Conrado Zurdo es un escultor de larga trayectoria con numerosas exposiciones en diferentes salas y la que presenta en la galería Ármaga es una muestra muy variada, Sus esculturas son espectaculares y potentes, la cerámica tiene ese toque especial que da a su obra, y en alguna pieza trabaja en colaboración con su compañero Carlos Chacón, otro gran ceramista, en el acero y metal trabaja junto con Diego Fuentes, Dogo mientras que las piezas de vidrio son una muestra de lo que puede hacer colaborando con María Tascón. Por último, tiene dos cuadros, pinturas relacionadas de algún modo con las obras de volumen, aunque es modesto y comenta: «Trabajo todos los materiales y ninguno bien porque no soy un buen artesano de ninguna disciplina».
‘Signos en el tiempo’ es una idea que remite al devenir temporal, desde épocas prehistóricas. Allí se fijaron los pilares del mundo y el arte a lo largo del tiempo ha seguido su estela y hablando de ese título nos dice: «Es un título un poco casual, pero hace referencia a la línea del tiempo, que es muy importante porque a mi me interesa mucho el arte prehistórico y el paleolítico, que es el que prefiero, tiene una pureza con relación al hombre que no la tiene ningún otro avance posterior, es un arte sin contaminar y se da en todo el planeta. Eso me fascina».
Su formación pasó por la escuela de Bellas Artes de Valencia con profesores muy tradicionales, aunque quien más influyó en su trayectoria fue su tío el pintor y vitralista Luis G. Zurdo, quien en sus primeras exposiciones le dijo: «Conrado, primero se es y luego se está», una persona que siempre le hizo una serie de comentarios certeros y claros, que con el tiempo han resultado para él muy útiles, como nos cuenta: «al principio yo quedaba muy escocido y con el tiempo lo encajaba, pensando en qué razón tiene. Yo tampoco le hacía la pelota, mi tío era muy sagaz y muy inteligente y no se le engañaba para nada». Con él estéticamente ha tenido una influencia muy importante.
Sin embargo, Conrado Zurdo ha seguido su propio camino y reconoce que a pesar de que sus ideales están en el paleolítico, el arte actual no le es ajeno como explica: «Uno es un hombre de su tiempo, tiene las influencias que recibió, el tiempo en el que vive, lo que ha estudiado, el siglo XX, las vanguardias y eso se mezcla ahí de una manera inconsciente».
Cuando realiza sus obras no piensa en lo que está haciendo ni en lo que significa su trabajo, de hecho no es una cosa que le preocupe, sus obras no suelen tener título, le interesan mientras las está haciendo y una vez que resuelve el problema que se le plantea le dejan de importar, y reconoce: «no es un acto consciente, juegas con las formas y estás buscando la solución, en el momento que la encuentras se acabó el problema. Ciertamente salen formas desde la abstracción que pueden ser antropomórficas o pueden ser signos que son universales, pero no es una cosa que yo busque deliberadamente».
En su exposición tiene dos cuadros de pintura que dice que son dos experimentos, luego hay bastante dibujo y algunas piezas de cerámica, que son relieves y de escultura hay obras en piedra y metal, hay alguna pieza de acero, que como él comenta: «es un dibujo que puedes hacer en pequeño con un boli y luego está escalado a gran formato en acero». Además, tiene piezas de cerámica y de vidrio como nos cuenta: «a mi me interesa la forma y estoy empezando a trabajar la cerámica y el vidrio en volumen y estoy investigando, sin considerarme ningún experto».
Sobre todo, pone especial énfasis en hablar de sus colaboradores, que a la vez son amigos y grandes profesionales: «es importante señalar que aquí he contado con muy buenos colaboradores, como Carlos Chacón, ceramista que trabaja conmigo, Diego Fuentes, Dogo, que me ha enseñado mucho, María Tascón en el vidrio, todos ellos me han ayudado mucho y colaboramos mutuamente en lo que podemos».
Por último, su agradecimiento a Marga, de la Galería Ármaga de este modo: «hace mucho que no exponía yo solo y que Marga me abra la galería es un lujo, ahora mismo que la tiene recién ampliada y son fechas muy buenas por lo que para mi es un privilegio, porque en la actualidad no hay una galería como ésta en León».
La inauguración fue un éxito de público y se puede contemplar en la galería Armaga hasta el día 9 de diciembre. Merece la pena comprobar la creatividad de Conrado Zurdo.