‘El avaro’ fue publicada por Molière en 1668. Quizá la obra más conocida del dramaturgo francés, inspirada en ‘La olla’ de Plauto, se presenta en papel con forma de comedia en prosa y cinco actos que desentrañan un tema central atemporal que hace honor a su título: la avaricia extrema. Una de la que será testigo este sábado el Teatro Gullón de la capital maragata de la mano de la compañía Atalaya, que el año pasado cumplía cuarenta desde su nacimiento; los mismos que lleva al frente de su dirección Ricardo Iniesta.
«El pecado capital de la avaricia es el que más daño hace a la sociedad porque los grandes avaros arruinan a los que están a su alrededor», introduce Iniesta al otro lado del teléfono: «Tenemos como ejemplo el caso del gran avaro de este país –todos sabemos quién es–, que se fue a miles de kilométros a vivir cerca del desierto y que de vez en cuando viene a hacer sus regatas». La descripción, minuciosa y satírica, además de no dejar lugar a dudas, es buena carta de presentación del grupo teatral, acostumbrado subir a escena una profunda crtítica contra la hipocresía burguesa y lo peor de la alta sociedad.
«La avaricia no se para, la avaricia no se cura y hay otros grandes avaros», continúa y no tarda en hacer uso de su particular sutileza para hablar de «empresarios de grandes industrias textiles que a tantísima gente explotan por todo el mundo». No le faltan ejemplos: «Los grandes avaros están a la orden del día».
"La avaricia no se para, la avaricia no se cura. Los grandes avaros están a la orden del día"
La puesta en escena adquiere además otro tinte de actualidad al tratar el tema de la vivienda. «Dentro de nuestra obra se habla precisamente de los desahucios», refleja el director, que asegura haberse inspirado en una versión de ‘El avaro’ de Tonino Cervi con Alberto Sordi. «Utilizan la idea del desahucio como eje central del montaje y nososotros la hemos actualizado», afirma: «Si Molière estuviera vivo hablaría mucho de lo que está pasando con la vivienda en este país».
Con un marcado espíritu reivindicativo, a pesar de tener entre manos numerosos proyectos y contar a sus espaldas con décadas en forma de exitosa trayectoria, Iniesta considera que no corren buenos tiempos para las artes escénicas y, contundente como parece ser, echa la culpa a las administraciones. «Se da la circunstancia de que nosotros estamos artística y vitalmente con más energía que nunca, pero con recortes económicos de las administraciones», asevera: «El teatro cada vez es más necesario, pero cuesta atraer al público porque hay un problema endémico en este país: las artes escénicas no se enseñan en los colegios y eso hace que la gente joven no tenga ninguna orientación ni interés por ir al teatro».
Este sábado (20:30 horas), la compañía de Iniesta, de la mano de un reparto estelar de ocho personajes, llevará a la capital maragata la muestra de un arte puro –«en tiempos de Inteligencia Artificial, lo único que queda que se tiene que hacer necesariamente en vivo», en palabras del director–. Aderezada con buenas dosis musicales, la puesta en escena de ‘El avaro’ llegará con Atalaya al escenario de Astorga; ciudad que ya antaño acogiera al grupo y que ahora les espera haciendo gala de unos monumentos que bien podrían ser parte de la escenografía.