
En la presentación los anfitriones, Resty y su familia hicieron los honores a los asistentes, personajes leoneses como Pepe Muñiz, antes citado, el Premio Cervantes Antonio Gamoneda, así como familiares y amigos del pintor.
Presenta sus cuadros, entre ellos un autorretrato en tonos oscuros, así como sus marionetas, sobre todo las que ha regalado a las personas citadas anteriormente. Pepe Muñiz mostró la suya que le ha regalado hace unos pocos días.
En esta exposición nos muestra como en los años noventa Eduardo López llevaba sus reflexiones al papel mostrando en sus dibujos y pinturas la realidad tal como era o se la imaginaba a base de figuras grotescas de personas cabeza-casa- escalera-columnas o desnudos cabeza pájaro o eremitas integrados en entornos ruinosos.
Ha pasado el tiempo, han corrido los años y sigue su trayectoria pictórica diversificada, pero con un eje común centrado en las figuras y los paisajes, utilizando además nuevos materiales como el cartón o las más diversas materias que tienen un cierto relieve: tierra, piedras, figuritas de plástico o latón, dando un volumen especial a la obra que realiza actualmente.
Sin embargo las figuras surrealistas sobre extraños paisajes, tales como una nube o un asteroide terraplánico que dan al cuadro la idea de mundos agobiantes en los que se expresa su autor, con grupos de personas, un poco al modo del Bosco, producen unos cuadros cargados de ese mensaje que nos quiere transmitir acerca de la extraña realidad que le rodea, de un mundo pleno de contradicciones que no se saben o no se quieren solucionar por parte de quienes tendrían la obligación de hacerlo. En esa interpretación tan particular del mundo actual son las personas los actores más importantes y quienes deberían a fin de cuentas tener la llave que corrija los desencuentros del mundo.