Víctor S. Vélez: "La lección de dignidad es más importante que el concepto de lucha"

El periodista y escritor es autor del poemario ‘Degradada (Romance del negro al blanco)’, presentado en la semana cultural de Almanza y cuyos beneficios por la venta de ejemplares irán a la Asociación Almom

21/08/2024
 Actualizado a 21/08/2024
El autor junto a Ruth Salas, hija de Belén Vélez, y otras integrantes de Almom en la presentación del poemario.
El autor junto a Ruth Salas, hija de Belén Vélez, y otras integrantes de Almom en la presentación del poemario.

El pasado 12 de agosto tuvo lugar en la Casa de Cultura de Almanza, como acto central de su semana cultural, la puesta de largo del poemario ‘Degradada (Romancero del negro al blanco)’, del que es autor el periodista y escritor local Víctor Santiago Vélez, una publicación dedicada a la memoria de su tía Belén, fallecida hace diez años a consecuencia de un cáncer de mama, y cuya recaudación por los beneficios de la venta de ejemplares, al precio de 10 euros, irá a la Asociación Almom, recordando el autor que en octubre tendrá lugar la Carrera de la Mujer a fin de obtener fondos para la investigación del cáncer de mama, por lo que la asociación quiere aprovechar para pedir a los leoneses que participen, ya que la cita pasa a estar abierta también para los hombres. 


Además del contenido del libro, Víctor Santiago Vélez también se ha hecho cargo del diseño y la maquetación, una práctica que realizó durante su estancia en este periódico con algunos de los libros que forman parte de la colección de La Nueva Crónica

 

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‘Degradada’ se presentó con gran éxito el pasado 12 de agosto en el marco de la Semana Cultural de Almanza. 

Preguntado cómo ha sido la experiencia en el manejo de un lenguaje poético que en principio poco tiene que ver con sus años de actividad en la prensa escrita, el periodista y escritor de Almanza reconoce que lo suyo es el periodismo y para nada se considera poeta. «Normalmente he leído más narrativa que poesía incluso, pero sí que tengo cierta inquietud por la poesía, aunque no para ponerme a escribir de continuo, de hecho no sé si alguna vez lo volveré a hacer, surgió porque quería hacer un homenaje a mi tía Belén, que era socia de la Asociación Leonesa de Cáncer de Mama (Almom) y falleció hace una década de esta enfermedad. Quería hacer algo con relación a ella y enmarcarlo en la semana cultural de mi pueblo, Almanza. Tuve esta idea y la compartí con Ruth, que es la hija de Belén, a la que también le pareció bien y por eso me puse a ello. El destino final es venderlos y aportar algo a la asociación sin mayores pretensiones que recaudar fondos para Almom».


Sobre las características de la publicación, Víctor Santiago Vélez señala que ‘Degradada’ es un romancero que tiene rima y metro. «Son 40 poemas, cada uno correspondiente a un color de una gama cromática estándar entre el negro y el blanco. De ahí lo de degradada. El título del romance, ese color, marca la rima: versos octosílabos que riman en asonante los pares y sin rima los impares. Se versifica la historia de una mujer con cáncer de mama desde el diagnóstico (negro), hasta el desenlace, en este caso trágico. Aunque se cuenta en primera persona, está completamente despersonalizado. Sí que de trasfondo aparece la historia de Belén Vélez, mi tía, que falleció hace diez años y es a quien está dedicada la obra, pero su nombre solo aparece en la dedicatoria», comenta.

 

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Portada de la publicación. 

En ‘Degradada’ el autor incorpora títulos, cada uno de un color, que se ajustan a una fase de la enfermedad: un efecto adverso de la quimioterapia, un encuentro con la familia, un revés en una consulta, el ingreso en paliativos... «Hay diez negros: carbón, tinta, obsidiana... veinte grises: ceniza, niebla, acero... y, finalmente, diez blancos: nieve, hueso... hasta llegar al blanco roto, que sería la muerte, y al blanco, diez años después, en que prevalece el ejemplo de amor y entereza. En la historia se pretende revertir un poco esa idea que todos tenemos del color negro asociado a la muerte y al luto», sostiene el periodista de Almanza, para quien «en ese degradado se ve la evolución interior y exterior de la paciente hasta llegar a un blanco en el que se acepta la muerte como una salida digna, válida y hasta pacificadora a la enfermedad», señala. 


El periodista y escritor leonés considera, al igual que este cronista, que el entorno más próximo de cada uno, principalmente la familia, es el que aporta las mejores historias a la literatura. «Sí, totalmente, porque al final uno bebe de todo lo que le rodea, de su día a día, porque, como decía Ortega y Gasset, uno es uno y sus circunstancias. A veces, también con relación al cáncer, que es de lo que trata el libro, y especialmente la mujer con cáncer de mama, se dan una serie de responsabilidades añadidas, que es algo que he podido comprobar en esta historia familiar, en forma de etiquetas como guerrera, que tú puedes, sé positiva que todo va a salir bien, y no siempre puede ser así. Belén, en este caso, nunca dejó de sonreír a su enfermedad. Mi padre, unos años después y en la misma circunstancia, tampoco, pero ambos tuvieron que irse. No perdieron porque no es ninguna batalla, es la propia vida. La ayuda es positiva pero no lo es todo. Personalmente, considero que el cáncer es más tonos negros y grises que el tono blanco de los lazos que se pueden enviar», asevera.


Víctor Santiago Vélez está convencido de que su faceta de periodista, a pesar de la utilización de otro lenguaje, está muy presente en el poemario. «Sí, totalmente. Como te decía al principio para nada me considero poeta. Esto no tiene mayor recorrido que el hecho de recaudar fondos para la Asociación Almom y hacer un pequeño acto en la semana cultural de Almanza, dicho lo cual soy periodista, me gusta mi profesión, me gusta escribir y contar historias y esto es simplemente otra forma de hacerlo», reconoce Vélez, que ha querido dedicar ‘Degradada’ tanto a su tía Belén como a la hija de ésta, Ruth, y a todas las mujeres que han pasado por ese proceso y que conocen bien esa paleta de colores. «Pienso que la lección última es una lección de dignidad, que considero más importante que el concepto de lucha, y cómo el paso del tiempo va remitiendo un poco toda esa idea de los malos momentos que tienen que ver con el deterioro físico de la persona, con el sufrimiento, para recordar los buenos momentos, que también los hay. La última parte del libro va un poco en esa línea, en versificar ese sentimiento. Al final el propio ser humano aprende a convivir con la pérdida, porque si no sería todo una tragedia». 

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