Tarci Ávila: "Nos gusta la sensación de pasar de cero a cien"

Presumido es el proyecto de Tarci Ávila y Nacho Dafonte que este jueves inician en El Gran Café la segunda etapa de la gira de presentación de su segundo álbum, ‘Cuatro estaciones’, con el que el dúo gallego de synth pop inicia un nuevo periodo tras la ruptura con su anterior compañía

Joaquín Revuelta
04/02/2020
 Actualizado a 04/02/2020
Tarci Ávila y Nacho Dafonte regresan a El Gran Café, pero en esta ocasión con un nuevo proyecto artístico.
Tarci Ávila y Nacho Dafonte regresan a El Gran Café, pero en esta ocasión con un nuevo proyecto artístico.
Presumido es el proyecto que conforman Tarci Ávila y Nacho Dafonte y que este jueves se presenta por primera vez en León, aunque ambos conocen muy bien El Gran Café de León porque ya tuvieron ocasión de tocar con formaciones como Igloo, Eladio y los Seres Queridos, The Blows, etc. Ahora regresan con su propuesta de pop electrónico o electropop en un concierto a las 21:30 horas con entradas a 10 euros que servirá de presentación de su segundo proyecto discográfico, primero que emprenden de manera independiente tras la frustrada relación con su anterior discográfica, un ambicioso proyecto que lleva por título ‘Cuatro estaciones’ y que se compone de un Ep por cada una de las estaciones. «Con ‘Presumido’ es la primera vez que actuamos en El Gran Café, y de hecho es la segunda actuación de la gira que hacemos en Castilla y León después de Ponferrada, donde tocamos antes de Navidad en el Cocodrilo Negro y el concierto salió francamente bien», reconoce Tarci Ávila, uno de los dos integrantes del grupo, cuya gira actual con el proyecto ‘Cuatro estaciones’ se retoma en León como uno de los primeros emplazamientos de esta segunda fase. «A Ponferrada acudió gente de León, así que esperamos volver a ver algunas caras conocidas de nuestras anteriores visitas a El Gran Café y a algunos de los fans que hicimos en el concierto de antes de Navidad», comenta el músico gallego.

Sobre el origen de este macroproyecto discográfico bautizado como ‘Cuatro estaciones’, Tarci Ávila reconoce que partió de la necesidad y acabó convirtiéndose en una gran oportunidad. «Decidimos romper el contrato de exclusividad que teníamos de varios años con la anterior compañía, dado nuestro descontento, y tuvimos que empeñar los instrumentos para poder pagar con ese dinero la cláusula de rescisión. Una vez recuperamos la libertad hicimos una campaña de ‘crowdfunding’ para recuperar a su vez los instrumentos y la verdad es que se convirtió en un éxito mediático. Por aquel entonces ya teníamos la idea de este segundo álbum, pero no teníamos un duro para hacerlo. La única forma viable que vimos de sacarlo adelante era grabar dos o tres canciones que íbamos publicando a medida que iba entrando algo de dinero con los conciertos que hacíamos. Lo que pasa es que nosotros somos unos románticos del disco conceptual y vimos la posibilidad de dedicar un EP a cada estación y aunarlo todo con el resultado final de ‘Cuatro estaciones’».

Tarci Ávila considera que las canciones de Presumido hablan de sentimientos universales como las crisis, las alegrías, las frustraciones... «La verdad es que esa naturaleza cambiante a través de las estaciones nos nutre de un sinfín de metáforas totalmente apropiadas y ricas para canalizar todos esos sentimientos. No solo hemos jugado con las metáforas a nivel lírico, sino que también en los sonidos hay clarísimas diferencias entre sonidos de sintetizadores o de percusiones o de efectos muy fríos, gélidos, en estaciones como ‘Invierno’, y en contraposición con canciones, sonidos y alusiones líricas totalmente luminosas y coloridas en el caso de ‘Primavera’. No es una oda a las estaciones en sí mismo, no hablamos de la naturaleza de forma explícita, pero sí que es verdad que es un punto de inspiración en el que apoyarse para hablar de lo que son los sentimientos más universales», sostiene Ávila.Para el guitarrista del dúo de synth pop vigués, el objetivo de Presumido fue la creación de un proyecto personal para crecer ellos mismos y salir de esa manera de su zona de confort que era el pop, el rock, el indie, etc. «Digamos que los anteriores proyectos nos enseñaron cómo funciona la industria, pero en lo musical queríamos salir absolutamente de esas zonas que dominábamos a nivel musical, a nivel instrumental, a todos los niveles. Yo nunca había cantado, era algo totalmente nuevo para mí. De hecho, quería montar un proyecto de electrónica y no sabía cómo funcionaba un sintetizador. Entre los dos hemos ido investigando y hemos conseguido algo muy bonito, como es el proyecto en sí, pero a nivel personal también hemos logrado algo todavía mejor, ese crecimiento propio que solo te lo puede dar el alejarte de lo que sabes hacer bien para enfrentarte a cosas de las que no tienes ni idea».Preguntado cómo es el proceso creativo en el caso de Presumido, Tarci Ávila reconoce que «hay un racimos de canciones que pueden partir de una forma bastante tradicional y que se me pueden ocurrir a mí en casa con un piano y la voz, pero, un poco hilando con lo de antes, la electrónica tiene un punto de aleatoriedad increíble. Encender un aparato y empezar a mover botones significa que van a ir saliendo sonidos, ritmos, secuencias, samples, cosas irrepetibles, y de ese tipo de fórmulas salen muchísimas canciones. Cuando estamos en el local de ensayo tenemos que estar constantemente con el equipo de grabación alerta y preparados porque a veces no es fácil repetir algo que se ha generado de forma aleatoria. A veces han salido temas principales, incluso de canciones, por esas benditas casualidades», indica el componente de una formación que cuida mucho sus directos. «Para nosotros lo más importante es lo que transmitimos en synth, que es realmente un carrusel de sentimientos, una montaña rusa de emociones. No nos gusta la música plana y por eso intentamos que nuestro directo sea todo lo contrario; es decir, que vaya desde momentos de auténtico éxtasis que invitan al baile a otros que prácticamente rozan las catacumbas del ser humano. No solo en la música, también en los libros, en las películas, nos gusta esa sensación de pasar de cero a cien», sostiene Ávila, que destaca la importancia que desde el inicio de la formación siempre ha tenido la parte escénica de sus propuestas musicales. «Lógicamente la vamos adaptando en función del recinto. Sí que es verdad que hay unos mínimos que llevamos siempre, como un set de luces en parte construido por nosotros y en parte no construido pero sí diseñado, que nos permite viajar a través de esas cuatro estaciones acompañando con colores más fríos esos sonidos fríos y con colores más cálidos esos sonidos cálidos».Con relación a su presencia en festivales que concentran a grandes multitudes, Tarci Ávila confiesa que «por muy grande que sea el recinto o el escenario en el que tocamos intentamos delimitarlo, ya que la luz en sí es un elemento clave para esculpir el espacio, para esculpir el vacío», asegura.

El músico gallego reconoce que sin pretenderlo, Presumido se ha convertido para algunos sectores en el buque insignia de la independencia. «Pero nada más lejos de la realidad. Nosotros simplemente llevamos un ritmo de trabajo muy potente y el equipo que teníamos al lado no nos seguía y nos resultaba un lastre. Ahora estamos volviendo a montar nuestro equipo de trabajo en el que empezamos haciendo nosotros todas las tareas, pero ahora ya contamos con una persona de comunicación, a nivel editorial acabamos de firmar con una multinacional que esperamos nos ayude a meter nuestra música en catálogos de películas, series, etc, y a nivel discográfico ya veremos. Hemos tenido varias ofertas y hasta el momento las hemos rechazado porque no nos ha convencido ninguna de ellas. Somos conscientes de que uno solo tiene un techo y si queremos seguir subiendo escalones habrá un momento en el que necesitaremos repartir el trozo del pastel de Presumido entre más gente», señala.

Sobre la opción de componer para la imagen, Tarci Ávila admite que es algo para lo que están totalmente abiertos. «Es algo que nos parece muy bonito y la verdad es que suena muy bien. Lo que pasa es que, así sin querer, nuestra música ya tiene de por sí bastantes dinámicas, muchos tipos diferentes de estados de ánimo. De hecho, la multinacional de la que te hablaba contactó con nosotros porque nuestra música le parecía muy adecuada para incorporarla al mercado audiovisual. Hace poco nos ofrecieron hacer la música para una obra de teatro, pero nos ha coincidido en plena gira y queremos trabajar nuevo material, por lo que hemos tenido que renunciar».
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