Gonzalo es de esos tipos entrañables que al citarlo siempre despierta una sonrisa, un gesto de cariño y ninguna mala palabra... y miles de recuerdos, sobre todo en las fiestas del valle, ejerciendo de mozo, bailando hasta la última canción de la orquesta. Los de Horcadas también le recuerdan trabajando en casa, ayudando a sus padres, Florencio y la tía Martina, arbitrando los partidos del verano. Siempre feliz.

Desde hace unos años vive en una residencia de ancianos en Mansilla, ya se ha hecho el rey, el más querido, dibuja y disfruta... y en verano regresa a Horcadas, con sus sobrinos y con todas las gentes de aquel pueblo.
El pasado fin de semana fue su noventa aniversario y las gentes de Horcadas, que quieren a Gonzalo como él merece, le hicieron una gran fiesta, con tarta, anécdotas, esos bailes que tanto le gustan y hasta un mariachi, que le prestaron su sombrero mejicano para que Gonzalo disfrutara, riera, bailara como en sus mejores tiempos, de fiesta en fiesta.
Es muy fácil decir lo que allí ocurrió. En vez de un grupo de facebook era un pueblo y el lema de la reunión muy parecido: «Yo también quiero a Gonzalo el de Horcadas».
Y yo... ya tanta gente que le conoce.