Veguellina visibiliza al mundo agrario con su Feria del Ajo

Más de sesenta años que de la primera ‘oda’ al campo de Veguellina. Un mercado de productos de la tierra y ganaderos que no solo se consolidó, sino que fue creciendo con los años, conviertiéndose en una de las citas más aclamadas del periodo estival. Pero fue hace la friolera de 30 años que el Ayuntamiento del municipio de Villarejo asumió la organización de este evento, convirtiéndolo en una feria multisectorial que hoy en día se ha consagrado como una de las más populares de la Ribera del Órbigo y de la provincia leonesa, reuniendo en cada edición a unas 20.000 personas.

Este martes, Veguellina celebró este 30 cumpleaños por todo lo alto, con la presencia de más de 200 expositores a lo largo y ancho de la avenida Pío de Cela y en las inmediaciones de la Plaza de España, donde nuevamente se dieron cita unos 40 puestos de ajos, llegados desde Villares y Fresno, pero también de fuera de la provincia, incluso desde Madrid o Andalucía. A lo largo de toda la jornada de este martes miles y miles de personas ‘desfilaron’ por las intransitables al son de la charanga Pachanga, encargada de poner la música a la cita gastronómica y multisectorial. También estuvo animando la mascota, ‘Ajolín’, que dio paso al fallo del concurso de ristras que todos los años celebra la localidad ribereña. Varias autoridades de la provincia, incluyendo al que ha sido presidente de la Diputación estos últimos años, Juan Martínez Majo, y el alcalde del Ayuntamiento de Villarejo, José Manuel Acebes, que aludió a que este tipo de eventos «sirven para dar visibilidad al mundo agrario y también al municipio». Por su parte, Majo se despidió de su cargo al frente de la Institución Provincial «en el corazón del Órbigo, en esta feria que rinde homenaje al ajo, un producto casi casi autóctono de la comarca ribereña, sobre todo de tres zonas: Villares, Santa Marina y también Veguellina se ha ganado, por derecho propio, su espacio 30 años consecutivos». Para Majo, la feria significa dos cosas. «Por un lado significa la potenciación de un producto singular y por otro la repercusión turística y las sinergias, en este caso de la cultura del ajo. Son mis últimos actos, intentaré también estar en Santa Marina, pero siempre estaré donde nací, en esa meseta que es Velilla, y siempre viviendo el mundo rural».

Mencionar que los ganadores del concurso de ristras fueron: Tomás Carracedo, galardonado con el primer premio de ristra de ajos blancos y morados, Noel Escudero, segundo premio de ristra de ajos morados, y Juan Escudero, segundo galardonado en la categoría de ristra de ajos blancos. Alfonsa Herrera se llevó el premio a la mejor cesta de ajos.