Hace unos días finalizó la campaña que desde hace ya seis años llevan a cabo alumnos del Grado de Conservación y Restauración de León en el Palacio de Grajal de Campos. David de la Riva y a María Jesús Ramírez, estudiantes de tercer y cuarto curso respectivamente, son dos de los alumnos que junto a otros compañeros y dirigidos por sus profesoras, durante dos semanas, han puesto en práctica sus conocimientos para conservar y restaurar el Palacio de los Condes de Vega, una espectacular obra renacentista civil del siglo XVI declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Monumento y considerada una joya del Patrimonio del Camino De Santiago a su paso por la provincia de León.
– A los Conservadores y Restauradores se os ha dado en llamar ‘Cirujanos del Arte’ ¿Con razón?
– Pensamos que se debe a que nuestra profesión nos permite “salvar la vida” a las obras de arte poniendo fin a ese proceso degradativo y posibilitar su correcta interpretación. También usamos materiales de sutura o herramientas que bien podrían usarse en medicina.
– ¿Cómo ha sido el proceso de restauración de la azulejería de una de las salas del Palacio?
– Fue complejo. Después de retirar los plásticos y tableros que tenían la función de conservación preventiva del suelo, realizamos la limpieza mecánica mediante aspirado y retirado de morteros y elementos biológicos; la limpieza acuosa se llevó a cabo con jabón de pH neutro y agua desionizada. Tras la consolidación de elementos cerámicos, previa humectación del suelo con un derivado del petróleo, finalmente se aplicó un mortero de cal sin carga con el fin de rellenar las lagunas más prominentes del suelo, y para conseguir la adhesión de los azulejos.
– Explicadnos detalles de la intervención que habéis realizado sobre las pinturas murales en seco.
– El trabajo sobre las pinturas murales, que se encuentran en la sala llamada El Oratorio, ubicada en el piso superior del Palacio, comenzó con el remate de las zonas encaladas con ayuda de cinceles y del bisturí. La reintegración de las lagunas se llevó a cabo con acuarela mediante las técnicas del puntinato y rigattino, concretamente en la zona central del conjunto que aúna el escudo de la familia De Vega con la torre, donde se observan lo que parecen ser lobos rojos y un toro. Coronando el conjunto hay un elemento que recuerda a una filacteria que recoge una inscripción espectacular que reza así: «Mejor muerto que sucio».
– Durante el proceso de restauración habéis encontrado una puerta realizada en yeso negro que había sido tapada completamente.
– En una campaña anterior y gracias a un desprendimiento fortuito del encalado, se descubrió un relieve con decoración vegetal y animal hecho en yeso negro, lo que indicaba que la familia noble tenía un gran poder económico puesto que este yeso se tallaba por profesionales. Hemos realizado labores de limpieza, consolidación y la reintegración volumétrica y cromática de los morteros y lagunas. Se han descubierto más fragmentos de este yeso negro tallado en uno de los armarios de otra sala del Palacio, lo que nos ha parecido muy curioso.
– ¿Consideráis necesaria la divulgación de los trabajos de los conservadores–restauradores y en concreto de los avances realizados en el Palacio de de Grajal?
– Es fundamental. La divulgación puede hacer que la gente comprenda mejor el trabajo que desempeñamos en la conservación de los bienes artísticos, que va más allá de una bata blanca y un pincel. Detrás de las obras de arte, ya sea un mural, una yesería o un azulejo, como es el caso del Palacio de Grajal de Campos, hay un grupo de profesionales con amplia formación en materias como química, biología, comportamiento de materiales, fotografía o historia del arte. Sería interesante que mostráramos los avances realizados en cada campaña mediante una presentación de nuestro trabajo en el Palacio para que la gente del pueblo, autoridades y visitantes conozcan y valoren nuestro Patrimonio y nuestra profesión, ya que consideramos que el patrimonio cultural tiene que ser una responsabilidad compartida.
– El grado de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, ¿es una oportunidad para desarrollar la inquietud intelectual por la Ciencia que tienen muchos estudiantes?
– En León cursamos la especialidad de pintura y hay que decir que durante cuatro años dedicamos muchas horas a las materias científicas. Por tanto, los estudios de Conservación y Restauración ofrecen la oportunidad de desarrollar y poner en práctica el gusto por la Ciencia. Es muy interesante aprender el proceso de degradación de los materiales, ya sean orgánicos o inorgánicos, que se produce por factores como la radiación ultravioleta, infrarroja o por factores biológicos o medioambientales; pero sobre todo nuestra curiosidad científica nos lleva a descubrir los porqués: por qué se degradan las obras, por qué se producen esas reacciones químicas o en el caso contrario por qué no se han visto afectadas si estaban en unas condiciones poco favorables. De hecho, el mundo de los pigmentos y conocer sus alteraciones químicas es muy importante para poder ejecutar un buen trabajo, así como el tema de limpiezas.