El libro recorre muchos de los lugares por los que ha transitado el autor en sus largos años de peregrinaje. «Todo relato siempre lleva algo de lo que uno ha visto, atesorado, admirado o rechazado, pero es ficción, tenía ganas después de tres libros de No ficción testimonial, de escribir ficción, una especie de novela compuesta de diez cuentos en diferentes países y continentes con personas de la vida cotidiana que de repente salen de su zona de confort. Son relatos que se desarrollan en países y ciudades a las que le tengo un afecto especial, por ejemplo esa suerte de familia cosmopolita que se encuentra en Sicilia, de cubanos, austriacos, rusos; el estado de Oregón, en Estados Unidos, que además de precioso es mágico, donde conocí a un chamán que había sido piloto de aviones de guerra cuando era joven, o Londres, un delirio de urbe, o toda Francia. Está la alucinante Tokio, mis queridas Buenos Aires y La Habana, pero lo importante no son las diferencias entre los lugares sino precisamente las similitudes, o más bien, los acuerdos», sostiene el escritor argentino, que no se olvida en su libro de León, donde lleva establecido desde hace doce años, y lo hace con un relato que no podía tener un título más explicativo, ‘Bernesga’."Todo relato siempre lleva algo de lo que uno ha visto"
Martín Guevara acude este jueves a la Fundación Sierra Pambley con ‘La paz de los gorriones’ (Europa Ediciones), un libro de relatos de ficción que se desarrollan en muchos de los lugares que ha recorrido el escritor argentino, donde León está presente a través del relato titulado ‘Bernesga’
21/06/2023
Actualizado a
21/06/2023
'La paz de los gorriones' (Europa Ediciones) es el título de la última publicación del autor argentino afincado en León, Martín Guevara Duarte, que se presenta este jueves a las 20:00 horas en el salón de actos de la Fundación Sierra Pambley, donde el autor estará acompañado por la poeta Ana Ibis Sánchez y por el escritor y periodista Pedro García Trapiello.
El libro recorre muchos de los lugares por los que ha transitado el autor en sus largos años de peregrinaje. «Todo relato siempre lleva algo de lo que uno ha visto, atesorado, admirado o rechazado, pero es ficción, tenía ganas después de tres libros de No ficción testimonial, de escribir ficción, una especie de novela compuesta de diez cuentos en diferentes países y continentes con personas de la vida cotidiana que de repente salen de su zona de confort. Son relatos que se desarrollan en países y ciudades a las que le tengo un afecto especial, por ejemplo esa suerte de familia cosmopolita que se encuentra en Sicilia, de cubanos, austriacos, rusos; el estado de Oregón, en Estados Unidos, que además de precioso es mágico, donde conocí a un chamán que había sido piloto de aviones de guerra cuando era joven, o Londres, un delirio de urbe, o toda Francia. Está la alucinante Tokio, mis queridas Buenos Aires y La Habana, pero lo importante no son las diferencias entre los lugares sino precisamente las similitudes, o más bien, los acuerdos», sostiene el escritor argentino, que no se olvida en su libro de León, donde lleva establecido desde hace doce años, y lo hace con un relato que no podía tener un título más explicativo, ‘Bernesga’.
El libro recorre muchos de los lugares por los que ha transitado el autor en sus largos años de peregrinaje. «Todo relato siempre lleva algo de lo que uno ha visto, atesorado, admirado o rechazado, pero es ficción, tenía ganas después de tres libros de No ficción testimonial, de escribir ficción, una especie de novela compuesta de diez cuentos en diferentes países y continentes con personas de la vida cotidiana que de repente salen de su zona de confort. Son relatos que se desarrollan en países y ciudades a las que le tengo un afecto especial, por ejemplo esa suerte de familia cosmopolita que se encuentra en Sicilia, de cubanos, austriacos, rusos; el estado de Oregón, en Estados Unidos, que además de precioso es mágico, donde conocí a un chamán que había sido piloto de aviones de guerra cuando era joven, o Londres, un delirio de urbe, o toda Francia. Está la alucinante Tokio, mis queridas Buenos Aires y La Habana, pero lo importante no son las diferencias entre los lugares sino precisamente las similitudes, o más bien, los acuerdos», sostiene el escritor argentino, que no se olvida en su libro de León, donde lleva establecido desde hace doce años, y lo hace con un relato que no podía tener un título más explicativo, ‘Bernesga’.
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