- ¿No será un problema haber perdido una pata?
- No. Los veterinarios y la gente de la Fundación que ha trabajado con él entendemos que está perfectamente capacitado para volver al medio en el que se accidentó. Por cierto, después de la colisión dimos parte a la compañía eléctrica y ha sustituido el poste.
Con su regreso a los aires de Picos se mantiene la población que ‘controlan’ desde la FCQ, que viene trabajando desde hace quince años, cuando no quedaba ningún ejemplar. «No es que no hubiera quebrantahuesos hace 15 años, es que habían desaparecido hace casi un siglo, a causa de ‘la mano del hombre’. Con este programa que hemos puesto en marcha ya son 26 los ejemplares que tenemos ‘marcados’ y les hacemos seguimiento más otros dos que han aparecido, que llegaron desde Pirineos», explica Baguena.
- ¿Han aparecido?
- Sí. Este animal tiene ‘mucha autonomía de vuelo’ y llegó hasta Picos, al encontrar población de su especie se quedó, de no haber existido se habrían ido.
De hecho Baguena sabía de estos vuelos entre Pirineos y Picos de los quebrantahuesos. Él estaba afincado en Zaragoza y recuerda cómo en los años 90 cogió su coche y se plantó en Picos. «Nada más conocer el lugar comprendí porqué estas aves tenían nostalgia de este territorio y querían regresar». Era el inicio del proyecto y el propio Baguena se ha afincado en Picos, en una localidad de la vertiente asturiana.
De aquel viaje recuerda Baguena una curiosa anécdota. «Entré a una tienda en Caín y entre los recuerdos que vendían había una camiseta con un quebrantahuesos;me extrañó tanto que la compré y la conservo, pero el hombre que me la vendió no sabía de dónde había salido la imagen pues hacía más de medio siglo que no volaban quebrantahuesos por Picos».
Con el Gobierno de Aragón
Este programa de recuperación del quebrantahuesos en Picos de Europa está siendo posible gracias a la colaboración del Gobierno de Aragón, según explica Baguena. «Los ejemplares son donación del Gobierno de Aragón, que los cría y se forman allí. Suben a Picos con tres meses de vida, aquí los cuidamos y cuando tienen 120 días aproximadamente se produce la suelta». Y así es cómo poco a poco se va recuperando la especie en este entorno, con una excelente noticia hace tan solo unos mes. «Ya ha tenido crías la primera pareja reproductora del proyecto, naturales de Picos y hay alguna más cercana. Es normal pues tardan alrededor de diez años».
Considera Baguena que los resultados son «más que buenos; teniendo en cuenta que la tasa de los que superan el año de vida está en el 86%, que es muy buena». Tan solo falta que vayan librado los enemigos que acechan, como esa torreta eléctrica contra la que chocó Aquilón (el dios de los vientos). «Es cierto que las líneas eléctricas y los venenos, que están prohibidos pero se siguen usando, son los grandes enemigos, ahora que, por suerte, ya no son abatidos a tiros», explica el director de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, Gerardo Baguena.