– ¿De quién es?
– De Iñigo Miguel Sadia, que firma las fotos Iñigo Valdeón. Un chaval de Soto de Valdeón, fotógrafo, andarín, atleta de carreras de montaña con algunos buenos resultados... buena gente, de la que nos hace falta.
Iñigo explica que lleva el nombre de su valle en el apellido "porque toda ayuda es buena para nuestra comarca; de una belleza espectacular, pero por desgracia, de momento de la belleza no se come y mucha gente tiene una visión idílica de Valdeón pero hay que estar allí todo el año para ver la realidad. Si llegas a Posada una tarde de su largo invierno lo más probable es que no haya ningún bar abierto, que no tengas donde comer... hay que potenciar el valle porque de la belleza a secas no se come. Si pasas para la parte de Fuente Déte darás cuenta de que hay mucha más vida, con la misma belleza pero con un teleférico que atrae a muchísima gente".
Iñigo Miguel es un apasionado de la naturaleza y de su tierra y su sueño sería poder desarrollar su vida en ella. Ya ha cursado una fase un curso inicial de senderismo y ahora estudia otro de guía de montaña en la localidad cántabra de Potes. "Mi sueño sería poder ser guía de montaña y también seguir haciendo fotos de fauna y naturaleza a la vez", confiesa este joven cuyo abuelo ya fue Guarda Mayor del Parque pero que es consciente de que mientras estas aficiones de la montaña no sean también una salida profesional son difíciles de entender por las gentes de valle. "Mi propio padre, pese a que el abuelo fue guarda, cuando salgo al monte me sigue preguntando ¿a qué vas, que buscas? Ellos cuando van al monte lo hacen con el ganado, con las ovejas, y cuando nos ven salir por afición dicen esa expresión tan popular de ‘hay que saber detrás de lo que andas’", comenta Sadia en tono irónico.- No es nuevo, ya El Cainejo cuando El Marqués le decía que había que subir al Urriello le preguntaba "¿a qué?".- Exacto, ir por ir no es una opción para ellos.Es curioso cómo Iñigo Miguel Sadia y algunos amigos se ‘metieron’ en el mundillo de las carreras de montaña. "Nos gustaba salir al monte, habíamos corrido la San Silvestre y sabíamos que existía la Integral de Picos, que corrían de noche y poco más. La conocimos, nos gustó la experiencia y he participado en algunas carreras con algún podio. En la travesera fui octavo, que está bien".Y siempre con la cámara atenta. "Comencé con una cámara muy sencilla y la vas mejorando pero, sobre todo, intento aprender, tener sentido crítico... Muchas veces salgo, hago fotos y no me gusta ninguna: la luz, el encuadre, el enfoque... que no es fácil la fotografía de naturaleza, que los corzos no esperan ni posan; pero me gusta muchoy espero seguir practicando y aprendiendo".