Han transcurrido algo más de cuatro años desde el estreno en el Teatro El Albéitar de ‘Elizabeth Siddall’, que significó el segundo monólogo teatral acometido por la actriz leonesa María Giménez de Cala tras ‘Esperanza’. El próximo 15 de noviembre la actriz ha querido celebrar su 49 cumpleaños regresando a los escenarios con su personaje más emblemático, el de la poeta y artista británica del siglo XIX, Elizabeth Siddall, que fuera esposa del pintor Dante Gabriel Rossetti, además de musa oficial de la Hermandad Prerrafaelita y una mujer que se enfrentó a todo tipo de adversidades para poder desarrollarse como artista en una época en la que los hombres se adueñaron del arte. El escenario elegido por María Giménez para su deseado regreso es la sala off del Teatro Lara de Madrid, donde pondrá en escena un montaje que cuenta con la dramaturgia de la propia actriz a partir del texto de Inés Piñole y la dirección de Paco Montes.
Con motivo del estreno nacional de ‘Elizabeth Siddall’ en León, María Giménez reconocía en declaraciones a La Nueva Crónica que tenía la sensación de que el personaje le había elegido a ella, dado el alto grado de identificación que se establece con el mismo durante la representación. «De hecho, es que me adentré en su mundo y me cautivó por completo, sintiendo la imperiosa necesidad de contar algo sobre ella. Sobre todo quería dar visibilidad a esta mujer, que a veces es algo que me pasa a mí también como actriz, que soy invisible. En aquella época Elizabeth era poeta, musa y pintora, pero en realidad era como si no existiera y se la reconocía más como musa de otros artistas. En vida Elizabeth no consiguió salir a la luz, por así decirlo, y ha pasado a la historia como la modelo del cuadro de John Everett Millais ‘Ofelia flotando en el agua’. A Elizabeth no la conoce nadie y a lo mejor se me refleja la cosa esa de que yo también existo, de que soy actriz y necesito que se me reconozca».
María Giménez no quiere que se vea ‘Elizabeth Siddall’ como una obra de feministas. «Elizabeth fue una mujer avanzada a su tiempo y sí que ahí podemos hacer una lectura de que hay muchas mujeres que desde hace muchos años vienen luchando por la igualdad. Como te digo, puede ser un buen momento, pero tampoco me gustaría que la encasillaran como una obra de reivindicación feminista».