Que terminen las matanzas por los bosques y los mares

San Antón ha recuperado en los últimos años ritos y tradiciones que habían sido habituales décadas atrás, como recuerdan las imágenes de Fernando Rubio

20/01/2025
 Actualizado a 20/01/2025
Las imágenes de San Antón de 1971 tienen un componente religioso bastante más ‘fuerte’ que en la actualidad. | FERNANDO RUBIO
Las imágenes de San Antón de 1971 tienen un componente religioso bastante más ‘fuerte’ que en la actualidad. | FERNANDO RUBIO

«Con Autonomía y dignidad /León brillará en libertad. /Concedenos esta petición / y seremos una gran Región. /Adiós, San Antón Bendito / te lo hemos pedido con fe; / si no escuchas este año /el próximo no volveré». Ésta que precede fue la última coplilla que el escritor Juan Pedro Aparicio lanzó a San Antón en la tradicional hoguera celebrada este mismo sábado en la plaza de Botines, una vez recuperada la vieja tradición por un grupo de leoneses hace menos de dos décadas. Se habían perdido durante años pero en los setenta sí existían las coplas y los cotinos, como consta en el archivo deFernando Rubio, que rescata las imágenes del año 1971. 

Es fácil imaginar que en 1971, cuatro años antes del 75, estuvieran los copleros muy predispuestos a la crítica política, al menos de manera directa, pero sí era tradición, como hoy, la ironía y hasta cierta irreverencia. Recupera Rubio dos coplillas de los setenta: «Desde el viejo hasta el chiquillo, / el día de San Antón, / se dejan dar un capón /por comer un panecillo»(el cotino), rematada con esta otra:«Oh glorioso san Antón, /siempre te encuentro leyendo, / si nunca pasas la hoja / ¿qué coños estás haciendo?».

Aunque en las imágenes de 1971 ya destaca el fuerte  componente religioso de las mismas, también se puede ver, que más de medio siglo antes también los dardos se disparaban contra el santo Antón, a pesar de que el buen paisano parecía preocuparse de pobres y menesterosos. Dice la ‘Vita Antonii’ de San Atanasio, que nació (San Antonio Abad)  hacia el año 251  al sur de Menfis (Egipto), de padres campesinos y acaudalados. Según cuenta la leyenda, en una Misa resonaron en él estas palabras de Jesús: ‘si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y dalo a los pobres’. Por ello, al morir sus padres vendió todos sus bienes, donó el dinero a los pobres y se consagró a la vida eremítica. En sus horas de soledad, encontró la compañía de un cuervo que le entregaba diariamente un panecillo, motivo por el cual se ha considerado el patrón de los animales y de aquel panecillo viene el cotino.

Imagen 1 SanCotinos 1971
Cotinos bendecidos y preparados para ser repartidos, como ahora. | FERNANDO RUBIO

Falleció en el año 356, probablemente a los 105 años de edad. Fue sepultado por sus discípulos en un lugar secreto, siendo su cuerpo milagrosamente hallado dos siglos más tarde.

Fruto de sus milagrosos hechos, para bien de enfermos, los monjes Antonianos disfrutaron de diversos privilegios reales que les permitió recorrer, exentos de tributos, y acompañados de puercos, campanillas, bacines y atabaques, los lugares del Reino y pedir limosna para el mantenimiento de sus encomiendas y hospitales, conocida esta costumbre como ‘la demanda de San Antón’, práctica que recorrió, durante varios siglos, las ciudades, villas y lugares de España. A partir del siglo XI, fue cuando su fama milagrosa, como sanador, se extendió entre el pueblo mediante la Orden Hospitalaria de los monjes Antonianos. 

Todo muy resumido, sobran en los lugares de consulta muchos hechos extraordinarios;por ello, en lugares como León se recoge «el 7 de enero de 1615, de nuevo en una sesión en el Ayuntamiento, queda patente (...) la mucha cantidad y número de pobres que a la ciudad han acudido y bajado de Galicia, Asturias y otros que han venido de otras partes y que por ser tantos y por haber en ella pocos hospitales donde puedan recogerse y curarse los enfermos y abrigarse y en el tiempo de invierno riguroso se han muerto algunos».

Yahí está nuestro hospital de San Antonio Abad, que hubo otro anterior.  «Encajado en la red de hospitales que prestaban auxilio a los peregrinos; que se había ido formando al amparo de la Orden de San Antón. El viejo hospitalón de San Antonio Abad durante nueve siglos ocupó el solar sobre el cual hoy se levanta la espléndida casa de Roldán, en la plaza de Santo Domingo, y las casas adyacentes al viejo consistorio municipal de San Marcelo, hasta su desaparición en 1922 debido a su estado de deterioro».

Cerremos como empezamos, con coplilla:«Rodeado de animales, / en las cuevas se cobijaba; / con el calor de los mismos / los inviernos pasaba. // Santo de una gran barba, / con unos hábitos harapientos, / y unas albarcas viejas, / él capeaba el tiempo. //Hoy, por ser Tú onomástica, / todos te recordamos; / y llevamos a bendecir / a todos nuestros animales. // Para que Tú los bendigas, / a todos sin excepción; / recordando a las conciencias /que son criaturas de Dios. //Que terminen las matanzas /  por los bosques y los mares; / que les dejen vivir tranquilos / ya que son nuestros hermanos», que en esta última parte sí se acercaba a los nuevos tiempos, esos que llaman de ‘las mascotas’.

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