Jesús manejó las baquetas de Los Brumas a principios de la década de los 80. Esta orquesta, de reconocido tirón popular entre la sociedad leonesa, era habitual en salas de fiestas de aquella época como la Tropicana o el Riosol.Poco a poco fue compaginando las baquetas con los despachos y convirtiéndose en representante de orquestas y artistas que han amenizado las fiestas de infinidad de pueblos de León y del resto de España durante varias décadas. Y aunque ya no tocaba, era el alma de San Francisco, una orquesta que desde mediados de los 90 se convirtió en un referente gracias a su apuesta por la música en directo.
Hace apenas un par de meses, Jesús valoraba en este periódico cómo estaba afectando la pandemia al sector de la verbena con la constante suspensión de fiestas. Cuando ibas a verle a la oficina, te recibía con su inseparable puro y una mesa repleta de catálogos de orquestas para que cada pueblo pudiera elegir lo que más se ajustase a su presupuesto. Y cuando llegaba la noche de la verbena, allí estaba él también, junto a la mesa de sonido, para comprobar que todo iba como debía cuando la música comenzaba a sonar.
Jesús y Fabiola inculcaron a sus hijos la pasión por la música. Rut Marcos se subió al escenario por primera vez con solo tres años y ahora es una soprano de reconocido prestigio y profesora en la Escuela Municipal de Música y en programas de televisión como 'La Voz'. Jesús es batería, como su padre, y representante, como su padre. Dani Martínez y Café Quijano son solo algunos de los artistas a los que lleva por auditorios de todo el país. También Fabiola y Sergio llevan la música en sus venas, aunque finalmente hayan guiado su vida profesional por otros caminos.
Se fue Fabiola y ahora se va Jesús. Se apaga una vida por y para la música, por y para el espectáculo, por y para una familia que jamás les va a borrar de sus recuerdos.