Torío, se vende o se alquila

En la cuenca media y alta del Torío se han cerrado en los últimos meses 10 bares, una fábrica de embutidos, una carnicería, un taller mecánico, una tienda, unos históricos ‘almacenes’...

Fulgencio Fernández
12/01/2020
 Actualizado a 12/01/2020
Algunos de los locales que han cerrado en los últimos meses.
Algunos de los locales que han cerrado en los últimos meses.
Subir por la ribera media y alta del Torío, desde Garrafe hasta Piedrafita de la Mediana, se esta convirtiendo en una tortura —al margen del estado de la carretera— por la sucesión de negocios y locales que han marcado la vida de estas tierras y han bajado la trapa. Los llamativos carteles de ‘Se vende’ o ‘Se alquila’ te asaltan a cada kilómetros; y habría que sumar aquellos que hay en las casas particulares. Los teóricos de esa España olvidada que llaman vaciada tienen ahí un espacio para hacer una tesis. Oese nuevo Ministerio que parece se va a crear.

Vaya por delante el resumen de pérdidas—sólo en negocios, no en casas— de los últimos meses, recientes, en tan solo 28 kilómetros: 10 bares, una carnicería, un taller mecánico, unos históricos almacenes, una fábrica de embutidos, una tienda de empanadas y otros productos artesanos... casi un negocio por kilómetro, sin contar los que ya llevaban un tiempo cerrados.
Han bajado la trapa bares: en Garrafe (Los Nogales); Matueca (Restaurante Matueca); Pardavé; Robles de Torío (El Escaño); Barrio de San Lorenzo (Santa Bárbara), Matallana pueblo (Las Portillas); Vegacervera (El Molino) o Piedrafita. Así se han quedado algunos pueblos de relativa población —para lo que se estila en la comarca— sin bar, como es el caso de Pardavé, Matallana pueblo o, en buena medida, Matueca, donde en la Casa del Pueblo palían la carencia. Los más noctámbulos de la comarcase han quedado sin su lugar de referencia, El Escaño, de Robles, probablemente el último en bajar la trapa; con el esperanzador cartel de ‘Se vende’ o ‘Se alquila’.

- ¿Tú crees que se alquila?; preguntamos en Pardavé a una mujer que mira el cartel.

- Malamente, la gente que juega la partida ya se acostumbró a ir a Matallana. Esto se muere.

Y es que el resumen, los números, pueden ser, y lo son, espectaculares pero lo que les duele a las gentes del lugar son las historias que se van y las realidades que quedan.

Por ejemplo, en el cierre de esos bares, diez, hay otras realidades, como los pueblos que se quedan sin bar, algo cuya importancia es difícil de entender para quienes no lo sufren, o cómo se quedan sin un lugar de referencia los noctámbulos al cerrar El Escaño; pero también se borran historias no menores. Como el cierre, de momento está en liquidación pero irreversible, de los Almacenes El Rubio de Matallana estación, el buque insignia del comercio en esta comarca, tanto que en los años 50 y 60 los niños de la comarca bajaban con sus maestros a verlos; el cierre de Bicicletas Lucas deja a los chavales sin ese lugar al que acudir con los pinchazos y las cadenas que se salen; la carnicería de Robles para que el joven que la abrió se vaya a un supermercado en el mismo trabajo supone la consolidación de la falta de ayudas y atención a ese mundo rural que dicen querer proteger, como también tiró la toalla Manuel el de Matueca, después de luchar por el restaurante familiar hasta más allá de lo razonable; hasta a Coladilla, pueblo tantas veces tomado como ejemplo y referencia llega la fiebre de bajar la trapa, en Dulce o Salado.

No quisieron esperar la visita del nuevo ministro. O no pudieron.
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