Si preguntas en cualquier pueblo del municipio de Villamanín (y pueblos cercanos) por Modesto te añadirán siempre «el ferrero de Viadangos», que así le llamaban todos los que le conocieron y muchos que pasaron por la fragua de este gran artesano que primero trabajó en su pueblo natal, Viadangos de Arbas, después en la capital del municipio, Villamanín, y también en los talleres de la fábrica de cementos que durante años funcionó en Arbas del Puerto.
Modesto, un hombre de carácter, es recordado por todos en su fragua, a lo suyo, trabajando sin descanso y ofreciendo a todos los que le visitaban una solución para sus necesidades, ya fueran herramientas para los trabajos del campo, ya fueran las necesidades diarias de aquellos hogares en los que nada se tiraba y todo se arreglaba, gracias a artesanos de la calidad de Modesto.
Modesto, fallecido hace unos cuantos años (en el 2000), cumpliría ayer cien años y su hijo, del mismo nombre, no ha querido dejar pasar esa fecha y le rindió un homenaje acorde a su oficio y su memoria. «Ofrezco la posibilidad de presenciar una pequeña muestra del funcionamiento de una fragua en Viadangos, allí donde tuvo mi padre su primera fragua, para que se puedan hacer una idea de cómo era aquel oficio y la importancia que tuvo su trabajo en la vida rural y en la industria, en aquellas décadas centrales del pasado siglo XX». Realizó la exhibición en la noche del sábado.