Treinta años no es nada

Bruno Marcos escribe, con motivo de la exposición de Daniel Verbis, sobre el abandono en el que el Instituto Leonés de Cultura ha dejado a los artistas leoneses durante casi treinta años

Bruno Marcos
20/07/2023
 Actualizado a 20/07/2023
Verbis ante su obra ‘Transverberación’. | VICENTE GARCÍA
Verbis ante su obra ‘Transverberación’. | VICENTE GARCÍA
Han tenido que pasar más de veintiocho años para que el Instituto Leonés de Cultura dedique una exposición individual a un artista leonés de la generación de los noventa, generación que esa misma institución presentó a bombo y platillo en aquella década como la puesta al día en la creación contemporánea que nos haría desprendernos del provincianismo y del retraso cultural.

Mientras tanto estos artistas han hecho por su cuenta carreras que lamentablemente ninguna generación local anterior pudo tener. Tras graduarse en los, por entonces, nuevos estudios universitarios de Bellas Artes expusieron en ferias, galerías, centros de arte, museos, espacios públicos o naturales y algunos hasta en Nueva York; ganaron premios, becas, publicaron catálogos, aparecieron en revistas y periódicos, escribieron libros, realizaron comisariados artísticos… y casi siempre compaginando el esfuerzo vocacional con la docencia u otros oficios no artísticos cualesquiera.

Incluso, la galería leonesa a la que estuvieron ligados muchos de ellos, Tráfico de Arte, protagonizó hace poco una extensa exposición dedicada a mostrar su gran labor durante diecisiete años de andadura, que estuvo abierta al público más de ocho meses en el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC). Sin embargo, el ILC, cuya función es promover la cultura de León, no ha considerado necesario hacer una exposición individual a ninguno de esos artistas hasta el día de hoy en el que se puede ver en su sala la muestra de Daniel Verbis titulada ‘La piel y lo que hay debajo de la piel’.

Su trabajo artístico, tras unos inicios próximos a planteamientos del lenguaje más conceptuales, enseguida se sumergió en una exploración pictórica de tipo abstracta en la que los hallazgos formales han constituido toda la poética. El producto han sido imágenes sin contenido cuyo objetivo ha sido la investigación plástica pura sobre lo orgánico, el color o la textura, y en las que las composiciones se han organizado entre la repetición y el contraste. Los resultados a veces son espectaculares dando vida a una vía artística que parecía agotada.

Llega Verbis a esta cita en plena madurez, cuando ya ha realizado muestras individuales en importantes centros de arte, en el mismo MUSAC también, y con obra en casi todas las colecciones de España. No sabemos muy bien si lo que se pretende mostrar es la obra de este artista o la prueba de lo que esta institución debería haber hecho y no hizo.
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