El músico madrileño, flauta y saxo en ristre, ha esculpido su dilatadísima trayectoria en proyectos cuya leyenda sigue trascendiendo el paso del tiempo y han devenido universales: el grupo Dolores (que participó decisivamente en la renovación de la música flamenca y en el desarrollo de una suerte de maridaje entre el jazz y otras texturas sonoras), el mítico sexteto de Paco de Lucía, los vínculos con Chick Corea, su participación en ‘La leyenda del tiempo’ de Camarón, las numerosas grabaciones a su nombre, su afamado trío con Tino di Geraldo y Carles Benavent (que este jueves visitará La Casona de León como principal referente de la edición de este año del Festival de Jazz León, Cuna del Parlamentarismo), su relación con el jazz, el flamenco, la música electrónica, las músicas de raíz, el rock… incluso el pop más comercial (suyo es el significativo solo de saxo de ‘Cruz de navajas’ de Mecano). Jorge Pardo ha ido construyendo un universo creativo propio del cual se hace eco la película de Emilio Belmonte, ‘Trance’, que este miércoles (22:00 horas, entradas a 3 €) se proyecta en los cines Van Gogh de León y sirve como arranque del Festival de Jazz León, Cuna del Parlamentarismo. El film, estrenado en el marco del último Festival de Cine de Málaga, constituye el resultado de los dos años de seguimiento que Belmonte hizo de la realidad musical y cotidiana de un Jorge Pardo que huye de la impostura, hace un descomunal ejercicio de sinceridad para la cámara y se abre en canal.
"No es una película biográfica porque no hablo mucho de mis cosas del pasado", indica Jorge Pardo. "Es una especie de road movie donde las cámaras me siguen en mi caminar por el mundo de la música y también por mi trastienda. Abrimos las puertas de esa trastienda para mostrar ese lado del artista más allá del escenario, con todas sus dificultades y también con toda su grandeza. No es fácil abrir esa puerta porque hay muchos sinsabores… A los artistas nos suele gustar normalmente mostrar lo bien que nos va, lo que no quiere la gente…, en fin, las luces que tiene nuestra profesión, pero aquí se ve todo lo que encierra este oficio, sus cosas de verdad…".
‘Trance Sketches’ es el disco que, recientemente publicado y en el que colabora un buen ramillete de músicos de reconocido prestigio (como el pianista Gil Goldstein, con el que no hace mucho Pardo registraba una grabación de estándares de jazz, ‘Brooklyn Sessions’, el bajista Matt Garrison o el baterista Mark Giulliana, entre otros), supone la consecuencia lógica del film y el mismo se va construyendo sobre diferentes contextos musicales. "Ahí seguimos dándole vueltas al molino con el flamenco como eje central al que se añade la visión que todos estos músicos tienen de este sonido".
–¿Ha creado usted un personaje en torno a su figura o se muestra tal cual es?
– Hay un momento en que resulta inevitable que la opinión pública, los aficionados, te encuadren en algún tipo de gestos, de acciones, de estilos… Personalmente, me rebelo contra esa situación porque no soy ningún personaje, sino una persona que va haciendo cosas. Unos se quedan con una parte de ti yotros con otra. Eso lo que provoca, a todos nos pasa, es el desarrollo de una idea que se alejade lo que es realmente uno mismo.
Jorge Pardo, designado mejor músico europeo de jazz y entre cuyos galardones destaca el Premio Nacional de las Música Actuales, constituye un emblema del encuentro íntimo entre jazz y flamenco y este espacio es en el que mejor se desenvuelve, como ha ido demostrando a lo largo de una trayectoria de años. Y aunque reconoce la evolución y la madurez que ha ido experimentado en todo este tiempo, también asegura que «no creas que hay tantas diferencias entre el Jorge Pardo de los inicios y el actual». Desde luego, el vínculo con el flamenco es estrechísimo en él y aunque se mueve también en otros espacios sonoros considera que esta música «es la que tengo más en los huesos aunque reconozco la influencia de otras».Insiste en la película: «Para decir un quejío hay que sentirlo, no hay métodos ni libros… Es un aprendizaje directo. Es más el adentrarte en ese mundo mágico de lo intangible, que, aunque no es material, trasciende».
El fue ‘alumno’ privilegiado de nombres de relevancia en el marco del flamenco, como Paco de Lucía ("fue como un doctorado en una universidad", dice en la película), y ahora se ha convertido, por acción del tiempo y por unas cualidades incuestionables, en maestro de las nuevas generaciones. "¿Le crea mucha responsabilidad ser Jorge Pardo con mayúsculas?", se le pregunta. Y él responde: "A lo mejor desde fuera se me ve así pero puedo asegurar que todas esas figuras con la que he trabajado, como Paco de Lucía, Camarón o Chick y otros muchos nombres, han sido por encima de cualquier cosa compañeros de viaje y por eso nunca he sentido su sombra, sino todo lo contrario. Por razón del paso del tiempo, algo totalmente inevitable, ahora me toca dar cobijo, aliento y luz a otras generaciones pero mi mirada sigue siendo la misma que yo tenía hace años. Los veo igualmente como compañeros de viaje. Igual que ellos pueden fijarse en mí, yo también me fijo en muchas cosas de ellos. Soy un músico que sigue aprendiendo porque si no estaría muerto".
Espectáculo familiar
Érika López, Marina Sorín y Emilse Barlatay, tres músicas que se desenvuelven en diferentes parcelas sonoras y abarcan numerosos estilos, son las componentes del trío, Muu!, que este miércoles, a las 19:00 horas y en la plaza de Santo Martino, protagonizará la primera de las actuaciones en directo del Festival de Jazz ‘León, Cuna del Parlamentarismo’, un espectáculo de carácter familiar y participativo titulado ‘¿De dónde vienen las canciones?’. Las tres serán las responsables sobre el escenario de una propuesta basada en ritmos procedentes de diversas culturas musicales de todo el mundo y cuya ejecución, que incluye una importante presencia vocal, se llevará a cabo con piano, flauta, violoncello, phonofiddle, percusiones y guitarra. Algunas de las canciones han sido recogidas en un disco que recoge el carácter desenfadado y alegre de todo el espectáculo.