En la semana de la radio (el viernes fue el Día Internacional del medio) son numerosos los recordados radiofonistas leoneses que permanecen en el recuerdo de los inolvidables de esta tierra y de este medio. Una de ellas bien podía ser María Teresa Martín Villa, una de sus voces históricas y una joven muy querida en la ciudad por su dedicación sobre todo a causas solidarias en sus programas y porque su prematura muerte, con tan solo 36 años en un parto que se complicó, causó una tremenda conmoción en la ciudad, que la despidió después de un entierro multitudinario.
Un detalle que denota su carácter bien podía ser una anécdota que cuenta su hermano, el que fuera todopoderoso ministro Rodolfo Martín Villa. «Vivía yo en Madrid, primero de estudiante y después ya en cargos de responsabilidad, cuando varias veces tenía que dejarlo todo e ir hasta el aeropuerto de Barajas para recoger una medicina que le traían a María Teresa del extranjero, destinada al tratamiento de algún oyente enfermo; recuerdo concretamente a uno de un pueblo de la Montaña de León al que habían recetado un medicamento que no podía adquirir en España y María Teresa lo buscó en el extranjero. Después de recogerlo tenía que llevar el fármaco a los autobuses de Fernández y, a través del cobrador, se lo hacían llegar a mí hermana que me llamaba impaciente una y otra vez a ver si había cumplido su encargo». Contaba también el ex ministro una breve biografía, aclarando que «Tere no nació en Santa María del Páramo, como se escribe con frecuencia, tal vez por identificación con mi lugar de nacimiento. Éramos cuatro hermanos, de los que yo soy el pequeño y el único que vive. Como familia de ferroviarios éramos ‘gentes del carril’, es decir, íbamos con mi padre de un destino a otro». Y en ese ‘carril’ se explica que María Teresa estudió bachillerato en Lérida, con un tío suyo.
Contaba esta historia Rodolfo Martín Villa en un encuentro para el libro ‘Leonesas y pioneras’. Estaba entonces en un cargo importante y era complicado pasar de sus secretarias, hasta que se nos ocurrió decir que «es para hablar de su hermana Tere» y a los dos minutos estaba llamando el ocupado político leonés. «Estando en Lérida cursando el Bachillerato entró a trabajar en la radio y después decidió ir a París a conocer el mundo de la radio en Francia, algo nada habitual en aquellos tiempos, yo diría más bien un milagro, pero María Teresa era muy independiente y valiente. En los años 50, en 1953 o 1954 regresó a León y entró en La Voz de León, con aquel singular grupo humano de los Umbral, Perelétegui, María Jesús Álvarez, Nélida Pérez Alfaro. Con Luis del Olmo sólo coincidió unos días pues ya se iba hacía Madrid. Y al fundarse la Cope (entonces Cadena de Ondas Populares Españolas) se incorporó al grupo fundacional; y se casa con otro trabajador, el control Alejandro».
Tere Martín Villa conoció el mundo de la radio en Lérida, se fue a París a conocer cómo se hacía en Francia y a su regreso a León entró en el grupo de los Umbral, Nélida, Pereletegui
Allí se especializó en los ya mencionados programas solidarios. El más recordado por los leoneses de la época, al margen de una preciosa voz radiofónica, es el llamado El Cartero, aquel para el que su hermano Rodolfo tenía que ir a buscar a Barajas medicamentos u otros encargos para sus oyentes.
De esta faceta solidaria de la leonesa guarda el ex ministro algún recorte. En un obituario publicado en el Diario de León se puede leer: «De esta faceta solidaria de su trabajo hablaba la necrológica publicada en Diario de León cuando falleció la locutora, en un recorte que guarda su hermano Rodolfo junto a otros que hablan de su hermana: «Todavía está reciente la emisión que se hizo famosa cuando llegó a muchas familias el dolor de la desgracia producida por las inundaciones. Entonces su voz llegó a todos los hogares leoneses de la capital y de la provincia, y llegó al de otros residentes fuera de León que también acudieron a la llamada generosa de María Teresa, como ella acudió tantas veces a la de otros que buscaban ayuda».
Su prematura muerte en 1.964 quedó grabada en la memoria de muchos leoneses, también su multitudinario funeral pues solo tenía 36 años. Su hermano Rodolfo recreaba aquel durísimo trance familiar: «Fue terrible, ella y Alejandro esperaban su primer hijo y todo se complicó, fruto de algún problema en el proceso y, tal vez, de algún error en la transfusión de sangre. Mi hermana falleció. Fue un momento tremendo para todos pues Teresina, así la llamábamos en la familia, era la única chica y aunque siempre fue la más independiente nos resultó muy difícil de asimilar».
Al fundarse en León la actual Cope se fue a esta emisora y allí se especializó en programas solidarios, como el recordado ‘El Cartero’
Otro compañero de la radio, Victoriano Crémer, en su sección Asterisco, se despedía así de Tere Martín Villa: «Estábamos todos congregados para acompañar a María Teresa, una mujercita apasionada que había conseguido mover muchos corazones y levantar muchas esperanzas. Una mujercita llena de ternura que hablaba a los niños en su idioma y a los hombres en el lenguaje de los niños. Una mujercita diminuta que se agigantaba cuando hablaba, que adquiría proporciones increíbles en una voz que sabía de músicas, de versos y de juegos de generosidad. (…) Efectivamente, el entierro de María Teresa constituyó ‘una verdadera manifestación de duelo’. No caben más palabras ¡Ni hacen falta!».
Las fotos de la prensa de la época daban fe del impresionante gentío que se congregó para despedir a aquella conocida voz de la radio que se había especializado en tratar de ayudar a todo el mundo... a costa de poner a sus órdenes a su todopoderoso hermano, el que llama para hablar de ella.