"Siempre me ha molado el rollo de inmortalizar algo"

Aarón Salinas es conocido paradójicamente como ‘I Don’t Know’ en su faceta como fotógrafo y realizador audiovisual

30/08/2023
 Actualizado a 30/08/2023
Aarón Salinas, conocido como I Don't Know, grabando en un concierto. | DANIEL MARTÍNEZ
Aarón Salinas, conocido como I Don't Know, grabando en un concierto. | DANIEL MARTÍNEZ

Desde principios de siglo, un término -un género- musical ha ido acechando las popularidades más populares hasta ir en cabeza y formar parte de muchas de las conversaciones entre la población más temprana en edad. Tan habitual es escucharlo y hablar de ello que ya es prácticamente un icono para las nuevas -y no tan nuevas- generaciones. El término no es otro que la música o los ritmos ‘urbanos’. Hay referentes a nivel internacional y, en España, suenan nombres como Yung Beef, La Zowi, Soto Asa y otros, menos ‘underground’, como C. Tangana o Rosalía. Pero las pequeñas provincias, las ciudades más pequeñas en número de habitantes, también cuentan con sus músicos autóctonos y León no se queda atrás. 

De ello habla Aarón Salinas, amante de los ritmos urbanos y autor entre bambalinas del material audiovisual de algunos de los artistas leoneses que se incorporan en este mundillo. Y es que, detrás de todo músico, siempre hay un realizador audiovisual, un videógrafo o ‘filmmaker’. Aunque Aarón prefiere hablar de dirección creativa.

– A mí lo que me gusta, aparte de la fotografía, la edición de vídeo y grabar vídeos, es la dirección – duda un segundo y piensa en alto. – ¿Cómo dije? – pregunta para sí y él mismo se responde. – Director creativo

Es un chico inquieto y, en su cabeza, los pensamientos parecen rondarle de un lado a otro, como si fueran peonzas en un viejo patio de recreo. Asomó la cabeza en el mundillo audiovisual hace unos cuatro años. 

– Empecé con diecinueve – resuelve con rapidez al arrancar el enunciado de una pregunta a la que no deja terminar. Aunque al principio luce nervioso, tiene ganas de hablar. – Mi hermano tenía una cámara de fotos y me parecía muy curioso – recuerda. – Para que te hagas una idea; él y sus colegas siempre han hecho música – y cambia de tercio. – Han hecho sus movidas y mi hermano hace muy buenas fotos, pero le dio mucha pereza el trato con la gente.

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P. Muff, músico y referente de Salinas en el mundo de la fotografía. | I DON´T KNOW

Habla con cariño fraternal del que empezó a seguir los pasos hasta desligarse, como todo joven adulto, y establecer sus objetivos personales y su propia trayectoria. Del mismo modo, se nota un singular aprecio en sus palabras al escucharle hablar de un tal Pablo -P. Muff en el panorama musical-, del que dice que es su «padre en esto de la fotografía».

–Yo, al final, soy un estudiante pésimo – suelta y recalca efusivo; – horrible.

No fue hasta descubrir -y descubrirse-, hasta identificar lo que otros hacían como algo que podría hacer él, que su trayectoria académica le pareció menos pésima. Ahora compagina su trabajo con estudios de Iluminación y un grado en Audiovisuales

– Me lo dice mi psicóloga, que soy muy creativo – dice risueño. – Que, por eso, igual no puedo parar quieto. Soy una cerilla – bromea.

De sus inicios, cuando salía a la calle con sus amigos, cámara en mano, dispuesto a tirar alguna que otra fotografía, tiene un buen sabor de boca.

– Me lo pasaba muy bien – habla con cierta morriña. –  Ese año dejé de estudiar un grado medio y estaba perdido. Realmente salía mucho de fiesta –  y vuelve a bromear: –  estaba desbocado como un caballo.

Todavía tiene en su recámara alguna que otra imagen de aquellos días. Como una en la que él mismo es el protagonista, «antes de que destruyera la térmica de La Robla». Y, entre palabras que viajan por los trayectos entrecruzados de su memoria, el joven suelta el titular.

– Siempre me ha molado el rollo de inmortalizar algo – el gesto que aterriza en la situación como respuesta a su declaración le hace sonreir. –  Esta me la tenía apuntada –  confiesa y continúa. – Me mola porque es hacer que quede constancia de algo.

Y de inmortalizar en estático no tardó mucho en transformar sus imágenes en otras con movimiento. 

– La foto es algo muy chulo –  dice sincero, – pero después de la foto viene el vídeo. Empiezas a ver vídeos y a imaginar ciertas cosas – explica, un poco perdido entre los entresijos de su creatividad; – empiezas a investigar.

Hoy lleva a sus espaldas no pocos videoclips realizados. Ha trabajado junto a artistas de otras ciudades, como Oviedo, Segovia o Madrid, pero su interés se centra sobre todo en músicos leoneses. En su currículum, cuenta con nombres como Lil Mess, Only Way -formado por Ow Shi, Ow Zafy y Ow Trustnobody- y Hector La Moda. De este último, transmite su más puro entusiasmo.

– Le intento buscar conciertos y cosillas de esas entre coleguillas – explica de su labor a medio camino entre amigo y representante. – No veo un duro porque no se ve un duro, pero bueno, ya tenemos apalabrada una fecha en el Babylon entre comillas.

De distintos lugares y con distintos apodos. Todos -eso sí- con un alter ego para su faceta musical, igual que Aarón lo tiene para su faceta como creador audiovisual. Y es que, en este ámbito, el leonés se hace llamar ‘I Don’t know’ o ‘IDK’.

– Es porque nunca me gusta saber de nada – justifica su apodo. – No quiero saber de nada. Y el no saber te da una libertad grandísima, porque puedes hacer lo que quieras y decir lo que quieras.

A pesar de sus palabras, lo cierto es que sus ganas de trabajar y de aprender, sus ganas de saber más de lo que ya sabe quedan bien reflejadas en todo lo que dice.

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El grupo Only Way formado por Ow Shi, Ow Zafy y Ow Trustnobody en una fotografía analógica, una de las favoritas de Aarón Salinas. | I DON’T KNOW

– De ambiciones, de cosas que pueda decir que quiero en un futuro – y parece que se entrevista a sí mismo: – trabajar en una productora, empaparme y rodar. Trabajar en un equipo, que me enseñen y aprender mucho.

De momento, se conforma con el aprendizaje que resulta del trabajo con sus amigos.

– He tenido bastante apoyo de mis colegas. Al final, me han dado la oportunidad de ayudarles – opina.

Con ellos comparte estética. La de sus vídeos, la de sus músicas y la suya propia. Comparte hasta la estética de sus nombres. También su afición por un género urbano que hace sudar por los poros a Salinas y sus amigos al ritmo de la música de calle. Las melodías de la ciudad. 

– Me gusta mucho el tema urbano – confiesa y muestra una foto que no dista mucho de aquellas que pueden apreciarse en cualquier exposición. Al comentárselo, él recuerda una anécdota. – El otro día trabajando, uno que era fotógrafo – se interrumpe. – Porque, como yo no callo, entonces rajo por los codos –  continúa con la historia. – El paisanete me decía que suele hacer exposiciones de sus cuadros, que pintaba y hacía fotos... A mí, la verdad, el tema de las exposiciones y así me parece un poco lo contrario a la movida urbana.

Y si el arte queda relegado a lo que uno pueda disfrutar en una sala de exposiciones, entonces lo que hace I Don’t Know poco tiene que ver. 

– Lo urbano es una forma de expresarse, un estilo de vida – declama como si fuera poesía. – Somos los chavales de hoy en día – y espera unos segundos para sentenciar: – dinamita.

Aarón Salinas, con manías de artista quisquilloso como únicamente usar su ojo izquierdo para grabar, dedica su pulsión a una expresión artística que procede de los barrios. De las zonas marginales o no. De las calles y las ciudades de toda envergadura. Lo hace sin miramientos, dejando en el aire la idea de si esto es un arte o no. Tampoco es que le importe mucho.

Y es que, si es arte o no, no incumbe demasiado. Incumbe que ha venido para quedarse. Y que los ritmos urbanos han aterrizado en el imaginario de una generación como se asentó la contracultura en el siglo XIX de la mano del romanticismo o, en el siglo pasado, con el movimiento hippi y la movida punk. Una contracultura que fluye por el embudo de la sociedad hasta rellenar una botella hipotética y convertirse en la nueva cultura. En los valores sociales dominantes.

¿Y quién dice que, ya machuchos, con un pelo que quiere ser joven y que se conforma a base de canas, las ahora nuevas y, para entonces, ya viejas generaciones no seguirán escuchando a una Zowie, una Rosalía o a un Hector La Moda?

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