En el número cuatro de la calle
Juan Madrazo de
León abrió sus puertas hace ocho años la
Parrilla Louzao, un negocio que ha ido creciendo y haciéndose un nombre entre los amantes de la carne y del buen producto. Espárragos blancos naturales, alcachofas, tomates de temporada de calidad escogida, anchoas, puerros de Sahagún a la brasa, jamón o cecina premium seleccionada son solo algunos de los productos que proponen a sus clientes y entre los que brilla la
carne, los chuletones de
vacuno mayor (de animales de más de ocho años) que sirven a la brasa siguiendo la máxima de que «cuando el producto es bueno, no hace falta enmascararlo». Todos sus productos lo son, por lo que pueden apostar sin problema por la sencillez, porque la calidad y el sabor están más que garantizados.
La
Parrilla Louzao es un restaurante «pequeño, coqueto, mimado», con capacidad para unos 30 comensales y que abre de lunes a sábado –de 13 a 16 horas y de 20 a 23:30 horas– y cierra los domingos y los miércoles por la noche.
Marcos Louzao y Raquel Castañeda son quienes han tirado de este establecimiento con la ayuda de un equipo de profesionales al que están «muy agradecidos». Con su apoyo han conseguido, dicen, «el propósito de hacernos un nombre en el mundo de la carne. Trabajamos muy bien y estamos muy satisfechos con la política de nuestro negocio de cuidar al máximo el producto –como poca gente lo hace– y también el servicio». Quienes hayan pasado por allí podrán confirmarlo.
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