
El resultado no es poesía exactamente, o no sólo poesía, ni es fotografía, ni teatro, ni arte sonoro, es lo más cercano a la experiencia directa de un hombre que siente en plena naturaleza, viviendo el paisaje. «Camino vándalo de golondrinas y susurros», se puede leer en una de sus páginas, como si con el poeta fueran por el campo no todas las cosas que ansía sino todas las visiones que anhela. «Cuánto cabe de sol en una mano» se pregunta instantes después de intentar contener un rayo en el hueco de la suya. En otra ocasión se tumba en el invernal suelo de un bosque caduco, cuyas ramas ascienden como nervios desde la tierra al cielo, se pone en el pecho el teléfono móvil y filma una película de minuto y medio en la que su voz se empareja con los esqueletos de los árboles de primavera dormida.
Uniéndose a la tradición mística de la contemplación Jorge Pascual dice: «Desconoces el fin y el principio, / desconoces tu pie y tu cielo, / qué hay del camino en el cielo, / qué esconde el cielo en su propio camino. / Lejanía incesante, / sólo pasos como cuerpos alejados de ti. / En tu propio rostro se deslumbra el camino». A medida que avanzan las páginas de este libro el autor levanta una simbología cada vez más nítida y una alegoría personal con su propio repertorio simbólico.Se trata de una poesía esencial, desnuda, atemporal, preñada de paradojas luminosas, de imágenes inéditas, de versos en los que se dan las más inesperadas uniones, «Respira mi cabeza todo el peso del olor de tu pelo».
‘El viento ya está escrito’ no es la descripción del misterio que la naturaleza alberga sino una obra que hace vivir la emoción de contemplar ese misterio.
Con motivo de esta presentación el cineasta Raúl Alaejos ha filmado una breve pieza experimental sobre su visión del poeta en la naturaleza que se podrá ver en ese acto.
Bruno Marcos es comisario del proyecto que se presentará a las 12:30 el sábado 4 de agosto en la Fundación Cerezales Antonino y Cinia (Cerezales).