No son pocas las personas que aguardan en el enclave la llegada de artistas y responsables de este noveno certamen. Siete obras se sujetan en un soporte, también a la espera de ser adquiridos por sus patrocinadores. Uno de ellos es el periodista Carlos Herrera, al que Juan Carlos Uriarte y Amancio González le tienen preparada una sorpresa. Sendos artistas le saludan y Herrera no tarda en quitarle el improvisado velo a la nueva escultura que adorna una esquina del establecimiento, imitando su rostro. Un busto a cargo de Amancio se acompaña de una peana hecha por Uriarte en la que pueden leerse algunas palabras escritas por el periodista sobre el Camarote Madrid.
La recepción es amable y Herrera, que cuenta con la compañía del que llama su amigo, el alcalde José Antonio Díez, se acerca a su copia con actitud divertida. “Me parezco”, dice: “Y si no, mi obligación es acabar pareciéndome”. Sus palabras hacen respirar aliviado a Amancio, nervioso al principio por su reacción, y el periodista no tarda en echar flores a la ciudad que guarece al Camarote, el que considera uno de sus particulares patios de recreo.
“León tiene el poso de la historia, el poso del camino, un poso de humildad porque es cuna de reyes, es cuna de parlamentarismo, es cuna de la mejor historia de España y, sin embargo, no va todos los días dando carnés, salvaguardas o lecciones de moral a nadie”, señala solemne el andaluz: “Es una ciudad orgullosa de sus orígenes y de su carácter”.
Herrera se lleva ‘Humanidad salvaje’ de Richard García, el Camarote se hace con ‘Vestigio XV’ de Alba Molero, el leonés Pablo García le cede su obra ‘Behati’ a Patatas Hijolusa, igual que sus compatriotas -Germán Aparicio y Belén Sánchez Campos- le prestan ‘Agosto’ y ‘La ciudad sumergida’ a Cerlesa y Espacio_E respectivamente. Aunque no asisten, Leo Harlem, con ‘Salto de fe’ de Óscar Carrasco, y Café Quijano, con la ‘Familia’ de Guillermo Sedano, también son patrocinadores en este IX Certamen de Artes Visuales y reciben las piezas en un acto simbólico por cortesía del gerente Javier Gómez y el coordinador Pablo Martínez.
“Estoy muy orgulloso porque, realmente, a pesar de estos años de dificultades económicas, hemos conseguido mantenerlo e impulsarlo”, ha comentado Gómez sobre el concurso: “Hemos doblado en cuantía y me siento tremendamente orgulloso; ver este ambiente y el nivel de los patrocinadores que tenemos, para nosotros, es todavía motivo de más orgullo”.
Un orgullo que se ve auspiciado por las más de doscientas cuarenta obras presentadas en esta novena edición, siendo alrededor de sesenta las de procedencia leonesa. Así lo indica Pablo Martínez, que mira contento el alboroto, consciente de la buena acogida de unas artes plásticas que adornan los ratos por León. Junto a él, Javier Gómez queda contento y, rodeados de vinos, zumos y las ya consabidas tapas del Camarote Madrid, disfrutan del éxito de un certamen que demuestra la admiración por el arte en todos los rincones de esta ciudad.
La honestidad de la profesión
Carlos Herrera, uno de los grandes comunicadores con que cuenta la profesión periodística de este país, se presta gustoso a analizar –a través de un comentario necesariamente breve y conciso– el papel que los profesionales de la información están jugando en una situación de especial convulsión política como la que nos ha tocado vivir. «El inventarse nuevos papeles para el periodismo, creo que está de más. El periodismo tiene una misión, que es contarle a la ciudadanía lo que crees que la ciudadanía debe saber, lo que pasa, y normalmente lo que tampoco le gusta mucho que le cuentes a la ciudadanía alguno de los protagonistas de las cosas que le cuentas a la ciudadanía, hacerlo de forma honesta. A partir de ahí, mi compromiso con el periodismo es hacer un programa de radio en la COPE todos los días, escribir en mi periódico, en el ABC; es admirar y seguir a mucha gente, que sois compañeros que hacéis periodismo a diario, que lo hacemos en distintos órdenes, unos en el ámbito local, otros en el nacional, internacional, mundial. Todos hacemos eso. Pero es evidente, o al menos yo lo veo así, que hay parte de nuestra profesión que no la ejerce con la honestidad exigida, pero hay otra parte mayoritaria que sí y yo me siento muy orgulloso de ser compañero de todos esos».