucren en el mismo, como autores o como espectadores/lectores; una propuesta que fue completando mientras «paseamos mucho, hablamos mucho, pusimos ideas en común y sin pensarlo demasiado nos lanzamos», creando una bases, un correo para la difusión, una cuenta de facebook https://www.facebook.com/recolectandohistorias/, y un blog (pazmartinezpoeta.wordpress.com/sembrando-palabras-2/) en el que siguen trabajando para conseguir una mayor eficiencia; herramientas estas dos últimas en las que se pueden seguir los distintos pasos del certamen, incluida la publicación de los relatos ganadores y del resto de participantes. Habitualmente, a través de la propia convocatoria, lo que aparece es el lema que la da nombre, Sembrando palabras, más que el de Óscar Valero y Paz Martínez, cabezas visibles de la misma, porque –vecinos ambos de Santa Colomba de Somoza- aunque en un pueblo pequeño donde todos se conocen es imposible mantener el anonimato ante proyectos de estas características, ambos prefieren apostar porque el peso de la propuesta recaiga en lo que aporta en sí misma y no ellos como personas, y le dan el verdadero protagonismo de la misma a «los vecinos que nos prestan sus ventanas para colgar los relatos, los participantes que cada año nos envían sus obras y los lectores que se detienen a pie de calle y mientras leen comentan que obras les gustarían que ganaran. Cuando el jurado da el fallo ya todo el mundo ha hecho sus apuestas y eso convierte a todo un pueblo en impulsores del proyecto».Paz Martínez, es una conocida escritora de la localidad que ya cuenta en su haber con varias publicaciones, además de participar en la promoción de otras actividades tanto culturales como mas concretamente literarias a través de las cuales tratar de reactivar la zona en este sentido. Óscar Valero está muy implicado también en esa animación cultural, teniendo entre manos otros aspectos como la gestión de su casa rural y algún otro proyecto dedicado a la explotación racional de los recursos naturales.
El jurado de este certamen es otro de los protagonistas del mismo, del que también ellos se mantienen al margen. Y así, en cada una de las cuatro ediciones, salvo un miembro que ha permanecido en todas ellas, cada año se escoge a personas diferentes «siempre personas relacionadas con el mundo de las letras» cuyos nombres solo se dan a conocercon la firma y posterior publicación del acta del fallo. «Creemos –nos dicen- que el abanico de posibilidades se abreasí a diferentes estilos literarios y narrativos».
Un poco de historia
Cada año cambia el tema y, por tanto, a medida que pasan los años, el reto es un poco mayor.La primera edición, de mayo del 2016 y puesto que el premio se disfrutaría en la casa rural que el propio Óscar Valero tiene en el pueblo, decidieron que dentro de un relato de tema libre, este incluyese las palabras ‘Casa Coloma’, precisamente las que le dan nombre a la misma, y que acogió como ganador a Santiago Eximeno,un escritor madrileño de relatos y novelas de ciencia ficción, terror y fantasía, por surelato titulado ‘De Piedra’.
La segunda edición de 2017 escogió como tema Leyendas basadas en la propia comarca, llevándose el premio Olga Morla, de León, con su relato ‘De orejas va la leyenda’.
En 2018, el premio de la tercera edición giró en torno a Tu carta, otras palabras en tu buzón, ideado como un regreso a la escritura a mano y al correo postal. El galardón fue para la escritora madrileña María Jesús Silva.
La convocatoria de este año, cuyos textos ya pueden disfrutarse colgados de las ventanas de la localidad, a la espera de que el fallo se haga público muy pronto, ha escogido el humor con tema central de los relatos.
Los protagonistas
Sembrando Palabras es una propuesta particular que se financia directamente desde los bolsillos de sus creadores, «sin ningún tipo de apoyo institucional –nos dicen- y no porque no nos lo hayan ofrecido, si no porque somos sentimentales y queremos conservar sus orígenes y nuestra autonomía». Este proyecto ha tenido muy buena acogida ante el públicoquizá porque, como declara la propia Paz Martínez «de pronto deja de ser importante quien gana porque todos tienen su hueco y su oportunidad de difusión tanto en la calle como en las redes»; tal vez porque –como comenta Óscar Valero- al presentar «los relatos con el lema ‘Leer en la calle’la idea llama mucho la atención». Y están muy agradecidos por la acogida aunque, por supuesto, la propuesta conlleva sus riesgos. Y es que como gentes de campo que se declaran «las dificultades nos obligan como al resto, a mirar al cielo por si llueve. Y es que una vez recolectado lo importante es que no se moje la cosecha», como les ocurrió en la edición de 2018. Como los relatos se ponen en la calle las tormentas de verano pueden acabar con ellos. El agosto pasado losrelatos expuestos eran textos escritos a mano y enviados por correo postal, lo que supuso la pérdida de los textos originales a manos y enviados por correo ordinario. Se mojaron y muchos originales, si no todos, se perdieron al mojarse. «Fue una idea muy romántica que conllevó sus riesgos y sus grandes problemas para compartir los relatos en las redes»; un problema que sin embargo no les ha echado para atrás y que les servirá para mejorar: «estamos dedicados a ello y eso se notará a lo largo del tiempo», nos dicen.Como toda cosecha, sus frutos son variables, aunque reconocen que hay «al menos un centenar de participantes dispuestos a sembrar con nosotros. Esperamos que la vida nos permita continuar en este proyecto durante muchos años». Nosotros también lo esperamos y le deseamos una larga vida y un gran éxito. Santa Colomba, a través de sus propios vecinos y de otras iniciativas en las que el ayuntamiento se va implicando poco a poco, es uno de esos núcleos rurales que se resiste a morir y que llena de iniciativas literarias el devenir de los meses, como fórmula para luchas contra el olvido. Y así, si Sembrando palabras mantiene en jaque los anhelos literarios de propios y extraños de mayo a agosto, tampoco hay que olvidar otros encuentros literarios más al uso (aunque con características muy particulares), como la cita de junio en Solsticio en Turgencius (de la que ya hablamos en esta sección) o el que próximamente verá la luz con carácter mensual, recorriendo los distintos puntos del municipio, bajo el nombre de Versos en Somoza, y de cuya organización forma parte también Paz Martínez junto a otras personas. Sin duda en Santa Colomba de Somoza se siembran palabras y poco a poco estas van fructificando.