Borja Rodríguez Tablado echó raíces a la vez la pasión por su tierra y la pasión por su música; con la fuerza que ‘prende’ cuando llega de unos seres tan especiales como los abuelos. «En casa siempre gustaron los sones del acordeón», tanto que el nieto acaba de ganar dos veces seguidas el Campeonato del Mundo. Eso sí es honrar a tu sangre y a tus raíces.
– ¿Cuántas veces te han dicho estos días lo de ‘lo has vuelto a hacer, Borja’.
– Bastantes veces, la verdad. Estoy recibiendo muchos mensajes de cariño de mi entorno, en prensa y en redes sociales, algo que agradezco enormemente.
– Repites campeonato del mundo, como hace un año, ya no puede ser casualidad ¿en la misma modalidad?
– Sí, en la misma categoría, la de Acordeón Diatónico K2 (sin límite de filas en la mano derecha y a partir de 8 bajos en mano izquierda) y para acordeonistas de 36 años en adelante.
– Con la experiencia del año 2023, ¿en qué ha sido diferente este Campeonato del Mundo que lograste hace unos días?
– Este año el campeonato se ha desarrollado de manera presencial en la localidad francesa de Montargis. Es la primera vez desde la pandemia que se realiza en directo de manera física, ya que las cinco últimas ediciones se ha desarrollado de forma online. Allí he podido compartir espacio con acordeonistas de otros países y de otras categorías diferentes a la mía. Tanto a nivel personal como a nivel profesional ha sido una experiencia única.
– Siempre se espera que un reconocimiento como este, un Mundial, suponga un salto en tu carrera artística ¿El campeonato del año pasado te ha cambiado en algo la vida profesional?
– En lo profesional la verdad que no. Sigo con mi día a día, haciendo mi trabajo lo mejor que sé, allá donde me den destino. En lo personal me ha servido para reafirmar que el trabajo de todos estos años ha sido y está siendo bueno y eso es con lo que me quedo.
– ¿Qué esperas de este nuevo galardón?
– Creo que es un hito importante ser reconocido fuera de nuestras fronteras, con un instrumento que aquí es poco común. Lo que espero es que este tipo de acordeón pueda hacerse hueco entre el resto de instrumentos que conocemos y que a su vez, se valore nuestra música.
– Sigues fiel al acordeón diatónico ¿qué te da este instrumento?
– Sí, sigo siendo fiel al diatónico, pero no dejo de lado ni al cromático de teclas ni al cromático de botones, con los que interpreto otros estilos musicales que también son muy enriquecedores. El diatónico me conecta directamente con las raíces de mi tierra: su música, sus gentes, sus costumbres, sus lugares… y eso es algo que intento transmitir en mis interpretaciones.
– ¿Cómo nació en ti la pasión por el acordeón?
– A través de mis abuelos maternos. En casa siempre gustaron mucho los sones del acordeón. Por aquel entonces era uno de los instrumentos más importantes del Valle de Laciana. Gracias a mis abuelos y al apoyo incondicional del resto de mi familia durante todos estos años, estoy hoy donde estoy.
– La otra rama familiar está en la otra montaña, la oriental de Riaño, a la que ahora te has acercado como profesor en Cistierna ¿Cómo es allí el panorama musical?
– Mi padre desciende de la montaña de Riaño. Siempre he dicho, allá por donde voy, que soy de dos montañas. Uno debe sentirse siempre orgulloso de sus raíces. En cuanto al panorama musical, la montaña oriental es inmensamente rica en sones, letras y tradiciones. Debido a ser zona de trashumancia, estos cantares han estado muy ligados a instrumentos como el rabel, típico instrumento pastoril, aunque he de reconocer (y hablo por experiencia propia) que el acordeón está muy presente y es muy querido en todos los pueblos de la montaña oriental.
– Como profesor de instituto, ¿se le da a la música la suficiente importancia en la enseñanza? ¿Y a la música tradicional, a la leonesa por ejemplo?
– En mi opinión, la música es el idioma universal y como tal, tendría que tener un espacio más que relevante en la sociedad y creo que aún no somos conscientes de ello. Como profesor de música de secundaria, intento que los alumnos tengan conciencia de que la música tradicional (en nuestro caso la Leonesa) es un bien cultural que deben conocer, apreciar y cuidar porque así podrán mantener vivo su acervo cultural.
– Imagino que cuando se enteren en la Consejería que eres campeón del mundo te subirán el sueldo.
– Me conformaría con tener un trabajo estable…
– La otra faceta, La Orquestina, ¿qué supone para ti participar en este proyecto?
– La Orquestina de León es un proyecto que me maravilló desde el primer momento en el que Raquel Ordóñez Lanza y su familia, se pusieron en contacto conmigo para que fuera el acordeonista. Es un proyecto único en nuestra provincia que está teniendo una acogida enorme tanto dentro como fuera de nuestras fronteras gracias al cuidado, al rigor y al esfuerzo que se ha puesto en cada detalle. Muy aconsejable y para todos los públicos.