Voces leonesas contra la violencia de género

La literatura en particular y el arte en general son buenos cauces para intentar contrarrestar esas voces discordantes, porque solo el conocimiento crítico nos da alas para para enfrentarnos a la barbarie y la injusticia

Mercedes G. Rojo
26/11/2019
 Actualizado a 26/11/2019
Imagen perteneciente a la serie ‘Muñecas rotas’ de la artista y fotógrafa Blanca Porro.
Imagen perteneciente a la serie ‘Muñecas rotas’ de la artista y fotógrafa Blanca Porro.
Escribo estas líneas en un nuevo veinticinco de noviembre, del que cuando las lean, quedará aún el eco de esas voces que por toda la provincia, y en otros puntos de dentro y fuera de nuestro país, se han levantado una vez más contra la violencia de género. Y me permito unirme a ellas haciendo una pausa en el descubrimiento de los caminos artísticos de las leonesas, para buscar entre sus voces las que también se alzan esta lacra que nos persigue históricamente como una maldición que se afianza en la mal entendida tradición cultural de los distintos pueblos y en las voces disonantes de quienes en siglo XXI se aferran a fórmulas ancestrales en base a las cuales las mujeres han de seguir siendo consideradas inferiores a los hombres y supeditadas a sus caprichos e intereses. La lacra de un patriarcado que le tiene miedo al empoderamiento femenino basado en el conocimiento y en la búsqueda de la igualdad de derechos para todas las personas que componen la sociedad en la que vivimos, de la que formamos parte al menos al 50 % y sustenta su avance social precisamente en las mujeres.

Afortunadamente, frente a esas voces discordantes que se anclan al pasado para sostener situaciones vejatorias, claramente discriminatorias, y en las que se siguen vulnerando los derechos más básicos, cada vez son más las mujeres que no se conforman, que trabajan en pro de denunciar esas situaciones y de ponerles solución a través de la sensibilización, de alzar su voz para que su ejemplo cunda. Como es también creciente el número de hombres que nos acompañan en este camino: porque esta es una lucha de personas que han de caminar juntas, no de un sexo frente o contra el otro, porque juntas conformamos las sociedades en las que vivimos.

La literatura en particular y el arte en general son buenos cauces para intentar contrarrestar esas voces discordantes, porque solo el conociendo nos da herramientas para convertirnos en personas críticas, solo el conocimiento crítico nos de alas para enfrentarnos a la barbarie y a la injusticia. Y las propias mujeres están abriendo mucho terreno en ese sentido. Esto no es nuevo. Algunas ya levantaron su voz para dar al mundo la otra visión de una realidad femenina en la que tan a menudo se las presentaba bajo una mirada misógina, víctimas del patriarcado que hasta les impedía el acceso a la lectura y la escritura (otra forma más soterrada de violencia contra las mismas); pero enseguida se les ponía una mordaza para que su ejemplo no cundiera: porque el conocimiento limita el poder de la sumisión. Su rastro quedó en algunas obras literarias que poco a poco vamos descubriendo; otras se transmitieron de forma oral, a través de los relatos que se contaban en la intimidad femenina, o como los «landay» de la poesía popular de las mujeres pastún de Afganistán, pequeñas manifestaciones poéticas en las que a escondidas se cantaba tanto a lo que tenían prohibido como a las costumbres que las someten a los hombres, por encima del amor, de la edad y de las circunstancia, como este que dice: Gentes crueles, veis que un viejo me arrastra a su lecho, ¡y preguntáis por qué lloro y me arranco los cabellos!Hoy, para no alejarme del perfil de esta sección, quiero hacer un acercamiento a la obra de algunas de las artistas que alzan o han alzado su voz contra la misoginia que ha impregnado tantos siglos de literatura y arte; voces que se convierten en la punta de lanza de la de todas las mujeres que callan, que sufren, que luchan por salir de la desigualdad y la violencia que tantas veces esta conlleva. Inevitable es que en este recorrido me deje a muchas en el tintero. Espero que tanto ustedes como ellas sepan perdonarme. Rastros literarios y artísticos contra la violenciaConcha Espina: Ligada a León por una de sus más emblemáticas obras (‘La esfinge maragata’), denuncia sistemáticamente en su obra situaciones de abusos contra las mujeres en todos los aspectos, incluso hasta violaciones como la narrada en una de sus últimas obras, ‘Un valle en el mar’. Josefina Aldecoa: En algunos de los relatos que nos dejó y que podemos encontrar editado al completo en ‘Madrid. Otoño. Sábado’, o salpicando algunas de sus novelas más emblemáticas, como la ‘Trilogía Historia de una maestra’, en la que queda palpable la discriminatoria situación de la mujer en una época cuyo recuerdo inmediato aún podemos alcanzar con la mano. Manuela Rejas: nos deja relatos inquietantes al respecto en su ‘15 historias en carne viva’, algunos basados en su propia experiencia en una época muy dura para las mujeres. Marifé Santiago Bolaños: ‘La canción de Ruth’, nos acerca a una etapa muy dura para la mujer en la historia de nuestro país. Felicitas Rebaque: Deja la impronta sobre estos temas en alguno de los relatos contenidos en ‘La libélula’; y con otra perspectiva en su novela ‘Violeta, mara, mara, maravilla’. Nohelia Alfonso: Algunos de los relatos contenidos en ‘Alas de musgo’, reflexiona sobre el tema de la violencia y sobre otros aspectos en los que tangencialmente se hace presente en la realidad femenina. Paz Martínez: deja un rastro sobre el tema en sus dos poemarios ‘De musgo y piedra’ y ‘En los márgenes del tiempo’; al igual que lo hace Charo De la Fuente Mar en los suyos: ‘Tierra de raíces y amores’ y ‘La huida del tiempo’.Marina Diez con ¡Despierta’ y Manuela R. Gallego con ‘Mujeres: luces y sombras’, nos dejan en sus respectivos poemarios la voz de la mujer maltratada expresada en primera persona, poemarios que sirven de catarsis al mismo tiempo que de denuncia social. Laly y Gelines del Blanco Tejerina, hermanas, escritoras ambas, nos dejan inquietantes relatos, algunos de ellos ganadores de diversos concursos que ahondan en estas temáticas, como ‘Juegos’ o ‘Trenzas doloridas’ (ganador y finalista respectivamente) incluidos en la antología ‘Microrrelatos contra la violencia de género’, editada por la Comarca Cuencas Mineras. Nuria Viuda, Manuel Vidal Vallinas, Inocencia Montes, Concha González, todas ellas acercadas en esta sección, también nos dejan a lo largo de su obra, la impronta que esta temática marca inevitablemente en quienes escriben también desde lo social, desde lo que a la mujer le afecta en su más amplia definición. En lo referido a otras artes, difícil olvidar, por ejemplo la interpretación de la actriz Ángeles Rodríguez, sobre textos de ‘Mujeres de Arena’ de Humberto Robles, una reflexión sobre los feminicidios de Ciudad Júarez; o las interpretaciones musicales de Isamil9 de temas como ‘Una mujer fuerte’ de Marge Piercy, o ‘Perfecta’ de Luis Ramiro, por nombrar solo algunas con las que eleva su grito en numerosos actos que tienen que ver con la denuncia de esta violencia sistemática contra las mujeres, a lo largo y ancho de toda nuestra geografía.

Pienso también en el trabajo plástico de algunas artistas que sirve como reivindicación abierta tanto frente a la violencia de género como a la situación discriminatoria de la mujer en esta sociedad, como Blanca Porro con su exposición, eminentemente fotográfica, ‘Muñecas rotas’; Isabel Alonso, siempre combativa en este aspecto, con numerosas propuestas de intalaciones como la de ‘Contra nuestra voluntad’, o su muy reciente participación en ‘Versionadas...’; o Reme Remedios con obras como las mostradas en su serie ‘Chorar’, entre tantas otras.

La violencia de género no es solo una violencia contra las mujeres, lo es contra la sociedad entera. Su invisibilidad, la aceptación de la misma cada vez que ante la misma miramos hacia otro lado, lejos de eliminarla no hace si no impulsar su crecimiento y su permanencia en una sociedad que debería poner el énfasis en la persona, más allá de sexos, edades, situaciones sociales, políticas o culturales… Sigamos el rastro a la obra de estas artistas y que la misma nos sirva de reflexión para manifestar nuestra propia posición al respecto.
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