Julia Conejo Alonso, a quien aunque nacida en Tarrasa, consideramos como poeta leonesa pues en León vive desde pequeña y también ejerce como profesora de Lengua y Literatura en uno de nuestros institutos más emblemáticos, es hoy la protagonista de esta sección. Proveniente de una familia de escritores con un profundo amor por la literatura, como su padre que sembró en ellas el gusanillo de la literatura o su propia hermana Ana Isabel Conejo, Julia se abre a la poesía (en cuanto a publicación se refiere) podríamos decir que de una forma tardía, aunque lo hace por la puerta grande, de la mano del Premio Joaquín Benito de Lucas, premio con gran prestigio otorgado desde Talavera de la Reina, con su poemario ‘Muñecas recortables’ y al que pronto seguirán otros dos (el último el Carmen Conde de la editorial Torremozas), de tal manera que de los cuatro libros publicados hasta ahora mismo, tres de ellos han recibido importantes galardones, lo que sin duda ha supuesto para esta poeta, que además de su característica timidez a menudo se declara como una creadora un tanto insegura con su propia obra, un importante aliciente al demostrarle que hay muchas otras personas a las que su poesía les llega, les dice cosas, les despierta el sentir.
La poesía de Julia Conejo, particularmente, me llega por su claridad y sencillez, sencillez con la que aborda las pequeñas cosas de la vida y desde la que nos habla de paisajes y paisanajes que podrían formar parte, fácilmente, de nuestro imaginario, a la vez que nos remueve por dentro con una particular visión de la vida. A veces un tanto pesimista, más bien melancólica y triste, pero es que esta es precisamente su forma de ver la vida, una mirada en la que mostrarnos una visión más esperanzada de la realidad sería una traición a sí misma ya que no ésta no sería el fiel reflejo de su forma de entender el mundo y eso que en algunos de sus últimos poemas inéditos, algunos de los dedicados a su hija, ya hay atisbos más esperanzadores.
Para Julia la poesía es vida y, como tal, su punto de partida y de llegada ha de ser siempre la sinceridad, la transparencia, aspectos de los que rodea esos pequeños detalles que frente a los grandes momentos sustentan su forma de hacer y de entender la poesía. Da lo mismo si son insignificantes o incluso sórdidos, Julia los dota de una mirada capaz de transformar esa insignificancia, esa sordidez, en material poético en esencia pura, como nos lo demuestran muchos de esos versos en una forma de entender la poesía en la que la emoción poética siempre ha de estar presente, intentando mantener el equilibrio entre ésta y lo prosaicas que pueden resultar algunas de esas realidades en las que sus obras se sustentan.
La poesía de Julia Conejo Alonso es un viaje entre poemas de verso libre, de corta extensión y rima ausente que nos llevan a puertos reconocibles, de sensaciones, de circunstancias, de personajes que por arte y gracia de su potencial poético pasan de convertirse de fragmentos insignificantes de la vida, muchos de ellos reconocibles por su cercanía a la nuestra, personal, a hechos, circunstancias, sentimientos que nos abren todo un mundo reconocible y sentido con el que podemos identificarnos a través de sus palabras, de la magia de su mirada que los rescata del olvido para anclarlos para siempre a la poesía capaz de curar, capaz de liberar, con una sinceridad tanto general como particular y una sencillez alejada de todo artificio capaz de mostrarnos en cada una de sus poemarios un conjunto de elocuente frescura que sorprende a quien se enfrenta a su lectura. Un viaje que nos lleva de lo cotidiano y de lo insignificante a un universo poético donde el protagonismo lo ostenta aquello que en apariencia no tiene ningún interés. Un viaje que nos hace recorrer el mundo sin necesidad de transitar físicamente por el mismo porque, según palabras de la propia autora «no es necesario recorrer el mundo para escribir si no tener la capacidad de llevar el mundo dentro y contárselo a los demás». Y eso es lo que logra de esta poeta aún insuficientemente conocida, transportarnos en un viaje sin fin por lo próximo y lo ajeno.
La obra de Julia Conejo navega de momento solo por aguas poéticas, aguas por las que se desliza con seguridad y aplomo. Desde estas líneas os invito a conocerla o a releerla con calma, porque no es de la que nos deja indiferente. Y aunque su universo poético está impregnado de melancolía y tristeza, acorde con su manera de ver la vida ¿qué debe ser la poesía más que un sentimiento, un reflejo, una interpretación de la misma? Tal vez por ello somos capaces de sentir tan dentro la de Julia Conejo.
«…Y te recuestas
en una esquina vacía de tus piernas,
donde la nieve no muerde por las noches
y no se atreven las fieras a tocarte».
(De Soledad de emigrante, en ‘El bolso de Mary Poppins’)
Un viaje interior y universal por la poesía
La poesía de Julia Conejo Alonso me llega por su claridad y sencillez con la que aborda las pequeñas cosas de la vida
08/01/2018
Actualizado a
18/09/2019
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