Cuando comenzó a trabajar en su tesis doctoral en el año 2004 no podía imaginar su resultado. Las excavaciones, la documentación consultada, la historia y el «sentido común» advertían a la arqueóloga Rocío A. Fernández Ordás de que lo que hasta ahora se daba por sentado respecto a la autoría y la antigüedad de las fortificaciones leonesas no encajaba del todo. Sacó sus propias conclusiones, las argumentó y las reunió en su tesis, que ha leído recientemente y que ha sido calificada con un sobresaliente ‘cum laude’. «Es controvertida porque abro hipótesis que se habían cerrado yo creo que en falso y en este proceso digo unas cuantas cosas que pueden resultar incómodas», afirma. Lo que propone es su propia «interpretación», que reconoce que es «arriesgada» y que se puede «completar o corregir, y ojalá lo hagan porque así avanzaremos», dice. Mientras, insiste en que su intención no ha sido otra que hacer su propia «aportación y que valga para algo».Tras el título ‘Las fortificaciones leonesas desde la antigüedad hasta la Edad Media en el contexto del noroeste peninsular’ Rocío A. Fernández expone que la muralla de madera y tierra con una rampa de bloques de arcilla compactada «no se asegura» que fuera obra de la Legio VI. Sin embargo, sí que cree que fue esta última y no la Legio VII –como se pensaba– la que levantó la muralla de sillarejo de piedra altoimperial. Según señala, la Legio VI «supuestamente estuvo en León un mínimo de 70 años y es difícil que una muralla de madera y tierra resista ese tiempo». Además, añade que en cuanto se fue de León, en el año 69, aparece en Duseldorff (Alemania) construyendo un campamento en piedra», por lo que es probable que ya trabajaran antes en esta forma de construcción.Por su parte, respecto a la muralla de cubos subraya que «no es de la época tetrárquica. No es de finales del siglo tercero y principios del cuarto, sino que es posterior al siglo V, siendo posibles las hipótesis de su autoría sueva o más tardía, por la reina regente Elvira García, madre de Alfonso V». La reina Elvira, apunta, «tenía los medios –con el patrimonio del Infantado de San Pelayo a su disposición– y también los motivos –Almanzor acababa de destruir la muralla leonesa y todavía su hijo Abd al-Málik la destruyó en 1002–». Además, a esto añade que «teníamos aquí a un montón de mozárabes que venían de Córdoba y que podían haber traído esa forma de construcción. Se sabe, por ejemplo, que se estaba rehaciendo la muralla de Zamora por mozárabes e incluso que un mozárabe rico la estaba financiando y nada de esto se ha tenido en cuenta».
Indica también respecto a una de las dos teorías que plantea sobre su posible autoría que las murallas de cubos del noroeste están todas en zona sueva. «A los leoneses se nos olvida que León fue suevo durante 175 años y, exactamente igual que después la reina Elvira, los suevos tenían motivos para construir la muralla porque tenían a los visigodos ‘empujando’. Tenían los conocimientos –porque habían venido atravesando la Galia y Germania y habían visto murallas de cubos romanas– y también seguramente tiempo y medios». Estas, relatadas de forma más detallada y apoyadas en documentos, son las principales conclusiones del trabajo de Rocío A. Fernández Ordás, de una tesis doctoral de la que está «satisfecha» y que asegura que le ha costado «mucho trabajo».
Un giro 'cum laude' al pasado de las murallas de León
La arqueóloga Rocío A. Fernández Ordás es la autora de una tesis doctoral "controvertida" que da un vuelco a la autoría y antigüedad que se atribuía a las fortificaciones leonesas. "Abro hipótesis que se habían cerrado yo creo que en falso y en este proceso digo unas cuantas cosas que pueden resultar incómodas", reconoce
24/03/2019
Actualizado a
19/09/2019
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