Los despistes o el exceso de confianza pueden jugar malas pasadas en el agua, tanto si hablamos de niños como de adultos. El año pasado se produjeron en nuestro país 372 ahogamientos, catorce de ellos en Castilla y León y cuatro en la provincia. La mayor parte de ellos ocurrieron en la playa y durante los meses de verano.
Por todo ello, los expertos recuerdan en estas fechas la necesidad de tener en cuenta ciertas precauciones para evitar riesgos innecesarios. La Dra. Carmen Año, responsable del servicio de urgencias de HM San Francisco, recomienda estar alerta a los cambios de temperatura y el hecho de adentrarse en zonas profundas, principales causas de ahogamiento en el mar, junto con las corrientes, remolinos y pozos, que suponen también un grave riesgo en los ríos y en los embalses.
“Hay que evitar el baño en zonas profundas si no se sabe nadar o se es principiante”, explica la especialista de HM Hospitales. Pero incluso los buenos nadadores no deben confiarse, sobre todo en lugares en los que no han estado nunca y si no hay salvamento. Del total de ahogamientos que se produjeron en 2018 en España, más del 80 % tuvieron lugar en zonas no vigiladas. Por otra parte, cuando haya salvamento “tenemos que hacer siempre caso a las indicaciones”, advierte el especialista.
Cambios de temperatura y traumatismos
Saber nadar es el primer consejo para disfrutar del agua, pero hay otros factores que pueden comprometer también nuestra seguridad. La Dra. Carmen Año explica que “con frecuencia se producen episodios de mareo o pérdida de conciencia por cambios bruscos de temperatura u otras causas”. Ante una situación de este tipo “si no estamos acompañados, puede sobrevenir el ahogamiento”.Otro de los mayores peligros a la hora de disfrutar del agua son los traumatismos, algunos con consecuencias dramáticas como los provocados por tirarse de cabeza en zonas poco profundas. Los expertos recomiendan máxima precaución, más si cabe cuando se desconoce el lugar. Lo recomendable es sumergirse lentamente con precaución en el agua y no correr riesgos innecesarios.
Con un ojo sobre los niños
En el caso de los más pequeños, es fundamental no perderlos de vista durante el baño, explica la doctora de HM San Francisco. “Nunca debe permitirse que un niño que no sabe nadar se bañe sin la compañía de un adulto, incluso con flotador. El mejor flotador es el propio cuerpo cuando se sabe nadar, por eso hay que enseñar a los niños cuanto antes”, aconseja.En cuanto a flotadores, los más seguros son “los de tipo chaleco, inflables o de boyas de porexpan. Los manguitos inflables son seguros si están en buen uso y se aseguran los tapones para evitar que se deshinchen accidentalmente. Por el contrario, los hinchables de aro alrededor de la cintura pueden ser peligrosos si el niño sumerge la cabeza y se da la vuelta”, añade la Dra. Carmen Año.